Al Grano
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Chavismo y antichavismo, capital Madrid
Desalentadora distancia entre los dos partidos de la centralidad frente a un asunto de Estado reducido artificialmente a una carrera de sacos puntuable en la disputa por los votos del PNV
Ni Diada, ni viaje de Sánchez a China, aniversario del ataque a las Torres Gemelas, prórroga de los PGE, efecto Ábalos, vuelta al cole o las deferencias del Gobierno con las empleadas de hogar en el BOE. Nada de eso. Venezuela, capital Madrid.
Las olas del chavismo y antichavismo rompen en el madrileño barrio de Salamanca y en el Congreso de los Diputados como el gran asunto de actualidad en política de cercanías. Con el enésimo y cansino intercambio de pedradas entre el PSOE que gobierna y el PP que quiere gobernar.
Si se mantienen las posiciones expresadas por los portavoces de los grupos durante el debate de ayer sobre la proposición no vinculante del PP, con banda sonora de cientos de venezolanos antichavistas concentrados en el exterior, el Congreso votará hoy a favor del reconocimiento de Edmundo González (ya exiliado en nuestro país), como ganador en las elecciones celebradas en Venezuela el pasado 28 de julio.
El Congreso se adelanta así a una decisión similar que se votará en el Parlamento Europeo convocado en Estrasburgo la semana que viene. Con toda probabilidad pedirá que se reconozca a Edmundo González como presidente electo, aunque ni aquí el Gobierno de Sánchez ni allí la Comisión Europea lo tienen tan claro porque, con mucho fundamento, no quieren que se repita el caso Guaidó, cuyo reconocimiento como presidente, tras ganar las elecciones de 2018, no sirvió de nada.
Parece poco elaborado el discurso del PP que acusa al Gobierno de hacerle a Maduro el favor de quitarle de encima a Edmundo González
Es razonable la posición de Bruselas, a la que se remite el Gobierno de Sánchez. Aunque niega la legitimidad de Maduro entiende que reconocer oficialmente a González como nuevo presidente antes del 10 de enero (fecha de la toma de posesión) causaría males mayores. El encastillamiento de Maduro no casa con la desmoralización de sus propias filas (el clamor de países amigos ha hecho mella en el chavismo) y se trata de explorar la vía negociadora hacia un pacto de normalización democrática que incluya el retorno del exiliado, pero no claudicante, ganador de las elecciones (tesis Borrell). Hay tres meses por delante para intentarlo.
En cuanto al impacto en la política nacional, solo cabe fustigarse por el desalentador distanciamiento PSOE-PP ante un asunto de Estado rebajado al consumo interno en modo carrera de sacos puntuable en la disputa por los votos del PNV. Todo ello por conseguir la primera derrota parlamentaria del Gobierno en el nuevo periodo de sesiones, a cuenta de la supuesta complicidad del Gobierno con un régimen antidemocrático y represivo como el de Nicolás Maduro.
Es verdad que Moncloa y Ferraz, han sido complacientes con los nunca bien explicados movimientos del expresidente Zapatero cerca del chavismo. No obstante, me parece poco elaborado el discurso del PP que acusa al Gobierno de hacerle a Maduro el favor de quitarle de encima a González tras unas furtivas negociaciones de la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, y Zapatero, al que aquella llama “mi príncipe”.
Vale, pero eso no quita ni pone respecto al deber moral de acoger a un perseguido político en un país tercero. Con más razón si se trata de un país hermano en la lengua, la historia, la cultura, que además se ha convertido para los venezolanos en el referente democrático que echan de menos en su propio país.
Así que no entiendo el ruido mediático y político por la noticia en sí del asilo español al presidenciable antichavista con el que va a reunirse Pedro Sánchez de forma inminente. Que González haya tenido que pedir asilo político fuera de Venezuela es la enésima prueba del carácter represivo del régimen antidemocrático reinante en ese país, conducido por un tirano que además hace trampas en las elecciones. Lo demás es menudeo para calmar la voracidad del tertulianismo mediático.
Ni Diada, ni viaje de Sánchez a China, aniversario del ataque a las Torres Gemelas, prórroga de los PGE, efecto Ábalos, vuelta al cole o las deferencias del Gobierno con las empleadas de hogar en el BOE. Nada de eso. Venezuela, capital Madrid.
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