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Antonio Casado

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El sanchismo arde a cuatro fuegos

En cuatro hogueras se va quemando Sánchez poco a poco: jueces contra la amnistía, Cataluña, un deshilachado pacto de legislatura y corrupción de cercanías

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)
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Los contratiempos se acumulan en la mochila del Gobierno. No es creíble el voluntarismo reafirmado ayer por boca de Pilar Alegría que, una vez más, volvió a convertir el mirador semanal del Consejo de Ministros en un acto de partido.

Nada de elecciones anticipadas, que Feijóo espere sentado, no es no, la estabilidad está garantizada, decía la ministra portavoz mientras llovían las preguntas de los periodistas sobre la incierta gobernabilidad de Cataluña, la fractura del pedestal parlamentario de Sánchez, la entrada de su hermano en el culebrón judicial de la temporada primavera-verano y las primeras objeciones de los jueces sobre la aplicación de la ley de amnistía.

No diga cancelación del sanchismo. Diga calcinación lenta. Hasta García-Page, único dirigente socialista con poder institucional asentado sobre una mayoría absoluta recomienda adelantar las elecciones generales “para no eternizar lo inviable”. Pero no en caliente, dice, en coincidencia no deliberada con la doctrina oficial del PP, cuando sostiene que la salida de Sánchez se está cocinando a fuego lento.

“Con la fuerza de los mares y el sabor del poco a poco”, como en el canto apasionado de la canaria Rosana Arbelo.

El socialista García-Page recomienda adelantar las generales "para no eternizar lo inviable"

El líder del PSOE salió mal parado de la macroencuesta del domingo por la noche (elecciones europeas) sobre sus cinco años en la Moncloa porque se ha doblado la ventaja que ya le llevaba el PP en las elecciones generales del 23 de julio.

El dato no da para una disolución de la legislatura con apenas medio año de vida. Ni modifica sustancialmente la relación de fuerzas entre el partido que gobierna y el que aspira a gobernar porque también cuentan otros elementos. Pero no revoca la tendencia declinante de un partido desangrado a mayor gloria de un líder y un Gobierno en tiempo de descuento.

Poco futuro tiene gobernar con un bloque fracturado y un socio fijo cuya facturación electoral es similar a la del desquiciado Alvise

Lo que es desorientación y desaliento a la izquierda aliada del PSOE (Sumar, Podemos y ERC sufrieron en el recuento del domingo) es motivación y viveza a la derecha del PP. Por eso, entre otras cosas, el proceso es imparable. Y va a continuar, no tanto por el pobre resultado del PSOE y sus aliados en las elecciones europeas, sino por lo que se le ha venido encima a partir del día después.

Aquí y ahora el sanchismo arde a cuatro fuegos: Cataluña, corrupción de cercanías, jueces contra la ley de amnistía y un deshilachado pacto de legislatura. Los cuatro se reavivan en nuestro ecosistema político y mediático. Está que arde con el asalto del independentismo catalán a la Mesa del Parlament, la barandilla rota de Sánchez a la izquierda del PSOE (espantada de Yolanda Díaz en Sumar), la corrupción de kilómetro cero en el entorno familiar de Sánchez (ahora el hermano) y los primeros movimientos de un poder judicial con buenas razones para objetar la inmediata aplicación de una ley de amnistía cuyo reclamo fundacional (ley orgánica “para la normalización institucional política y social en Cataluña”) se ha convertido en una broma de mal gusto.

Poco futuro tiene gobernar con el fracturado bloque izquierdista- republicano- plurinacional-independentista y un socio fijo cuya facturación en las urnas es similar a la del desquiciado Alvise Pérez. Por cierto, si Gobierno y PSOE esperaban un premio de las urnas por erigirse en dique de contención ante el avance de la ultraderecha, me parece que han hecho un plan de obleas.

Los contratiempos se acumulan en la mochila del Gobierno. No es creíble el voluntarismo reafirmado ayer por boca de Pilar Alegría que, una vez más, volvió a convertir el mirador semanal del Consejo de Ministros en un acto de partido.

Pedro Sánchez
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