Es noticia
¿Se le ha terminado la 'baraka' a Sánchez?
  1. España
  2. Al Grano
Antonio Casado

Al Grano

Por

¿Se le ha terminado la 'baraka' a Sánchez?

Sin los 13 de ERC, a Moncloa le faltan 21 escaños que debe sumar a los 155 de la coalición para desmentir a los que anuncian la caída del 'sanchismo'

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)

El 4 de mayo madrileño cursa como lanzadera de un poderoso estado de opinión: a Pedro Sánchez se le ha terminado la 'baraka'. Flota en el ambiente. De otro modo no hubiera tenido la necesidad de apresurarse a comprometer el agotamiento de una legislatura con apenas un año de vida útil.

La pregunta es si está en condiciones de garantizarlo ante las adversidades que le acorralan.

La primera es el signo menguante de su base parlamentaria, porque la alianza con ERC se quebró en la operación Illa. La 'transversalidad' de Aragonés y el 'reencuentro' del exministro se estrellaron en las urnas catalanas. No fue posible el soñado tripartito (PSC-ERC-ECP) y los republicanos de Rufián dejaron de ser incondicionales en los planes de Sánchez

Sin esos 13 escaños es prácticamente imposible que Moncloa disponga de los 21 que necesita sumar a los 155 de la coalición de gobierno (PSOE-UP) para poder desmentir a quienes ya anuncian la caída del 'sanchismo' y la huida de Iván Redondo como Antonio Pérez en 1578, por la inconsistencia de sus políticas, las malas compañías, personalismo y dimisión de la realidad.

Que Sánchez no haya querido poner a prueba la fragilidad de sus alianzas explica la confusión del fin del estado de alarma

Que Sánchez no haya querido poner a prueba la fragilidad de sus alianzas parlamentarias después de las elecciones catalanas y madrileñas explica la confusión jurídico-política creada con la reciente caducidad del estado de alarma sanitaria. Y explica también que en el Congreso estén atascados 32 proyectos de ley, de los que 24 son decretos ya convalidados pero pendientes de tramitarse como leyes. Entre ellos, el de la ejecución de la multimillonaria ayuda europea para salir del bache económico, plasmado en el BOE como Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Es una de las dos barandillas (la otra es la vacunación) en las que Sánchez apoyará su aspiración de llegar políticamente vivo al segundo semestre de 2023: presidencia semestral de la UE y elecciones generales. Como baza política es un tanto tambaleante. Sobre semejante volquete de millones planea la sombra negra del clientelismo y el despilfarro. Y la convalidación del decreto, ya sin los votos de ERC, solo fue posible gracias a la abstención de los 52 escaños de Vox ¿Qué va a pasar cuando vaya a votarse como ley o ciertos proyectos del Plan hayan de pasar por el Congreso por exigencias de Bruselas?

Ni las desgracias ni las cerezas vienen solas. Sánchez reconoce el fracaso del PSOE en Madrid y sostiene que no es extrapolable. Si no extrapolable, contagioso. El 'antisanchismo' sale del armario (en marcha una conjura de ex altos cargos de cara al congreso federal de octubre), sube la cotización de Susana Díaz frente al candidato oficial en las primarias andaluzas, el desalentado votante se refugia en las propuestas de Mas País, Rufián (ERC) siente mancillada su patriótica sensibilidad porque los de Puigdemont le motejan de 'filosocialista', un exdirector de 'El País' denuncia públicamente la degradación del Gobierno, las encuestas ya ponen por delante al PP y, en fin, Pablo Casado ya se permite calificar de “pato cojo” al presidente, mientras le acusa de “incompetente”, “arrogante” y “mentiroso”.

El salmo de respuesta se limita por ahora al “Vacunar, vacunar y volver a vacunar”, como hubiera dicho Luis Aragonés. Quien lo dice es Sánchez, convencido de que la masiva entrada de viales acorta el camino hacia la inmunidad calculada para dentro de 97 días y hacia la recuperación económica. Pero las vacunas y los millones de Europa no le servirán de nada si el Parlamento le retira la confianza política como consecuencia de una relación de fuerzas que en estos momentos, con la deserción de ERC, le es desfavorable.

El 4 de mayo madrileño cursa como lanzadera de un poderoso estado de opinión: a Pedro Sánchez se le ha terminado la 'baraka'. Flota en el ambiente. De otro modo no hubiera tenido la necesidad de apresurarse a comprometer el agotamiento de una legislatura con apenas un año de vida útil.

Pedro Sánchez Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Moncloa Pablo Casado Susana Díaz
El redactor recomienda