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Vientres de alquiler: vacío legal y malditos fariseos
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Antonio Casado

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Vientres de alquiler: vacío legal y malditos fariseos

No es más defendible un aborto legal que el alumbramiento de una vida pactado libremente por las dos partes

Foto: Congreso de los Diputados. (EFE/J.J. Guillén)
Congreso de los Diputados. (EFE/J.J. Guillén)
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Hay cosas que el BOE no puede impedir por decreto. Ergo, mejor regular que prohibir. Si se regula la eliminación de un feto en determinadas condiciones (aborto) con mayor motivo habrá de regularse la gestación convenida (paso a un nuevo ser). ¿Por qué habría de ser moral y legalmente más defendible la interrupción de un embarazo no deseado que el alumbramiento de una vida pactado libremente por las dos partes?

Tarea apremiante del poder legislativo es acabar cuanto antes con el incomprensible vacío normativo en nuestro país respecto a la gestación subrogada, lo cual no ha impedido el recurso a los vientres de alquiler (ilegalmente dentro y legalmente fuera) por parte de ciudadanos españoles que lo han necesitado. Mientras tanto, larga vida a la hija de Ana Obregón), que llegará de Miami (Florida) con todas las de la ley, la de allí, antes de adaptarse a la de aquí (tutela del Estado inmediata). "Luz en mi oscuridad", ha declarado la actriz. A ver quién se atreve a objetar esta descarga emocional previo pago de un embarazo subrogado.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Javier Lizón)

Tal vez un umbral de edad (mínimo y máximo) debería ser causa de impedimento en una eventual regulación. No obstante, como en el caso de Ana Obregón, es inatacable el deseo de costear la venida de un nuevo ser al mundo, arroparlo, cuidarlo y educarlo desde el minuto cero. Del mismo modo, es inatacable la voluntad de facilitar ese noble sentimiento, al margen de que la gestación sea altruista o retribuida.

Una vez fijadas las generales de la ley, toca señalar a los malditos fariseos que simplifican el debate sin moverse de sus despachos. Me refiero sobre todo a los que pontifican sobre el hecho de que pueda comprarse o venderse por dinero una necesidad afectiva, entendida como acto de amor y canto a la vida.

Los escrúpulos por el aspecto retributivo de la subrogación me parecen cínicos y alejados de la realidad. Sobre todo, cuando se apoyan en el mantra feminista de la "violencia contra la mujer", vista como un objeto de explotación. Por un lado, es un juicio temerario sobre el estado de necesidad de la gestante (seguramente económico) y de quien paga la gestación (seguramente afectivo). Por otro, me parece que esta forma de prohibicionismo es de inspiración totalizante porque aplasta la libertad individual de la mujer que ofrece su vientre por una buena causa.

Es inatacable el deseo de costear el alumbramiento de una nueva vida, al margen de que la gestación sea altruista o retribuida

El feminismo ha encontrado en este caso la ocasión de ponerse estupendo en defensa de las mujeres porque la gestación subrogada se aprovecha de la pobreza de las gestantes. Eso es una obviedad, pero ¿qué culpa tiene de ser pobre la mujer que alquila su cuerpo?

Aunque el uso del cuerpo humano —o "partes del mismo"— como "objeto de lucro" está prohibido en la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, el voluntarismo declarativo decae en los ámbitos de la libertad individual dejando a los poderes públicos la tarea de garantizar dichos espacios frente a bandas organizadas o prácticas mafiosas que, esas sí, acaban creando situaciones reales de explotación de la mujer.

No puede haber explotación cuando hay libre consentimiento entre la gestante y quien la contrata. No es quien el poder político para decidir lo que es y lo que no es esclavizante en esta vida cuando la mercantilización está por medio. Absténgase el Estado de dictar a la mujer gestante cuáles son las buenas o las malas razones de ese consentimiento. Y eso sirve también para las relaciones sexuales, el ejercicio de la prostitución, el desempeño de un puesto de trabajo penoso o particularmente desagradable o las empresas que fabrican sus productos esclavizando a trabajadores del tercer mundo.

Absténgase el Estado de dictar lo que es o no es esclavizante en esta vida cuando la mercantilización está por medio

Corto y cierro, pero me quedo hablando solo ante el hecho de que discutamos más sobre la nueva vida que viene al mundo después de pasar por un vientre alquilado que sobre el volquete de proyectiles europeos destinados a matar en la guerra de Ucrania.

Hay cosas que el BOE no puede impedir por decreto. Ergo, mejor regular que prohibir. Si se regula la eliminación de un feto en determinadas condiciones (aborto) con mayor motivo habrá de regularse la gestación convenida (paso a un nuevo ser). ¿Por qué habría de ser moral y legalmente más defendible la interrupción de un embarazo no deseado que el alumbramiento de una vida pactado libremente por las dos partes?

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