Feijóo se consolida como aspirante creíble a la Moncloa

Por encima del quinielismo de anoche sobre negociaciones para pactar nuevas ecuaciones de poder en autonomías o alcaldías concretas, la lectura de los resultados en clave nacional castiga a Sánchez y consolida a Núñez Feijóo como aspirante creíble a la Moncloa. El PP gana poder institucional, y es mayoritario en tres de los cuatro grandes caladeros autonómicos de escaños para el Congreso (Andalucía, Madrid y Valencia).

Respecto a lo que los nuevos politólogos llaman la batalla del relato, se impone el avance de la España azul. Con derivadas tan significativas como la entrada de los nacionales en territorios rojos como Valencia, Asturias y Andalucía. Aunque no menos curiosa que el tinte rojo en la Navarra derechista de toda la vida (atención al subidón de Bildu).

Se mire como se mire, Pedro Sánchez suspende en las elecciones territoriales

En cuanto a las tendencias de fondo marcadas en el recuento de anoche, tomo prestado de un conocido sociólogo el final de tres ciclos políticos. El primero afecta a la llamada nueva política (Ciudadanos desaparece y Podemos se hace irrelevante frente al avance del yolandismo). El segundo afecta al procés de Cataluña, ausente en los debates de la campaña. Y el tercero está por ver. Queda pendiente de verificación en diciembre. Me refiero al sanchismo.

Se mire como se mire, Pedro Sánchez suspende en las elecciones territoriales. Tiene un semestre por delante. Faltan más de seis meses y un laberinto de variables que pueden hacer salir el sol por Antequera o por Villafranca del Penedés. De momento, a Sánchez le han atropellado dos mantras. Uno cualitativo: la falta de credibilidad no tiene cura. Y otro cuantitativo: el que atribuye la victoria en las generales al que previamente gana las municipales. (Pendientes del dato final, a última hora de la noche, el PP aventajaba claramente al PSOE en la macroencuesta municipal que resulta de sumar los votos en todos los ayuntamientos españoles).

Ninguna de las varas de medir permite hablar de otro ganador el 28-M que no sea el PP. Excepto en Barcelona, gobernará en las grandes ciudades (Madrid, Valencia, Sevilla y Zaragoza) y en más comunidades de las dos que ya gobernaba (Madrid y Murcia), mientras que el PSOE, en contra de sus previsiones, pierde la batalla de Valencia y resulta desplumado en Andalucía.

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Habida cuenta de que ha sido una consigna seguida por todos los candidatos del PP, sin importar el mayor o menor tamaño de sus respectivos terrenos de juegos, el clarinazo antisanchista le ha funcionado a Feijóo desde que lo claveteó en su último cruce parlamentario con el presidente del Gobierno ("Mi objetivo es derogar el sanchismo"). El clarinazo tampoco es mal visto en la parte del campo socialista que quiere la marcha de Sánchez y el retorno del PSOE.

Tampoco se confirmó la victoria socialista de Jaume Collboni en el Ayuntamiento de Barcelona. Así que no podrá ya convertirse en la coartada de Pedro Sánchez para compensar la irrelevancia del PSOE en Madrid y en el resto de las grandes urbes españolas.

Aunque es una de las alcaldías en disputa, a la espera de las negociaciones entre los partidos (donde incluso el PP podría ser decisivo para inclinar la balanza a favor de Collboni), ya es un motivo de celebración que en esta campaña se haya desinflado el octubrismo. Lo de "Catalunya is not Spain" ya no da votos, ni entre los propios independentistas. Otra cosa es determinar si esta indolente actitud de ERC y Junts se debe al hartazgo o al plan desinflamatorio del Gobierno de Pedro Sánchez.