Cuenta atrás hacia el fin del sanchismo

La espantada con aparente final feliz del presidente del Gobierno va a tener consecuencias y no precisamente gozosas para la causa del sanchismo. Lo acaba de verbalizar el histórico dirigente socialista, Alfonso Guerra. Sostiene en declaraciones a The Times que "Sánchez ha cavado su propia tumba".

No es la única señal.

Hay mar rizada tirando a marejadilla en las aguas del PSOE tras los cinco días del líder al rincón de pensar. Precede a la marejada, fuerte marejada y, si llega el caso, mar arbolada por cuenta del post-sanchismo que viene. Lo que de siempre dimos en llamar "debate sucesorio".

El "estoy con ánimo para a seguir tres años más y los años que quieran los españoles", posterior al grito implorante, pero no masivo de la militancia, ha sonado como explícito ofrecimiento de disponibilidad para continuar liderando al PSOE sin límite de tiempo. Y parece dirigido a quienes creen —creemos— que después de su extraña retirada al rincón de pensar (almohada compartida), el PSOE se enfrenta a una travesía del desierto.

En declaraciones a 'The Times' el histórico dirigente socialista, Alfonso Guerra, sostiene que "Sánchez ha cavado su propia tumba"

Lo curioso es que la conjetura la ha agitado el propio Sánchez.

Me remito en este punto al análisis del periódico más cercano a este presidente y este Gobierno. En línea editorial de El País, al que tanto debe la obra de la transición y el asentamiento de la democracia tras la muerte de Franco, se constataba la semana pasada que ha sido el mismo secretario general del PSOE quien "ha alimentado el debate sucesorio al amagar con un paso atrás que nadie esperaba".

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Marisol Hernández

El prestigioso diario va más allá. Entiende que, con su disposición a seguir los años que sean, el actual líder del PSOE "intenta frenar cualquier movimiento interno" en clave sucesoria, aunque está por ver que eso pueda ser "controlable" por Sánchez y su Estado Mayor, por mucho que el partido se haya desangrado durante diez años de caudillismo.

Eso induce la sospecha de que estamos en la cuenta atrás hacia el post-sanchismo. Solo cabe especular sobre el "cuándo". Y no va a ser con las elecciones catalanas del 12 de mayo. El proceso se va a acelerar tras las europeas del 9 de junio. La elaboración de listas genera tensiones entre la camarilla de Ferraz y unas federaciones regionales. En contra del relato oficial, son muchas las dudas que ha dejado la teatralizada evasión del líder.

A tres días de agotarse el plazo para cerrar la candidatura, que encabezará la ministra, Teresa Ribera, no cesan los codazos para ir en puestos de salida. Habrá castigo y menos escaños a repartir que los 21 actuales.

Puede ser que Illa en la Generalitat sobreviva políticamente a Sánchez si este pierde el apoyo de ERC o Junts en el Congreso

Los socialistas van a mejorar su posición en Cataluña, donde puede darse el caso de que Salvador Illa en la presidencia de la Generalitat sobreviva políticamente a su jefe. Bastaría con que Sánchez perdiera el apoyo parlamentario de una de las dos muletas independentistas.

Pero el fin oficial de la década sanchista se produciría en el 41 congreso federal del PSOE. Es de suponer que, para entonces, por puro instinto de supervivencia en una organización histórica que ha superado momentos mucho más difíciles, ya habrá surgido una alternativa por ahora inexistente.

Aunque la fecha prevista estatuariamente es octubre de 2025, no es descartable un adelanto del congreso si los acontecimientos se precipitan por unas elecciones generales anticipadas o una moción de censura. Bastaría que el ya tambaleante pedestal parlamentario de Sánchez perdiese la mayoría absoluta obtenida en la sesión de investidura de hace menos de seis meses.