Es noticia
Castilla y León: espejo de la trifulca nacional
  1. España
  2. Al Grano
Antonio Casado

Al Grano

Por

Castilla y León: espejo de la trifulca nacional

El abstencionismo planea sobre las urnas porque los candidatos no han despertado a los desmotivados votantes

Foto: Alfonso Fernández Mañueco junto a Pablo Casado. (EFE/Fernando Villar)
Alfonso Fernández Mañueco junto a Pablo Casado. (EFE/Fernando Villar)

El empeño de los grandes partidos en plantear estas elecciones en clave nacional ha sido contraproducente. El PP quiso utilizarlas como peldaño en la escalera de Casado a la Moncloa y el PSOE como alerta frente a un eventual frente PP-Vox y para reprochar falta de sentido de Estado al primer partido de la oposición. Los dos pueden pagarlo con una baja participación.

Los candidatos no han despertado a los desmotivados votantes leoneses y castellanos. La nube negra de una abstención alta planea sobre las urnas del domingo. Según los últimos sondeos, hasta diez puntos más que la registrada en mayo de 2019. A las previsiones meteorológicas y el efecto pandemia, me permito cargar las tintas sobre el hecho de convertir las elecciones del 13-F en rompeolas de la trifulca nacional.

En la polvareda de la campaña se perdieron los problemas de la despoblación, el abandono de quienes se resisten a desertar del sector rural, la infravaloración de los productos del campo en origen, la falta de consultorios médicos, el desmantelamiento de cajeros automáticos, la desidia de los poderes públicos en la conservación del patrimonio y tantos otros asuntos específicos de la región más extensa, más envejecida (después de Asturias) y menos poblada.

Las opciones electorales que van a salir mejor paradas son las más "regionalizadas" a escala autonómica y las más agitadoras a nivel nacional

Ni siquiera aquella declaración del ministro Garzón sobre las malolientes macrogranjas, que afectaron a los intereses del sector ganadero en una región puntera en exportación de productos cárnicos, sirvió para entrar a fondo en el tema y desbordar la superficialidad del culebrón.

Las opciones electorales que van a salir mejor paradas son las más "regionalizadas" a escala autonómica y las más agitadoras a escala nacional. Por un lado, las seis marcas provinciales (entre ellas, la de la "España vaciada"). Por otro, Vox, como tercera fuerza y llave de la gobernabilidad en pago a su activismo de ultraderecha (triplicará su cosecha de 2019). La hipótesis envenena los sueños de Pablo Casado, porque el PP puede quedar enganchado a Vox como Sánchez quedó enganchado a Podemos.

En cuanto a la pugna nacional del que gobierna frente al que aspira a gobernar, el riesgo de salir trasquilado afecta más al PP, cuyos bandazos estratégicos han sido escandalosos a medida que sus expectativas se iban desinflando. Hasta en tres ocasiones ha corregido el rumbo. Comenzó dando por hecha la mayoría absoluta. Luego modificó el discurso sobre el más modesto logro de gobernar en solitario, pero sin mayoría absoluta.

En cuanto a la pugna nacional del que gobierna frente al que aspira a gobernar, el riesgo de salir trasquilado afecta más al PP

En ninguno de esos dos guiones aparecía el factor Vox como eventual compañero de viaje. No convenía a los planes nacionales de Casado. Pero a consecuencia de la curva declinante del PP en los sondeos, junto a la irresistible ascensión de Vox sobre un mismo caladero de votos, lo anterior se desmontó a toda prisa en el tramo final de la campaña.

Y así apareció un tercer estadio discursivo, donde ya no se le hacían ascos a Vox. La carga de la prueba la aportó Díaz Ayuso, de la que Génova no fía como aspirante al liderazgo del partido en Madrid, pero la utilizó para tender puentes con Vox. Por cierto, cuarenta y ocho horas antes de volarlos en la asamblea de la CAM por cuenta de los pandilleros ¿Cuarta rectificación?

Se ve que la estrategia no es el fuerte de los equipos dirigentes de Génova, sobre cuyos errores pueda acabar rompiéndose el cuento de la Lechera de quienes forzaron la convocatoria anticipada en Castilla y León con excusas muy mal traídas.

El empeño de los grandes partidos en plantear estas elecciones en clave nacional ha sido contraproducente. El PP quiso utilizarlas como peldaño en la escalera de Casado a la Moncloa y el PSOE como alerta frente a un eventual frente PP-Vox y para reprochar falta de sentido de Estado al primer partido de la oposición. Los dos pueden pagarlo con una baja participación.

Partido Popular (PP) Castilla y León Pablo Casado