Es noticia
Papeles cambiados
  1. España
  2. Al Grano
Antonio Casado

Al Grano

Por

Papeles cambiados

Convaleciente de un grave percance en mayo, Sánchez sale al ataque. Feijóo, a verlas venir, sin que parezca falta de proyecto

Foto: Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, en O Grove. (EFE/Salvador Sas)
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, en O Grove. (EFE/Salvador Sas)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Un Sánchez agresivo y un Feijóo indolente veremos en el cruce televisado de esta noche entre el titular y el aspirante. Cuestión de olfato: si algo realmente nuevo no nos hace saltar del asiento, la tensión previa nos acabará dejando con la cabeza caliente y los pies fríos. Me baso en la escasa capacidad de sorprender por parte de dos personajes tan previsibles en un posible “intercambio de zascas” anunciado por Yolanda Díaz.

Pedro Sánchez, convaleciente de un grave percance (elecciones territoriales del 28-M), sale al ataque. Está obligado a ejercer una presión alta al aspirante. Es más arriesgado. Si no le sale bien, esa agresividad puede hacerle perder el debate, pero no tiene opción. En cuanto a Núñez Feijóo, la contrafigura, viene surfeando sobre la cresta de unos sondeos mayoritariamente favorables. Por tanto, le bastará con dejarse llevar por la ola.

Todas las cartas ya están boca arriba. Nada que no hayamos visto en las dos campañas electorales encadenadas, a cuál más ruidosa

El mundo al revés de los tutoriales del ajedrez. Quien debería jugar con blancas, atacando, tomando la iniciativa, proponiendo, se pondrá a verlas venir. O sea, a la defensiva, sin que lo parezca, solo pendiente de no cometer errores. Y quien debería jugar con negras, enrocado en su hoja de servicios tras cuatro años en el poder, a la espera de que arriesgue el otro, va camino de ver cómo su tensión se refrigera en la indolencia galaica que conviene al aspirante.

En realidad, todas las cartas ya están boca arriba. Nada que no hayamos visto en las dos campañas electorales encadenadas (territoriales de mayo, generales de julio), a cuál más ruidosa. Tiempo suficiente para familiarizarnos con los confesados objetivos y sus respectivos argumentarios. Ergo, el acierto o el error están en las dosis: un exceso de indolencia en Feijóo se percibiría como falta de proyecto. Pregonar que el cambio consiste en tener “un Gobierno del que podamos fiarnos” es una intención virtuosa, no un proyecto. Y una agresividad exagerada en Sánchez confirmaría que es certera la pedrada del adversario: está desesperado porque se ve fuera de la Moncloa.

La alerta antifranquista solo sirve para fijar a los propios, no para importar los votos del otro bloque que pueden alterar la relación de fuerzas

La alerta antifranquista ya movió todos los votos sensibles a ese peligro enlatado en un par de salmos mal traídos. Ahora solo sirve para fijar a los propios, dentro del mismo bloque. No para importar votos del otro. Justamente los que podrían alterar la relación de fuerzas entre ambos. Son los más cercanos a la línea divisoria por uno y otro lado. Es el espacio habitado por el mayor número de los indecisos, adscritos a un 60% del censo sediento de centralidad.

La reciente alusión del expresidente del Gobierno e histórico líder socialista, Felipe González, a la franja más ancha del electorado, ignorada en su función mullidora de radicalismos, aparecerá cuando el líder del PP vuelva a reclamar el Gobierno para la lista más votada por abstención del otro grande, como una forma de romper la política de bloques. Será uno de los postulados de Feijóo en el debate de esta noche.

Foto: Pedro Sánchez, durante una rueda de prensa en Bruselas. (EFE/Olivier Hoslet) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Sánchez pincha en España y triunfa en Europa
Antonio Casado

Para bien o para mal, eso depende de las preferencias de cada uno, los españoles nos estamos jugando un cambio de ciclo político. Dependerá de los números agrupados en cada uno de los dos bloques en lucha por el poder. El de las derechas, con el PP al frente solo o acompañado por Vox. El de las izquierdas, con el PSOE ineludiblemente acompañado por Sumar y con el probable apoyo parlamentario de los nacionalismos periféricos.

De ahí que el capítulo dedicado a la política de pactos vaya a ser, en principio, la estrella del debate. Y de ahí que Feijóo pueda permitirse desmarcarse de Vox ma non troppo (aliado probable) para inducir al voto útil hasta el recuento de la noche electoral, mientras que Sánchez no podrá hacer lo mismo respecto a Sumar (aliado fijo).

Un Sánchez agresivo y un Feijóo indolente veremos en el cruce televisado de esta noche entre el titular y el aspirante. Cuestión de olfato: si algo realmente nuevo no nos hace saltar del asiento, la tensión previa nos acabará dejando con la cabeza caliente y los pies fríos. Me baso en la escasa capacidad de sorprender por parte de dos personajes tan previsibles en un posible “intercambio de zascas” anunciado por Yolanda Díaz.

Pedro Sánchez Alberto Núñez Feijóo PSOE Partido Popular (PP) Elecciones Generales
El redactor recomienda