Puro teatro: nos volvió a hacer la envolvente

De nuevo La Lupe (1939-1992) y su famosa canción nos libran de ponernos estupendos para descifrar la envolvente que nos ha vuelto a hacer Pedro Sánchez.

Tal cual:

“Perdona que no te crea/ igual que en un escenario finges tu dolor barato/ tu drama no es necesario/ ya conozco ese teatro/ lo tuyo es puro teatro/ falsedad bien ensayada, estudiado simulacro/ qué bien te queda el papel/ después de todo parece que esa es tu forma de ser”. Así lo decía la gran cantante cubana tras un contratiempo sentimental. Viene pintiparado a este cuento.

Pista para el artista en los medios afines con licencia para dejar a los entrevistadores con la palabra en la boca. Nada nuevo. Es lo suyo: viajar a los cerros de Úbeda cuando le preguntan en medios de comunicación o en las sesiones de control parlamentario. Pero todo tiene un límite. La impostura no da más de sí. Y eso lo han descubierto hasta los suyos, conscientes de haber sido utilizados en pasiones menores con palabras mayores.

Opinión

TE PUEDE INTERESAR

Sánchez, un autócrata de libro y sus sinceras mentiras

José Antonio Zarzalejos

Sánchez en estado puro. Tres palabras repetidas hasta la saciedad (“bulos”, “desinformación”, “fango”) y tres expresiones retóricas que no dicen nada (“apuesta por la dignidad”, “en defensa de la democracia” “oposición destructiva”) componen el relato de su chantaje a quienes dependen de su poder. Con moralina incluida en sus comparecencias de la Moncloa, TVE y la SER.

Es abochornante la pobreza argumental del discurso del presidente del Gobierno sobre sus cinco días de aislamiento. Se le ven los trucos por todas partes. Inconsistente y sobrecargado de retórica, medias palabras y balas de fogueo inservibles para ocultar una indisimulable tendencia totalizante.

Opinión

TE PUEDE INTERESAR

Pura táctica, puro cinismo

Josep Martí Blanch

Increíble, pero cierto, que el titular del poder ejecutivo se presente sin ruborizarse como la persona indicada para decidir cuándo un juez está actuando con independencia y cuándo está actuando como parte de la jauría derechista-ultraderechista.

También ha puesto en la diana de su cruzada por la “dignidad” a los medios contrarios a su doctrina sobre los límites entre libertad de expresión y libertad de difamación. Por la parte que nos toca, procede aclarar que, en el plano informativo -no en el opinativo, que va con cada opinador o cada columnista-, las noticias que difunde El Confidencial no hacen juicios de intención ni anticipan decisiones judiciales. Son hechos veraces no desmentidos por los propios afectados.

Escribí hace una semana que Sánchez se había puesto una soga al cuello porque se había impuesto un dilema cuyas dos salidas, renunciar o seguir, eran malas. Si seguía, porque se le iba a ver la naturaleza populista de su maniobra plebiscitaria. Y si renunciaba, porque iba a desestabilizar gravemente el tablero político, amén de dejar al PSOE desangrado por diez años de caudillismo.

Opinión

TE PUEDE INTERESAR

El día que Sánchez dejó de sorprender

Javier Caraballo

Por lo tanto, no ha hecho más que alimentar las hipótesis de quienes ya veníamos diciendo que está en tiempo de descuento. A ritmo acelerado tras este autogolpe a su ya resentida credibilidad dentro y fuera de España.

Su error de bulto, que no dejará de pasarle factura, ha sido el de confundir su vulnerabilidad con una presunta indefensión del Estado. Más que el Estado. La propia democracia está en peligro y Sánchez nos pide que acudamos a salvarla mientras se ofrece a liderar la operación regeneradora. “Liderarla, no monopolizarla”, aclara.

Manda huevos, que diría Trillo en cristiano desahogo.