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PP y PSOE alimentan el activismo de Vox
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Antonio Casado

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PP y PSOE alimentan el activismo de Vox

Los dos partidos que colonizan la centralidad plantean en clave nacional las elecciones del 13-F. En modo lucha por la Moncloa. Lo que importa a leoneses y castellanos puede esperar

Foto: El presidente de Vox, Santiago Abascal (i), junto al candidato a la presidencia de la Junta de Castilla y León Juan García-Gallardo (d). (EFE/Nacho Gallego)
El presidente de Vox, Santiago Abascal (i), junto al candidato a la presidencia de la Junta de Castilla y León Juan García-Gallardo (d). (EFE/Nacho Gallego)

En el arranque de la precampaña para las elecciones del 13 de febrero en Castilla y León, el líder del PP, Pablo Casado, ha ido a la capital leonesa (congreso regional del partido) a pedir por enésima vez la dimisión del ministro de Consumo, Alberto Garzón, y denunciar que la región está abandonada a su suerte por el Gobierno de Pedro Sánchez.

Al mismo tiempo, y también en la parte leonesa de la región más extensa de España, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, denunció en Ponferrada al PP por abrazarse a la ultraderecha y boicotear la llegada de los fondos europeos para la recuperación económica del país.

¿De dónde creen en Génova que va a salir el salto en votos y escaños que las encuestas auguran para Vox?

Las dos fuerzas políticas que colonizan la centralidad del sistema plantean en clave nacional una elección autonómica. Ambas juegan a la contra, en negativo. En modo de ataque al contrario en la lucha por el poder de la Moncloa. Lo que realmente importa a los leoneses y los castellanos puede esperar.

Si deciden reconocerse en la descalificación del adversario, como hilo conductor de sus respectivas campañas, subirá la abstención. El PSOE y el PP estarán alimentando la indolencia del electorado en favor del activismo de Vox a la búsqueda de un perfil propio. El más perjudicado sería el PP. ¿De dónde creen en Génova que va a salir el salto en votos y escaños que las encuestas auguran para la ultraderecha, con porcentajes que triplican su pobre cosecha de 2019?

Es temerario que el ministro Bolaños acuse al PP de no tener sentido de Estado cuando en el Gobierno se defiende la voladura del Estado

La hipótesis quita el sueño al estado mayor de Pablo Casado: que el PP se quede enganchado a Vox como Sánchez se quedó enganchado a Unidas Podemos para gobernar después de las elecciones de noviembre de 2019. Eso puede ocurrir en Castilla y León si el PP por sí solo suma menos escaños que PSOE y Podemos juntos.

En cuanto al PSOE, me parece temerario que el ministro Bolaños, enviado especial de Sánchez al fin de semana electoral en el nicho ecológico de la España conservadora (30 años de gobiernos de la derecha), acuse al PP de no tener sentido de Estado cuando hay compañeros del Gobierno que defienden abiertamente la voladura del Estado, el fin de la monarquía parlamentaria o la segregación de Cataluña.

Casado busca en las elecciones de CyL el tesoro escondido del carisma personal que no encontró en las elecciones de mayo en Madrid

Planteadas como segunda meta volante hacia la Moncloa (la primera fue Madrid, la tercera será Andalucía), Pablo Casado busca en las urnas de CyL el tesoro escondido de su carisma personal. Sin pistas fiables sobre su paradero, más allá de la sospechosa insistencia en la unidad del partido (presumir de lo que se carece es un clásico).

Poner a Casado el aura del liderazgo indiscutido es clave para su despegue como alternativa creíble de poder. Ese tesoro no apareció en las elecciones del pasado mes de mayo en la Comunidad de Madrid, a pesar del teórico 'casadismo' de Díaz Ayuso. La persona interpuesta ahora es el 'sorayista' Alfonso Fernández Mañueco que, en contra de lo dicho por Santiago Abascal en Valladolid, no es precisamente un “alumno aventajado” del líder nacional del PP.

El líder de Vox desembarcó este fin de semana en Valladolid con las principales estrellas del partido. Conjugó este fogonazo verbal contra Mañueco (“alumno aventajado de Casado”) con el de “mejor empleado de Sánchez”. Espero que esta ocurrencia demagógica no tenga premio en términos de eficacia electoral en una comunidad herida por la despoblación y el abandono de las zonas rurales ante la pertinaz desidia de los gobiernos centrales, sean del PP o sean del PSOE, cuyas políticas quedan equiparadas en el discurso de Vox.

En el arranque de la precampaña para las elecciones del 13 de febrero en Castilla y León, el líder del PP, Pablo Casado, ha ido a la capital leonesa (congreso regional del partido) a pedir por enésima vez la dimisión del ministro de Consumo, Alberto Garzón, y denunciar que la región está abandonada a su suerte por el Gobierno de Pedro Sánchez.

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