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Sánchez y Puigdemont se hacen un "Viondi"
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Antonio Casado

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Sánchez y Puigdemont se hacen un "Viondi"

Ni el PSOE ni los independentistas regalarán a Feijóo una nueva bala, ahora que disfrutan bailando sobre su tumba

Foto: Hombre y perro pasan delante de un grafiti de Puigdemont y Sánchez besándose. (Reuters/Albert Gea)
Hombre y perro pasan delante de un grafiti de Puigdemont y Sánchez besándose. (Reuters/Albert Gea)
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Una cosa lleva a la otra. Agotada la secuencia constitucional con el paso de la presidenta del Congreso por la Zarzuela, donde el Rey acusó recibo de la investidura fallida de Feijóo, es el turno del otro candidato a la Moncloa (artículo 99 de la CE). Y como el desenlace vuelve a depender de terceros, todas las miradas se centran en 14 diputados del independentismo catalán (7 Junts, 7 ERC), ahora concertados en sus dos exigencias canjeables por el apoyo al candidato Sánchez. A saber: amnistía de los líderes del procés y referéndum de autodeterminación.

A la espera de conocer la fecha de la nueva sesión de investidura, una vez que el Rey haya consultado a los jefes de fila de los partidos con representación parlamentaria (ronda anunciada para lunes y martes próximos), la voracidad especulativa de los actores políticos y mediáticos del culebrón alquila balcones para ver como Sánchez y Puigdemont se tocan la cara.

Foto: Carles Puigdemont, en un acto en Bélgica. (EFE/Olivier Matthys)

Tal cual. Socialistas e independentistas se hacen un Viondi en plan "te equivocas, te estás equivocando". Los unos a los otros porque sin autodeterminación no hay investidura (Puigdemont-Junqueras, ahora sincronizados). Y los otros a los unos, porque con autodeterminación no hay trato, sino repetición de elecciones (Salvador Illa dixit).

El nudo gordiano solo es aparente. No pasará a mayores el recíproco cacheteo. Romper la baraja no es una opción. Por la cuenta que les trae. Así que los tanteos desembocarán en lo que interesa a ambos: entenderse para poder colmar sus respectivas ambiciones. De ninguna manera regalarán a Feijóo una nueva bala, ahora que disfrutan bailando sobre su tumba cuando su liderazgo ha salido reforzado de la investidura fallida en las votaciones, no en la imagen de alternativa creíble a Pedro Sánchez.

Si surfeamos las respectivas olas mediáticas de los dos bandos de la política nacional, advertiremos que una de ellas expresa lo que desea ("Los socialistas se plantan ante Junts y ERC por el referéndum"), en tanto la otra expresa lo que teme ("Junts y ERC reviven el frente secesionista y ponen contra las cuerdas al PSOE"). Pero la calculada ambigüedad de la resolución conjunta del Parlament no da para apuntalar esas posiciones.

Foto: Juanma Moreno y Díaz Ayuso a su llegada al Congreso. (EFE/Fernando Alvarado)

El texto sugiere que los diputados independentistas no investirán a Sánchez si no se compromete a "trabajar para hacer efectivas las condiciones para la celebración de un referéndum". Vemos cómo se exige el compromiso de trabajar por la autodeterminación (y también por la amnistía, objeto de otra resolución con el mismo sesgo conminatorio).

Comprometerse a "trabajar para crear las condiciones" no es lo mismo que comprometerse a poner en el Boletín Oficial del Estado la amnistía y la autodeterminación. A eso no se ha comprometido Sánchez. Ni se comprometerá. Tampoco se lo piden expresamente los independentistas, conscientes de que es una línea roja para el PSOE, cuyo salmo reiterativo es el de seguir apostando por el diálogo y la negociación discreta.

Foto: Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso este viernes. (EFE/Sergio Pérez)

Y justamente entre lo uno y lo otro, la voluntad de hacerlo y el hacerlo realmente, se mueve la respuesta inmediata de los socialistas (comunicado conjunto del PSOE y el PSC). Por supuesto, a favor de lo primero, como apuesta "por el diálogo", sugiriendo que el tono amenazante del independentismo encubre una apuesta "por la discordia".

Y eso —viene a decir el comunicado de los socialistas— imposibilita seguir avanzando "por el camino de la convivencia y la cohesión, el entendimiento y el progreso económico y social de Cataluña, siempre dentro de la Constitución". Pero no me engaño. A la vista de los antecedentes, se equivocará quien crea que eso deja más tranquilo al comentarista.

Una cosa lleva a la otra. Agotada la secuencia constitucional con el paso de la presidenta del Congreso por la Zarzuela, donde el Rey acusó recibo de la investidura fallida de Feijóo, es el turno del otro candidato a la Moncloa (artículo 99 de la CE). Y como el desenlace vuelve a depender de terceros, todas las miradas se centran en 14 diputados del independentismo catalán (7 Junts, 7 ERC), ahora concertados en sus dos exigencias canjeables por el apoyo al candidato Sánchez. A saber: amnistía de los líderes del procés y referéndum de autodeterminación.

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