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El sanchismo se examina en Andalucía
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Antonio Casado

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El sanchismo se examina en Andalucía

Una victoria de Susana Díaz en las primarias reforzaría la idea de un sanchismo declinante y un PSOE devorado por el efecto Ayuso

Foto: Los candidatos a las primarias del PSOE andaluz. (EFE)
Los candidatos a las primarias del PSOE andaluz. (EFE)

El resultado de las primarias del PSOE andaluz (46.577 militantes de 807 agrupaciones llamados a las urnas) nos dirá este domingo si Susana Díaz estaba políticamente muerta. O solo mal enterrada. Energía y agresividad no le ha faltado para reanudar las hostilidades contra el sanchismo.

Cuando, en el televisado debate del día 8, Juan Espadas le recordó que como secretaria general ha perdido medio millón de votos y como presidenta de la Junta (2013-2018) no escuchaba a la ciudadanía, se ofendió: "No es momento de reproches". Pero ella se ha despachado a manos llenas.

No pudo ser más sinuosa ni más explícita cuando dijo: "A mi lado quiero gente con talento, no palmeros en busca de un carguito". La insidia también inspiró la denuncia del machismo larvado en los equipos del actual líder socialista y presidente del Gobierno. Sugiere que la quieren excluir "por ser mujer".

Foto: Susana Díaz y Juan Espadas. (EFE)

Una paradoja: la todavía secretaria general de la más poderosa federación socialista de España compite con el aspirante "sanchista" (alcalde de Sevilla, Juan Espadas) con las mismas armas usadas hace cuatro años contra ella por Pedro Sánchez. A saber: sucursalismo de Ferraz frente al poder de las bases. Lo mismo pero al revés.

Así como Sánchez renació sobre las cenizas de un humillante desahucio (berlanguiano comité federal del 1 de octubre de 2016), Díaz quiere remontar sobre su fallido intento de liderar el PSOE y haber perdido el poder en Andalucía tras casi treinta y siete años de reinado socialista. Y como Sánchez, en su día contra ella, ahora es ella quien va de víctima del aparato, mientras despliega su agresividad vicaria contra Espadas al grito de "no somos la candidatura de Madrid, sino de las casas del pueblo".

La sombra del sucursalismo planea sobre las votaciones del domingo, inspiradas en la prisa socialista por encontrar un candidato o candidata a presidir la Junta antes de que a Moreno Bonilla (PP) se le ocurriese anticipar las elecciones autonómicas. Las aguas bajan turbias en el socialismo andaluz. El riesgo es la prolongación del cisma latente desde que Sánchez recuperase el liderazgo del PSOE hace cuatro años, dejando en la cuneta a Susana Díaz, que ahora busca el desquite.

Díaz compite con el aspirante sanchista con las mismas armas de Sánchez contra ella: poder de Ferraz frente a poder de las bases

Tiempo de revancha que cursa en el intercambio de pedradas, que no de programas, entre el andalucismo de Díaz y el sanchismo de Espadas, con José Ángel Hierro a la espera de ser decisivo en una eventual segunda vuelta (20 de junio) si el domingo ninguno de los dos supera el umbral de 50% de los votos.

Espadas es más de gestión. Susana, más de carantoñas. Sin embargo, ninguno de los dos renunció a los golpes bajos durante la campaña. Él, un mandado de Sánchez. Ella, la preferida de las derechas.

Espadas es más de gestión, Susana es más de carantoñas. Ninguno renunció a los golpes bajos: "Mandado de Sánchez", "preferida de la derecha"

Los sondeos y las sensaciones anticipan una victoria por la mínima del alcalde, que además se convertiría en el líder del partido en el congreso regional de final de año. Es lo mejor que podría pasarle al PSOE para frenar la sensación de estar siendo devorado por el efecto Ayuso.

En cambio, una eventual victoria de Susana Díaz —improbable, a mi juicio—, reforzaría la imagen de un PSOE traumatizado y un Pedro Sánchez declinante. Por eso es meramente descriptivo sostener que el sanchismo se examina en Andalucía. Así lo presenta Díaz cuando acusa a su adversario de moverse con mando a distancia en Moncloa. Y así lo confirma la excusa no pedida de Espadas, que niega ser la sucursal de nadie, aunque no se corta un pelo al reconocer el drama del partido: "Hace tiempo que no conectamos con la sociedad".

El resultado de las primarias del PSOE andaluz (46.577 militantes de 807 agrupaciones llamados a las urnas) nos dirá este domingo si Susana Díaz estaba políticamente muerta. O solo mal enterrada. Energía y agresividad no le ha faltado para reanudar las hostilidades contra el sanchismo.

Susana Díaz Pedro Sánchez Moncloa