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Antonio Casado

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Hola, 2024: lo que tememos

A escala nacional, dos factores de implosión: imprevisibilidad de Sánchez y su tambaleante pedestal de poder

Foto: Sánchez, Aragonès y Morant. (Europa Press/Kike Rincón)
Sánchez, Aragonès y Morant. (Europa Press/Kike Rincón)
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Caldo de cerebro para el quinielismo político de 2024. Es lo que toca al caer la última hoja del calendario de 2023. El atrevimiento del comentarista frente al laberinto de variables que acechan al paso de los próximos 365 días. Un año marcado dentro y fuera de España por las convocatorias electorales y los inciertos caminos de la inteligencia artificial en la fabricación de realidades tuneadas.

En un horizonte más bien pesimista, todas las prospectivas resaltan más lo temido que lo deseado para el año que acabamos de estrenar. Por mí, que no quede:

A escala nacional, ojo a dos factores de implosión en el tablero político. Básicamente, dos. Uno, la imprevisibilidad de Sánchez, tan dado a los cambios de opinión. Y, otro, el tambaleante pedestal de lo que el presidente llama "Gobierno de coalición progresista encabezado por el PSOE" (carta a los militantes). En realidad, una amalgama de partidos marcada por tres fracturas: la socialista (lo que va de Felipe a Pedro), la de los indepes (PNV-Junts frente a ERC-Bildu) y una tercera a la izquierda del PSOE (escapismo de Podemos en la balcanizada Sumar).

Yo no apostaría por la normalidad de una España condicionada por quienes cuestionan el régimen del 78 o directamente no quieren ser españoles. Pedro Sánchez, sí, claro. Él pone en valor la creación de un espacio de "convivencia y acogida" para quienes "incluso recelan de la propia Constitución". Hagan sus apuestas ustedes mismos.

El tablero internacional viene marcado por las urnas en la UE y en EEUU, las dos potencias que condicionan la vida a este lado del mundo

No menos incierto se presenta el panorama a escala internacional, de ineludible afectación a España, por supuesto. Viene marcado por la llamada a las urnas en la Unión Europea (junio) y en los Estados Unidos (noviembre). Las dos potencias que pueden cambiarnos la vida a quienes vivimos en esta "civilizada" parte del mundo (urnas, ley, derechos humanos). Las respectivas citas electorales forman parte de una misma secuencia.

En Bruselas preocupa la evolución de las dos guerras (Ucrania y Oriente Próximo) que se están librando en las fronteras europeas. Pero la tensión preelectoral detectada en el estricto ámbito de la UE gira en torno al avance de la ultraderecha. No paramos de glosar los teorizados miedos a la fatiga democrática reflejada en altos índices de abstención. Terreno abonado para las formaciones populistas, radicales, xenófobas y euroescépticas, muy visibles en los países de nuestro envejecido continente.

Foto: Ilustración: Marina G. Ortega.
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En el fondo, es tensión compartida en EEUU ante un eventual retorno de Donald Trump a la Casa Blanca. De momento, sigue abierto el desenlace de sus batallas judiciales en una ciudadanía enredada en el desconcertante debate sobre si las leyes (tribunales de Justicia) han de prevalecer sobre las urnas (votantes del pueblo soberano), cuando un aspirante a la presidencia está incurso en un supuesto de insurrección (a vueltas con la 14.ª enmienda).

Entretanto, Putin ralentiza la guerra de Ucrania a la espera de que Trump siembre vientos más favorables a la causa rusa por entender que es un conflicto europeo donde a EEUU no se le ha perdido nada. Lo cual, evidentemente, supondría un mayor nivel de exposición al conflicto por parte de España, con la parte "pacifista" del Gobierno en contra de nuestra implicación. La misma que, respecto al conflicto de Gaza, abraza la causa de los palestinos y pide romper relaciones con Israel.

Caldo de cerebro para el quinielismo político de 2024. Es lo que toca al caer la última hoja del calendario de 2023. El atrevimiento del comentarista frente al laberinto de variables que acechan al paso de los próximos 365 días. Un año marcado dentro y fuera de España por las convocatorias electorales y los inciertos caminos de la inteligencia artificial en la fabricación de realidades tuneadas.

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