Zelenski y la Europa con miedo a Putin

La fe en la democracia y sus valores es más fuerte que la lógica de un tirano. Zelenski se ha ganado con hechos la autoridad para impartir esa lección ante las Cortes Generales, porque gracias a él ha mejorado la autoestima de la Europa que tocaba la lira mientras Putin afilaba las garras.

No fue una denuncia, pero esas palabras tocaron el nervio de la zona dolorida de una Europa acomplejada. Dejémoslo en reproche suavizado por la solemnidad de la sesión. Sin embargo, en su comparecencia virtual de ayer, el aviso para navegantes fue inequívoco: “Si Ucrania cae, Europa también caerá”.

TE PUEDE INTERESAR

Zelenski pinta el Guernica en el Parlamento

Pablo Pombo

“Pero no tengamos miedo a Putin”. Esa frase de Zelenski refleja el mensaje central del presidente ucraniano ante un hemiciclo que redobló su capacidad para escuchar al hombre que hizo el milagro de dotar a Europa de una sola voz frente a los valores amenazados por un autócrata con sueños de grandeza.

El miedo a Rusia impidió en su día la entrada de Ucrania en la OTAN y, ya con la agresión en marcha, el miedo a Rusia ahogó las apremiantes reclamaciones de Ucrania sobre el cierre de su espacio aéreo o una “cúpula de hierro” a imagen y semejanza de la que protege al pueblo israelí.

El aviso para navegantes fue inequívoco: "Si Ucrania cae, Europa también caerá"

Junto a las expresiones de agradecimiento por la solidaridad española, la invitación a superar el miedo a Putin iba implícita en las demandas de Zelenski ante nuestra clase política. A saber: que las empresas españolas dejen de hacer negocios en Rusia (citó a Porcelanosa, Maxam y Sercobe), que sigamos enviando ayuda militar y que España asuma el imperativo ético de juzgar a Putin por crímenes contra la humanidad.

Él ya hace lo que está en su mano. No solo para evitar que las madres aterrorizadas tengan que escribir el nombre de sus hijos en la espalda como el último rasgo de identidad tras una ola de brutalidad de las tropas rusas. Empezó ordenando la voladura de los puentes de acceso a Kiev, para frenar el avance de los tanques rusos, y acabó haciendo de Churchill ante el Congreso de los Estados Unidos: “Es el momento más oscuro de Europa desde la Segunda Guerra Mundial”.

Ayer, ante las Cortes Generales reunidas para la ocasión, fue el bombardeo de Gernika (26 abril, 1937) la evocación histórica elegida para invitar a los españoles a ponerse en su lugar y, sobre todo, en el lugar del pueblo ucraniano, a la vista de sus ciudades reducidas a escombros.

Ahora, Zelenski se ha convertido en un héroe mundial. Es mucho lo que ha conseguido este comediante de 44 años, exproductor de dibujos animados, de 1,70 de estatura, que era una estrella de la televisión cuando se presentó a las elecciones de 2019.

Gracias a Zelenski hemos descubierto que Vladímir Putin no era un estadista, sino un criminal de guerra

Gracias a él, que no tuvo miedo, la solidaridad internacional se activó en interminables caravanas de ayuda y en acogida de refugiados. Y, gracias a él, hemos descubierto que Putin no era un estadista, sino un criminal de guerra.

La imagen del Zelenski resistente, vestido siempre con el traje de faena como prueba verificadora de que ni se le ha pasado por la cabeza abandonar su puesto, es en estos momentos la más repetida en las televisiones y las redes sociales de todo el mundo. También en España, donde se le ve como un simbólico portador de valores de alta cotización en esta parte del mundo.