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Cómo echar la siesta sin quitarte los esquís
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Antonio Casado

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Cómo echar la siesta sin quitarte los esquís

Este Gobierno nace tutelado por enemigos de la Constitución y del Rey, cuya lealtad han prometido los nuevos ministros

Foto: Foto de familia, del presidente del Gobierno de la XV legislatura, Pedro Sánchez (c), junto a las vicepresidentas y ministros del Ejecutivo. (Europa Press/Eduardo Parra)
Foto de familia, del presidente del Gobierno de la XV legislatura, Pedro Sánchez (c), junto a las vicepresidentas y ministros del Ejecutivo. (Europa Press/Eduardo Parra)
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El nuevo Gobierno, cuyos miembros han prometido lealtad al Rey y la Constitución, nace tutelado por los enemigos del Rey y la Constitución. De ellos depende su supervivencia. Cinco diputados de Podemos pastoreados por Iglesias Turrión y siete de Junts pastoreados por Carles Puigdemont. Dos cráneos privilegiados sin diagnosticar y dos formas de separatismo. Dos ovejas negras. Uno de la familia (la izquierda) y otro del Estado.

Sobre todos ellos planea el electrificado nubarrón de la ley de amnistía, ya en el telar parlamentario con informe favorable de los letrados del Congreso, que ya no ven “palmaria y evidente” la inconstitucionalidad de la amnistía a los golpistas de 2017 en Cataluña, dos años después de decir lo contrario.

El giro de guion viene sincronizado con los cambios de opinión de Sánchez. Se repite el síntoma en el Tribunal Constitucional. Y, por supuesto, en la mayoría parlamentaria con base en los pactos previos. Mayoría tambaleante. No solo por la presión exterior: la calle, el consabido cerco institucional de la oposición y la actitud vigilante de Europa (atentos al debate de hoy sobre la amnistía en el pleno del Parlamento reunido en Estrasburgo). También por la interior: querencia escapista de Podemos a la izquierda del PSOE y la insolente advertencia de Junts a Sánchez (“Con nosotros no intente tentar a la suerte”).

Vino nuevo en odres viejos. El "impulso reformista" es la constante. Pero los odres viejos también se rompen con el vino nuevo

En estas condiciones, gobernar será como echar la siesta sin quitarte los esquís después de un eslalon de varas. Así es el poder conminatorio de los subversivos compañeros de viaje de Sánchez. Sobre todo, el de los independentistas catalanes, cuya aportación a la estabilidad se irá prestando con protocolos de fiscalización pactados en Ginebra (Suiza).

Frente a una realidad tan palmaria, la homilía sobre el “alto perfil político”, “acento feminista” y “enfoque integradordel nuevo Gobierno se queda en puro confeti verbal. Todo lo cual, unido a las alertas económicas de las agencias de calificación, ensombrece el horizonte (“Un Gobierno para el vendaval”, editorializa el diario más afín a las tesis de la Moncloa) y comprime el alcance de las novedades en el Consejo de Ministros que hoy se reúne por primera vez en la Moncloa.

Sánchez habla de continuismo. Vino nuevo en odres viejos. El “impulso reformista” es la constante. Pero, como dice mi primo, Carlos Alonso, “los odres viejos se rompen con el vino nuevo y, una vez derramado el vino, también pierdes los odres”, que es justamente lo que hace unos días insinuaba el ex primer ministro galo Manuel Valls: “Cuando Sánchez caiga, el PSOE podría desaparecer como el socialismo francés”.

Es llamativa la entrada en el Gobierno de Óscar Puente, al que Sánchez utilizó como jabalí parlamentario contra Feijóo

Veo la peor versión del continuismo sanchista en la asignación del Departamento de Justicia al de Presidencia, en la persona de Félix Bolaños. Desde la Moncloa, gestionará simultáneamente los tratos del Ejecutivo con el Parlamento (Relaciones con las Cortes) y, atención, con el poder judicial. Más claro no puede estar el propósito vigilante del Ejecutivo cuando los jueces tengan que aplicar la ley de amnistía.

Lo demás es fungible en el análisis, hasta el poder emergente de Yolanda Díaz, que sustituye al de Iglesias en la promoción de nombres a la izquierda del PSOE. Sí son significativas algunas ratificaciones. En negativo, la de Marlaska en Interior, donde se custodian algunos misterios de la nueva relación de España con Marruecos. Y en positivo, las de Robles en Defensa y Planas en Agricultura, después del buen trabajo de ambos.

En cuanto a los nuevos, me sorprende para mal la entrada en el Gobierno de Óscar Puente, al que Sánchez utilizó como jabalí parlamentario contra Feijóo en la fallida investidura del líder del PP. Y me sorprende para bien la entrada en Industria de Jordi Hereu, simplemente por su verificada competencia en esta área de trabajo, que sigue siendo una asignatura pendiente de nuestro sistema productivo.

El nuevo Gobierno, cuyos miembros han prometido lealtad al Rey y la Constitución, nace tutelado por los enemigos del Rey y la Constitución. De ellos depende su supervivencia. Cinco diputados de Podemos pastoreados por Iglesias Turrión y siete de Junts pastoreados por Carles Puigdemont. Dos cráneos privilegiados sin diagnosticar y dos formas de separatismo. Dos ovejas negras. Uno de la familia (la izquierda) y otro del Estado.

Pedro Sánchez
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