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¿Puede ganar Sánchez su apuesta por la sedición despenalizada?
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Antonio Casado

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¿Puede ganar Sánchez su apuesta por la sedición despenalizada?

El presidente puede haber cavado su tumba política, bien por una implosión en el PSOE o por una posible reincidencia del independentismo

Foto: Sánchez, en un mitin del PSOE. (EFE/L. Rico)
Sánchez, en un mitin del PSOE. (EFE/L. Rico)
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No consta pronunciamiento previo del grupo parlamentario socialista sobre el borrado de la secesión en el Código Penal. Ni de los órganos de dirección del PSOE. Sin noticia de que la Comisión Ejecutiva o el Comité Federal hayan sido convocados en relación con sus competencias de "seguimiento de la labor del Gobierno de la nación y del desarrollo legislativo" (sexto punto del artículo 32 y puntos quinto y decimoséptimo del artículo 36 de los vigentes Estatutos Federales del PSOE).

Hemos de entender, pues, que se trata de una apuesta personal del presidente del Gobierno y secretario general del partido. Y las apuestas se ganan o se pierden. Si le sale bien, tenemos Sánchez para rato. Si le sale mal, por implosión del PSOE o vuelta a las andadas del independentismo, será su tumba política.

Foto: El presidente Sánchez recibe en Moncloa a Aragonès. (EFE/Emilio Naranjo)

Tiene muchas papeletas para perderla. Es un explosivo adosado a su cintura política. Pero como son mayoría los sermones que apuntan en esa dirección (incluido el mío), por un puro sentido compensatorio en el cotejo de dos relatos contrapuestos, dedico un turno a las razones de quienes aplauden la iniciativa legislativa y creen que a Sánchez le saldrá bien.

Empezando por él mismo, convencido de que no le pasará factura en las urnas. Entre otras cosas, gracias a su calculado alejamiento de las elecciones territoriales de mayo. Puede desinflamar el llamado conflicto catalán, nos acerca a las legislaciones europeas y divide a los independentistas. En las filas de Junts están de los nervios. Pero esa fractura no es menor ni más grave que la que se aprecia entre las fuerzas de la centralidad del Estado. No sería muy edificante el espectáculo de una reforma del Código Penal apadrinada por un Gobierno y anulada por otro con unos meses de diferencia, si la derivada electoral del caso juega en contra de la apuesta sanchista.

Paso adelante en la pacificación de Cataluña o vinagre en las heridas abiertas en el campo del constitucionalismo. Vale la pena hacer una aproximación razonable al debate abierto por la iniciativa antes de que la onda expansiva de la sedición despenalizada afecte irremediablemente a la campaña electoral de la próxima primavera. Dice Patxi López, portavoz socialista en el Congreso: "Hacemos política, aunque nos cueste perder votos". Lo relevante es que Sánchez ha elegido perderlos por el centro, que son más, y ganarlos por la izquierda plurinacional, que son menos. Creo que es un mal negocio.

"Hacemos política, aunque nos cueste perder votos'. Lo relevante es que Sánchez ha elegido perderlos por el centro, que son más"

En esta batalla por el relato, el sermón de la Moncloa sostiene con fundamento que no hay despenalización para quienes ataquen el orden constitucional, porque el Estado no queda indefenso. Eso es verdad. Sigue disponiendo de la rebelión, la desobediencia, la usurpación de funciones, la malversación, el artículo 155 y la venidera figura de "desórdenes públicos agravados".

El problema es que, en la política nacional, los procesos de intención del adversario son asfixiantes y derivan con facilidad en la exageración, la soflama y la manufactura verbal pensada para el quiosco. Véase cómo, en nombre de la Constitución, la derecha habla de "traición" y en la izquierda se habla de "incumplimiento".

Resulta desalentador que un problema de Estado como es el reto secesionista del independentismo catalán se haya convertido en un elemento de confrontación entre los dos grandes partidos de la centralidad constitucional. Ninguno está libre de pecado. Es verdad que el PP debió haberse ahorrado las excusas, incluida la del borrado de la secesión, para desatascar el CGPJ a su debido tiempo. Pero su obstruccionismo solo es comparable con la incongruencia de Sánchez, que exige al PP el cumplimiento de la Carta Magna mientras pacta con quienes quieren reventarla.

No consta pronunciamiento previo del grupo parlamentario socialista sobre el borrado de la secesión en el Código Penal. Ni de los órganos de dirección del PSOE. Sin noticia de que la Comisión Ejecutiva o el Comité Federal hayan sido convocados en relación con sus competencias de "seguimiento de la labor del Gobierno de la nación y del desarrollo legislativo" (sexto punto del artículo 32 y puntos quinto y decimoséptimo del artículo 36 de los vigentes Estatutos Federales del PSOE).

Código Penal PSOE Partido Popular (PP)
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