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"Marcha republicana" y un Rey libre de fango
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Antonio Casado

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"Marcha republicana" y un Rey libre de fango

La Monarquía Parlamentaria es una de las pocas instituciones, o la única, no contaminada por las salpicaduras del fango en el que chapotea la clase política

Foto: Felipe VI acude a villafranca del bierzo. (EFE/Ana F. Barredo)
Felipe VI acude a villafranca del bierzo. (EFE/Ana F. Barredo)
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Con algunas apreturas, los asistentes a la "marcha republicana" de ayer en Madrid hubieran cabido en la taberna de Iglesias Turrión (Garibaldi, por más señas).

Entiéndanme. Es una metáfora del fracaso político de la convocatoria, sin ánimo de insultar a la matemática: 4.000, según la Delegación del Gobierno apoyado por los organizadores (IU y Podemos, básicamente). No era casual la elección de la fecha para expresarse en la calle a favor de la República y en contra de la Monarquía. Justamente en vísperas del décimo aniversario del acceso al trono del rey Felipe VI (se cumple pasado mañana). Además, en pleno desbarajuste institucional y ambiente político de reyerta política permanente (aplicación de la ley de amnistía, apremios del PP por elecciones anticipadas, rebelión de los fiscales, enésimo intento de renovar el CGPJ, gobernabilidad de Cataluña, etc.).

Ahí quería llegar, a los climas del fango y la polarización que radicalizan a la gente y erosionan el crédito de las instituciones. No es el caso de la Monarquía Parlamentaria en contra del salmo trompeteado ayer en el centro de Madrid por la secretaria general de Podemos, Ione Belarra: "No tendremos una democracia plena hasta que seamos una República".

Bien al contrario, visto lo visto, me parece que la Monarquía Parlamentaria es un seguro de vida para la Democracia española, expuesta a riesgos de incierto desenlace y ninguno de ellos relacionado con el funcionamiento de la institución tal y como la reconocemos en el desempeño de quien la representa ahí y ahora, Es decir, Felipe VI.

Se nos eriza el pelo a quienes imaginamos una "república plurinacional" presidida por Ayuso, Monedero, Zapatero, Aznar, o el mismo Sánchez

Al hilo de la doctrina Belarra se nos eriza el pelo a quienes nos imaginamos una "república plurinacional" presidida por Díaz Ayuso, Monedero, Zapatero, Aznar, o el mismo Sánchez, como alternativa a la irracional "excepción genética" de las personas llamadas a heredar por orden sucesorio la Corona en una Monarquía sometida a los dictados de la Constitución y el Parlamento. La representada aquí y ahora por Felipe VI, la que aparece ante la opinión pública como una de las pocas instituciones del Estado, si no la única, no contaminada por las salpicaduras del fango en el que chapotea una clase política alejada de las preocupaciones de la gente.

A punto de cumplirse el décimo aniversario del reinado de Felipe VI, se multiplican las señales de que la Corona ha remontado la crisis asociada a episodios poco ejemplares de la etapa anterior. Se ha reforzado en términos de estabilidad, ejemplaridad y transparencia a lo largo de estos últimos diez años. Lo que viene a llamarse "legitimidad de ejercicio".

Foto: Ilustración: EC Diseño.
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Si mi compañero y amigo, José Antonio Zarzalejos, siempre tan juicioso en sus bien fundamentadas opiniones, de estricta adhesión a los valores constitucionales, sostiene que tenemos "el rey más sinceramente demócrata de nuestra historia" (ayer domingo, en El Confidencial), no tengo más que añadir. Si acaso, sumarme a la verificable y verificada constatación del "arrinconamiento institucional" que Felipe VI está sufriendo por parte de la Moncloa.

Pero, de cara a las celebraciones del miércoles y el jueves por este décimo aniversario, prefiero quedarme en el elogio de quien se ha convertido en la figura pública más creíble en la defensa de nuestra Carta Magna, fuera de la cual solo reina la arbitrariedad y la imposición. Fue la potente idea que aireó en su último mensaje navideño. Amén.

Con algunas apreturas, los asistentes a la "marcha republicana" de ayer en Madrid hubieran cabido en la taberna de Iglesias Turrión (Garibaldi, por más señas).

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