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De la nada llueven broncas
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Antonio Casado

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De la nada llueven broncas

La supervivencia de Sánchez depende de los "fachas", como el lince ibérico de los conejos. ¿Qué sería del sanchismo sin esa ultraderecha que marca su discurso y le rescata de la extinción?

Foto: Isabel Díaz Ayuso y Javier Milei en la ceremonia de la Medalla Internacional de la Comunidad de Madrid. (Europa Press/Eduardo Parra)
Isabel Díaz Ayuso y Javier Milei en la ceremonia de la Medalla Internacional de la Comunidad de Madrid. (Europa Press/Eduardo Parra)
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"De la nada llueven bombas", escribió Gerda Grepp, la cronista noruega de nuestra guerra civil.

Me lo apropio como recurso expresivo del guerracivilismo verbal que envenena la convivencia en la España de Sánchez. Mejor broncas que bombas, claro, pero la desolación por el absurdo derroche de energías en nuestra autodestructiva propensión a la reyerta es la misma o muy parecida.

Convertido el presidente del Gobierno en el macho alfa de la política nacional nada tan previsible como su némesis de género en un mercado electoral muy banalizado. Léase Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, en relación con su provocadora hospitalidad al extravagante presidente argentino, Javier Milei.

Lo siento por quienes reprueban la equidistancia del opinador, pero ni Sánchez ni Ayuso están libres de culpa. Aquel, por crear innecesariamente un problema de Estado con el cierre de nuestra embajada en Buenos Aires. Y aquella, por querer capitalizar la bronca desbordando los límites institucionales de su cargo autonómico.

Foto: Isabel Díaz Ayuso y Javier Milei. (EFE/Daniel González)

El fondo es mucho más trivial. Sánchez representa todo lo que Ayuso detesta. Y al revés. En el intercambio de pedradas vale todo, incluido ese estúpido mantra que convierte en amigos a "los enemigos de mis enemigos". Da para sostener que la discutida amnistía fiscal que prepara Milei es malísima para los argentinos, pero la no menos discutida amnistía judicial para los condenados del procés es buenísima para los españoles.

Por las mismas, si Milei ataca a Sánchez está atacando a los millones que españoles que le votan, pero si Sánchez o sus ministros atacan a Milei los coros mediáticos y políticos de la Moncloa no dicen que se está atacando a los millones de argentinos que le han votado, por muy extravagante que nos parezca el personaje.

Convertido Sánchez en el macho alfa, nada tan previsible como su némesis (Ayuso) en un mercado electoral banalizado

A mí me lo parece. Su política de 'sálvese quien pueda' es insolidaria, extravagante y dañina para los ciudadanos del país hermano, sobre todo para los más vulnerables. Pero también me parece escandaloso que los coros mediáticos de la Moncloa acusen al presidente argentino, entre otras cosas, de actuar sin contrapesos institucionales.

¿Acaso Sánchez es ejemplar en materia de respeto a los contrapesos parlamentarios, mediáticos, judiciales, empresariales, etc., que objetan su modo de hacer política?

Son las broncas de la nada, mientras se deterioran los servicios públicos y crece el número de familias en riesgo de pobreza. Broncas innecesarias, inútiles, a veces extenuantes. Como las derivadas del sectarismo aplicado con efecto retroactivo a lo que ocurrió en España hace noventa años. O los descarados apremios de Sánchez por seguir en el poder en nombre de la histérica cruzada contra la ultraderecha.

Son las broncas de la nada, mientras se deterioran los servicios públicos y crece el número de familias en riesgo de pobreza

¿Es que los "fachas", como los pecadores en "la casa del Señor", no caben en la democracia si quieren los votantes? (Véase el capítulo segundo de la Constitución)

El problema es otro, artificial donde los haya. Simplemente, Sánchez tiene la necesidad de reconocerse como baluarte español y europeo frente a la ultraderecha. Eso se puede y se debe plantear en otros términos. Digamos que su supervivencia depende de los "fachas", como la del lince ibérico depende de los conejos para alimentarse.

De Milei, Ayuso, Abascal, Luis Pérez… se alimenta el sanchismo. ¿Qué sería de Sánchez sin esa ultraderecha que coloniza su discurso y le rescata de la extinción?

"De la nada llueven bombas", escribió Gerda Grepp, la cronista noruega de nuestra guerra civil.

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