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El factor humano en el caso Griñán

Lo de "hombre bueno" es juicio moral del columnista, en su derecho a opinar que Griñán pudo ser indolente pero no ladrón

Foto:  El expresidente andaluz y del PSOE, José Antonio Griñán. (EFE/Paco Campos)
El expresidente andaluz y del PSOE, José Antonio Griñán. (EFE/Paco Campos)
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En la petición de indulto presentada el jueves por la familia de José Antonio Griñán (Madrid.1966), expresidente de la Junta de Andalucía, no se niega la comisión del delito ni se formulan objeciones políticas o jurídicas a la decisión del Tribunal Supremo que, al confirmar el fallo de la Audiencia de Sevilla, lo ha condenado a seis años de cárcel por malversación de fondos públicos y por prevaricación, aunque es el primero el que le llevaría a prisión.

En la petición familiar de esta medida de gracia solo hay razones humanitarias que pretenden evitar la entrada en la cárcel de una persona de 76 años y el sufrimiento de sus seres queridos. Se apela a la compasión, no a la supuesta injusticia de una decisión judicial. Ni siquiera a las supuestas conspiraciones del adversario, que es un clásico de los políticos españoles (desde Mariano Rajoy hasta Laura Borrás, pasando por Pujol, Cifuentes, Oltra, Iglesias…).

Foto: El expresidente andaluz José Antonio Griñán. (EFE/Pool/Raúl Caro)

Jamás escuché a Griñán decir que el caso de los ERE no era una trama del PSOE sino contra el PSOE. Recuerden ustedes las primeras reacciones de Rajoy cuando en 2009 estalló el caso Gürtel, presentado públicamente por la cúpula del PP como "una trama contra el PP montada por el Gobierno de Zapatero y el fiscal general, Conde Pumpido".

El respeto de la sentencia a las instituciones, incluido el poder judicial, está fuera de duda y se hace constar en la petición de la familia, sin perjuicio de las iniciativas legales que puedan adoptar a partir de ahora los abogados de Griñán (incidente de nulidad o recurso de amparo, de cuya tramitación se derivaría una probable suspensión de la condena).

Todo eso desplaza el argumentario de quienes se oponen a una eventual medida de gracia apelando al Estado de Derecho, la igualdad de los ciudadanos ante la ley o, en su caso, al código ético del PSOE. Tendrán que refutar las razones humanitarias de una esposa y tres hijos que sufren en silencio la estigmatización pública de un hombre bueno.

Foto: José Antonio Griñán, en su comparecencia en la comisión de investigación sobre los cursos de formación. (EFE/José Manuel Vidal)

Lo de "hombre bueno" es juicio moral del columnista. Personal e intransferible, claro. En el ejercicio de su derecho a defender que el pecado de Griñán pudo ser la desidia, no la rapiña del dinero público. Nada que ver con otras figuras del gran retablo de la corrupción nacional (Roldán, Bárcenas, Pujol, Granados o el mismísimo rey emérito). Y nada que objetar a la verdad judicial, aunque resulte de un apretado tanteo de tres a dos en el seno de una sala del TS.

La valoración moral del columnista no aflojará frente a los guardianes de las esencias jurídicas y políticas. Incluido el secretario general de los socialistas andaluces, Juan Espadas. O quienes como él invocan el artículo 8 del código ético del partido de Sánchez (nada de indultos a cargos públicos condenados por corrupción), aunque no consta que lo invocaran en el indulto a los independentistas catalanes (nada de indultos a los condenados "por la comisión de delitos graves", como embestir contra el orden constitucional).

Foto: José Antonio Griñán con Felipe González en 2010. (EFE/Ángel Díaz)

El caso Griñán dividió al TS y divide al PSOE, aunque no a partes iguales. Espadas va camino de quedarse en minoría después de sembrar la discordia en la familia socialista al hacer pública su posición de no apoyar la petición de indulto, contraria a la de líderes históricos del PSOE, como Felipe González, Alfonso Guerra y Rodríguez Zapatero, que con toda seguridad arrastrarán en los próximos días el pronunciamiento público de otros dirigentes, veteranos y no veteranos.

De buena fuente me llega que el propio Sánchez es favorable al indulto, aunque no se pronunciará sin que se hayan agotado las vías legales que puedan abrirse antes de que Griñán tenga que entrar en la cárcel.

En la petición de indulto presentada el jueves por la familia de José Antonio Griñán (Madrid.1966), expresidente de la Junta de Andalucía, no se niega la comisión del delito ni se formulan objeciones políticas o jurídicas a la decisión del Tribunal Supremo que, al confirmar el fallo de la Audiencia de Sevilla, lo ha condenado a seis años de cárcel por malversación de fondos públicos y por prevaricación, aunque es el primero el que le llevaría a prisión.

José Antonio Griñán Caso ERE
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