Es noticia
Ese cine español que nos retrata
  1. España
  2. Al Grano
Antonio Casado

Al Grano

Por

Ese cine español que nos retrata

Pocas veces fue tan apacible el 'stress-test' anual del Gobierno ante la gente del cine en la ceremonia de los Goya

Foto: La actriz Eulalia Ramón (2D), viuda de Carlos Saura, y dos de los hijos del director, Antonio y Anna (d). (EFE/José Manuel Vidal)
La actriz Eulalia Ramón (2D), viuda de Carlos Saura, y dos de los hijos del director, Antonio y Anna (d). (EFE/José Manuel Vidal)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Muchas cosas ocurrieron en la tradicional entrega de los premios Goya 2023. Se lloró la muerte del gran Carlos Saura (Goya de honor al sandiós de nuestro cine) con un aplauso interminable, como en la ópera. Jordi Évole apoyó la convocatoria de la marcha por la sanidad pública que ayer colapsó el centro de Madrid. El actor revelación por La consagración de la primavera, Telmo Irureta, nos recordó en su silla de ruedas que los discapacitados también follan. Y el presentador Antonio de la Torre (junto a Clara Lago) rememoró el sentido alegato de Julio Anguita contra las guerras y "los canallas que las hacen".

Nos retratan las historias contadas en las películas y los creadores que las hacen. En algunos casos se retratan a sí mismos, pero no dejan de formar parte de un estamento más de la sociedad, tan vivo como el de los periodistas, la clase política, los jueces o los registradores de la propiedad.

Foto: 'As bestas', ganadora del premio Goya a mejor película

Este año tocaban los dramas de la España vaciada (As bestas y Alcarràs, malditos artilugios que hieren la tierra), la nunca bien ponderada fortaleza de la mujer frente a los golpes de la realidad (Cinco lobitos), el bullying entre adolescentes (Cerdita) y una mirada a la transición desde la cárcel (Modelo 77).

Nos retrata el cine por las obras de gente sensible a los problemas de nuestro tiempo. También por lo que se dice o se hace cada año en esta ceremonia. La guapa gente del cine apuesta por la moda española en el paseíllo previo y aparece remozada por el empuje del talento femenino (mayoría de mujeres nominadas, con cinco directoras de las siete películas candidatas) y rejuvenecida con el salto de una brillante generación.

Como espejo de lo que ocurre, los minutos de gloria de los Goya de este año fueron indolentes en asuntos tan acuciantes del aquí y ahora como los efectos de la pandemia, el barullo de la ley del solo sí es sí, las víctimas del terremoto en Turquía y Siria, la guerra de Ucrania, la alarmante banalización de la vida política nacional o los problemas de las familias españolas para llegar a fin de mes.

Foto: Gloria, Miguel Ángel, Carmen y Cinta, vecinos de Les Coves en los terrenos afectados por el proyecto Magda. (C.R.)
TE PUEDE INTERESAR
El 'Alcarràs' valenciano que explica por qué hay rechazo a las fotovoltaicas en la España rural
Víctor Romero, Coves de Vinromà Fotografía: Carme Ripollés

Tal vez les falte distancia a los creadores para ocuparse de asuntos tan ciertos como esos. O tal vez a la gente del cine español le sobre cercanía con el gobernante de turno. La que le faltó antaño cuando los presentadores de la gala de 2003, Alberto San Juan y Willy Toledo, aparecieron al final de la ceremonia en el Palacio de Congresos de Ifema con camisetas tuneadas con el lema No más sangre por petróleo.

Tan emparejados como hace 20 años van esos dos vectores, sangre y petróleo, en la actual guerra de Ucrania, pero en la gala del sábado noche (siete películas nominadas, ocho fiestas para celebrarlo en Sevilla hasta altas horas de la madrugada), solo mereció una pasajera alusión de pasada de Antonio de la Torre al alegato pacifista de Julio Anguita.

"Ministros y ministrables, este año no pedimos nada, ya nos veremos en los despachos"

Si entonces me pareció justa y necesaria la posición del mundo del cine contra la injustificable invasión de Irak por EEUU, con la no menos injustificable complicidad del Gobierno de Aznar, me hubiera parecido justa y necesaria una explícita condena de la invasión de Ucrania por Rusia. Además, habría acariciado los oídos de la clase política representada al más alto nivel en esta 37ª edición de los premios Goya (Gobierno, oposición, presidente andaluz y cinco ministros).

Pocas veces ha sido tan apacible el stress-test anual del Gobierno en la ceremonia de los Goya. Y pocas veces el presidente de la Academia se ha mostrado tan poco reivindicativo. "Ministros y ministrables, este año no pedimos nada, estamos bien, ya nos veremos en los despachos", dijo al cierre Fernando Méndez Leite. El milagro lo han hecho las plataformas televisivas (cine en la pequeña pantalla de casa) y su voracidad creativa en las historias servidas por entregas (series).

Muchas cosas ocurrieron en la tradicional entrega de los premios Goya 2023. Se lloró la muerte del gran Carlos Saura (Goya de honor al sandiós de nuestro cine) con un aplauso interminable, como en la ópera. Jordi Évole apoyó la convocatoria de la marcha por la sanidad pública que ayer colapsó el centro de Madrid. El actor revelación por La consagración de la primavera, Telmo Irureta, nos recordó en su silla de ruedas que los discapacitados también follan. Y el presentador Antonio de la Torre (junto a Clara Lago) rememoró el sentido alegato de Julio Anguita contra las guerras y "los canallas que las hacen".

Premios Goya Cine
El redactor recomienda