Tanques frente a valores en la guerra de Putin

Lo de Ucrania viene a ser una confrontación de tanques frente a valores, armas contra pensamientos, disparos contra razones. En intangibles, ganamos por goleada. En lo otro, nos quedamos a media salida. Para los expertos quedan las quinielas sobre si el tirano se saldrá o no con la suya.

Putin es el tirano que Europa necesitaba para reconocerse en los secretos de la filantropía (Machado vive). Al autócrata ruso debemos este chute de autoestima que cursa por reactivación de valores inherentes al llamado mundo civilizado.

Todo ello, a cuenta del sufrimiento del pueblo ucraniano, cuya capacidad de resistencia ha desbaratado los planes del Kremlin, que contaba con un desenlace rápido de la invasión. La indeseable derivada de ese ataque de contrariedad es el ensañamiento militar en el cerco a Kiev.

La caída de la capital puede ser cuestión de horas, mientras en las cancillerías europeas resuena el grito del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reclamando pruebas tangibles de que, según la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, “Ucrania es de los nuestros y la queremos con nosotros”.

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En ese punto es donde Europa también vuelve a reconocerse, pero no ya en su civilizado alistamiento en la cultura de las tres colinas (Acrópolis y democracia, Capitolio y derecho, Gólgota y humanismo), sino en la indolencia a la hora de defenderla por todos los medios.

¿Por todos los medios?

La pregunta revive en las recurrentes alusiones a la falta de autonomía militar de la UE. O sea, a la necesidad de una fuerza propia que le permita mantener sus intereses geoestratégicos y ganar peso como bloque en las relaciones internacionales. Un reto ya activado tras la filtración del documento 'Brújula estratégica', trasladado a los 27 ministros de Defensa, en el que se plantea el precedente de unas maniobras militares conjuntas de ejércitos nacionales para 2023.

El morbo político sobre las contradicciones de la coalición de gobierno está garantizado en la sesión de hoy en el Congreso de los Diputados

Atentos a la versión nacional del debate en el Congreso de los Diputados, donde hoy comparece el presidente del Gobierno para explayarse sobre la posición española. Encaja perfectamente en la solidaria reacción colectiva de los pueblos soberanos de la UE y el resto de los pueblos alineados con los valores democráticos y comprometidos en la ayuda a Ucrania y el arropamiento de los ucranianos que huyen de los bombardeos.

La explicación de Sánchez en sede parlamentaria se corresponde con lo ya adelantado en TVE, la opinión mayoritaria de la Cámara, el sentir generalizado de los españoles y el reciente discurso del Rey en el Mobile World Congress. A saber: condena inequívoca de la invasión de un país soberano y adhesión a la respuesta centralizada de la UE, incluido el envío de material 'defensivo' al país agredido.

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Pero el morbo político sobre las contradicciones de la coalición de gobierno está garantizado en la sesión de hoy porque la unidad de criterio del Ejecutivo y la oposición llega a la Cámara cuestionada por los compañeros de viaje de Sánchez.

No es solo que su persistente aversión a la OTAN y EEUU ya les pone en el bando de Putin. Es que las terminales de Podemos, Izquierda Unida y Bildu en el Parlamento Europeo vienen votando en contra de endurecer las sanciones a Rusia, de ayudar a Ucrania en la compra de armas, ni ofensivas ni defensivas, e incluso de un eventual otorgamiento a ese país de la condición de 'candidato' a ingresar en la UE.