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Balaguer, con todo a favor para ser presidenta del TC
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Antonio Casado

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Balaguer, con todo a favor para ser presidenta del TC

No está en juego la agenda de Sánchez, sino el prestigio de la institución, zarandeada en las luchas de poder

Foto: Los magistrados Cándido Conde-Pumpido (i) y María Luisa Balaguer. (EFE/Archivo)
Los magistrados Cándido Conde-Pumpido (i) y María Luisa Balaguer. (EFE/Archivo)
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Conde-Pumpido (A Coruña, 1949) o María Luisa Balaguer (Almería, 1953). Los dos llevan la etiqueta de progresista, pero en “apariencia de neutralidad” la segunda aventaja al primero. También le aventaja en capacidad de forjar consensos con los magistrados tenidos por conservadores, que recelan del otro aspirante, fiscal general con el Gobierno de Zapatero, al verlo como una figura apadrinada por Pedro Sánchez. Está por ver si Balaguer también le aventaja en votos. Lo sabremos tras las votaciones secretas (habrá más de una) de los 11 magistrados, previstas para hoy a mediodía, para elegir al nuevo presidente del Tribunal Constitucional.

Es asunto de mayor cuantía, porque lo que está en juego no es la agenda de Sánchez, sino el prestigio de la institución, muy zarandeada. Bajo esa perspectiva, estamos ante una oportunidad de que recupere el prestigio malogrado en los recientes choques entre poderes del Estado. Y si alguien puede hacer ese milagro es María Luisa Balaguer, una prestigiosa catedrática de Derecho Constitucional que, a solas con su conciencia, ha decidido presentar su candidatura a presidir el TC y competir con Conde-Pumpido, un jurista no menos prestigioso.

Foto: Vista del Tribunal Constitucional. (EFE/Zipi) Opinión

Lo de “a solas con su conciencia” inspiró el discurso pronunciado este lunes por el presidente saliente, González Trevijano, contra la “falsaria dicotomía entre jueces conservadores y progresistas”. Esa decisión de Balaguer no viene exigida por obediencia debida a quien apadrinó su nombramiento (elegida magistrada del TC por el Senado en 2017 en función de su vitola progresista) sino por sentirse ajena a los planes de la Moncloa, favorables a una única candidatura progresista, que no es la suya, sino la de Conde-Pumpido. Pero la de Balaguer puede reventar ese lugar común que consiste en atribuir a los guardianes de la Constitución una posición predeterminada debido a su apadrinamiento por uno de los dos bloques de supuesta obediencia al PSOE que gobierna o al PP que aspira a gobernar.

La independencia de criterio de las dos María Luisas progresistas puede impedir que Sánchez convierta eel TC en una de sus palancas de poder

A la salud de la democracia española le vendría bien que los siete magistrados de inspiración progresista, hasta anoche divididos en torno a las dos candidaturas, unieran sus votos a los cuatro de inspiración conservadora que empatizan con la progresista María Luisa Segoviano. Al igual que la candidata Balaguer, también se ha declarado desafectada por los planes del Ejecutivo en relación con los pronunciamientos de mayor cuantía que esperan al TC (aborto, eutanasia, reforma laboral, educación, flecos del procés, etc.).

Foto: María Luisa Balaguer y Cándido Conde-Pumpido. (EFE/J. P. Gandul)

Miren ustedes por dónde las dos María Luisas, con su acreditada independencia de criterio, impedirían que Sánchez convirtiera el TC en una de sus palancas de poder. Sin ellas, los números no le alcanzan a Conde-Pumpido. Y la Moncloa no tendrá más remedio que dar por buena la elección de Balaguer, pues lo último que quiere Sánchez es una fractura de los suyos. Ya tiene la ansiada mayoría progresista. Y en la Moncloa se vería como un mal menor la frustrada candidatura del ex fiscal general, de probada cercanía al PSOE, cuando más necesitada de neutralidad está la institución llamada a mantener la supremacía de la Constitución y el imperio de la ley.

Ha sido tan ostensible el apadrinamiento socialista de Conde-Pumpido que ha perdido la apariencia de neutralidad exigible a los componentes del tribunal de garantías. Lo demás es endosable a los magistrados conservadores del CGPJ, que jugaron sus cartas con mucha habilidad, descabalgando a José Manuel Bandrés (el preferido de la Moncloa en la renovación del TC) y apadrinando a la también progresista Segoviano. Los otros vocales progresistas no pudieron rechazarla en la doble propuesta del CGPJ para sentarse en el TC.

Conde-Pumpido (A Coruña, 1949) o María Luisa Balaguer (Almería, 1953). Los dos llevan la etiqueta de progresista, pero en “apariencia de neutralidad” la segunda aventaja al primero. También le aventaja en capacidad de forjar consensos con los magistrados tenidos por conservadores, que recelan del otro aspirante, fiscal general con el Gobierno de Zapatero, al verlo como una figura apadrinada por Pedro Sánchez. Está por ver si Balaguer también le aventaja en votos. Lo sabremos tras las votaciones secretas (habrá más de una) de los 11 magistrados, previstas para hoy a mediodía, para elegir al nuevo presidente del Tribunal Constitucional.

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