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PP-Vox: gasolina al fuego de la polarización
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Antonio Casado

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PP-Vox: gasolina al fuego de la polarización

"Gana el que gobierna", según el lema agitado por el PP en la última fase de la campaña. Su candidato, Alfonso Fernández Mañueco, seguirá siendo presidente de la Junta de Castilla y León

Foto: Alfonso Fernández Mañueco. (EFE/José C. Castillo)
Alfonso Fernández Mañueco. (EFE/José C. Castillo)

El PSOE cotizó a la baja (menos procuradores que en 2019) y el PP al alza (más procuradores que en 2019), aunque solo Vox y las opciones territoriales (UPL y las marcas provinciales) tienen motivos para celebrar.

Pero “gana el que gobierna”, según el lema agitado por el PP en la última fase de la campaña. Su candidato, Alfonso Fernández Mañueco, seguirá siendo presidente de la Junta de Castilla y León. Queda por saber si lo hará en coalición de gobierno con Vox (sus declaraciones son ambiguas) o con un apoyo parlamentario que garantice la gobernabilidad.

La misma pregunta nos hicimos hace tres años respecto a Ciudadanos. Ahora es la ultraderecha la que juega arrinconando al centrismo. Gasolina al fuego de la polarización. Mala noticia a escala regional y nacional. Incluso europea, donde no faltarán quienes asocien la marca del PP a las tendencias autoritarias de los amigos de Vox en la UE.

Los números del 13-F no engañan. Y no hay ninguna razón que vaya a frenar la investidura de Mañueco para un nuevo mandato

Es el pan de obleas resultante de una injustificable disolución anticipada de las Cortes por intereses de partido (los del PP), según un cálculo que, para colmo, resultó fallido. De los tres escenarios triunfales previstos sucesivamente por los genios asintomáticos de la calle Génova (mayoría absoluta en solitario, Gobierno en solitario sin mayoría absoluta y Gobierno con Vox), salió el tercero. El peor de los tres. No solo para el PP, obligado a juntarse con un socio poco recomendable. También para el clima de la política nacional, porque alimenta la ya insoportable polarización de los extremos con el centro deshabitado. Vamos a ver cuánto tardan los dirigentes del llamado bloque de investidura en agitar la 'alerta antifascista' por lo ocurrido anoche en Castilla y León. Seguramente, menos de lo que tardará en reaparecer la sed de centralidad entre los barones del PP.

Los números del 13-F no engañan. Y no hay ninguna razón que vaya a frenar la investidura de Mañueco para un nuevo mandato, aunque se haya esfumado el sueño inicial de la mayoría absoluta en solitario. Se desvaneció en los sondeos y el encamamiento con Vox se ha hecho inevitable.

Si se trata de estabilidad, no hay opción para el candidato a repetir en el colegio de la Asunción, sede de la presidencia de la Junta de Castilla y León. Si no lo hiciera, estaría regalando el poder regional al socialista Luis Tudanca, y no hay indicios de que Mañueco esté por dar ese paso atrás.

Hay un 95% inexplorado respecto al liderazgo de Casado o el estado de salud del sanchismo

En cuanto a las interpretaciones en clave nacional, no conviene despacharlas con frases enlatadas. Son entretenidas en el plano especulativo, pero pueden emitir mensajes averiados si nos atenemos a la aritmética.

La tentación es sacar conclusiones sobre la lucha por el poder entre el PSOE de Sánchez y el PP de Casado. Pero eso se juega realmente en el pronunciamiento de casi 37 millones de votantes. Los leoneses y castellanos son poco más del 5% de ese censo electoral. En otras palabras: hay un 95% inexplorado respecto al liderazgo de Casado o el estado de salud del sanchismo.

Los datos no son concluyentes para sostener que CyL ha hecho más o menos verosímil la candidatura de Casado a la Moncloa, tras la barrida de Ayuso en Madrid y antes de unas posibles elecciones andaluzas. Dan para especular y no para predecir, a sabiendas de que los casi dos años de legislatura que tenemos por delante estarán sometidos a un laberinto de variables y los problemas internos del PP no son mayores que los del PSOE.

El PSOE cotizó a la baja (menos procuradores que en 2019) y el PP al alza (más procuradores que en 2019), aunque solo Vox y las opciones territoriales (UPL y las marcas provinciales) tienen motivos para celebrar.

Partido Popular (PP) Castilla y León PSOE