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Un regalo para los estrategas de la Moncloa
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Antonio Casado

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Un regalo para los estrategas de la Moncloa

La manifestación rojigualda de ayer ahuyenta el voto fronterizo con el PSOE y refuerza el argumentario de la Moncloa contra la supuesta alianza de jueces y periodistas para destronar a Sánchez con ayuda de la derechona

Foto: Durante una concentración en la Plaza de Castilla. (Europa Press/Matías Chiofalo)
Durante una concentración en la Plaza de Castilla. (Europa Press/Matías Chiofalo)
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No es esto, no es esto. Y mucho menos cuando los convocantes, de inequívoca sintonía con la derecha más intratable, se arrogan indebidamente la representación de la sociedad civil. "Sin tintes partidistas", dijeron, Ya, pero con Abascal y el tal Alvise en olor de multitudes. Ni Feijóo ni Ayuso comparecieron, aunque sí dirigentes de segundo nivel del PP.

La manifestación rojigualda de ayer en Madrid ahuyenta el voto socialista fronterizo del PP. Además, refuerza el argumentario de la Moncloa contra la supuesta alianza de jueces y periodistas con ayuda de la derechona para destronar a Pedro Sánchez. Las pancartas y las reseñas de la concentración en la plaza de Castilla, cuyo lema central fue la demanda de "¡elecciones generales ya!", no permiten calificar de éxito el balance de la marcha.

En ese sentido, la convocatoria va a producir efectos contrarios a los deseados. Por ejemplo, frenar la deconstrucción del pacto de investidura. Justo cuando el Gobierno, arrollado por la corrupción de cercanías y los reveses judiciales, negocia furtivamente los votos que necesita para sacar adelante los PGE y arrullarse en la balada de los 1000 días que le quedan a la legislatura. Esperemos que no se conviertan en la famosa "guerra de los 1000 días" que desangró a Colombia en 1899 por la insensata reyerta entre sus dos partidos tradicionales (liberal y conservador).

De poco servirá el grito de la calle contra Sánchez si el grito no es transversal. Lo eclipsará la potencia expansiva de un Gobierno dispuesto a permitir el separatismo fiscal para ganarse los siete escaños de ERC, con cálculo unilateral y no negociado del "cupo" solidario para ganarse los siete de Puigdemont, una reforma fiscal dictada por Podemos para impedir la deserción de sus cuatro votos en el Congreso, etc., etc.

Hay un antisanchismo de izquierdas (ruido de barones) que bracea con derecho propio por hacerse visible en el congreso federal del PSOE

Sostengo que lo de ayer en Madrid (pongan ustedes la cifra de participantes, entre 25.000 y 400.000) es munición regalada a los estrategas de Sánchez, justo cuando estaban decidiendo una contraofensiva orientada a desactivar el vendaval antisanchista que sopla desde la derecha y desde la izquierda.

Sí, también desde la izquierda, como el que se manifiesta con derecho propio en vísperas del congreso federal del PSOE (ruido de barones) y el que bracea por hacerse visible en la cita de Sevilla. O el que, ya más a su izquierda, inspira la evasión de Podemos, a cuyos dirigentes les da ahora por arengar a los suyos contra al bipartidismo, mientras comparten con el PSOE los ataques al poder judicial. Ni unos ni otros están por abrir al líder del PP, Núñez Feijóo, las puertas de la Moncloa si empujan los ultras que avasallan desde la calle.

En resumen, que ayer en las calles de Madrid el antisanchismo sopló solo desde la derecha visceral, con tendencia a envolverse más en la bandera que en la Constitución y más en el grito destemplado ("¡Sánchez, a prisión!", "¡Sois chusma, sois ladrones!", "¡Gobierno de golfos!", "¡Gobierno de delincuentes y terroristas!") que en el sosiego de la denuncia por los valores democráticos atropellados en el día a día de la política nacional. Lástima.

No es esto, no es esto. Y mucho menos cuando los convocantes, de inequívoca sintonía con la derecha más intratable, se arrogan indebidamente la representación de la sociedad civil. "Sin tintes partidistas", dijeron, Ya, pero con Abascal y el tal Alvise en olor de multitudes. Ni Feijóo ni Ayuso comparecieron, aunque sí dirigentes de segundo nivel del PP.

Pedro Sánchez PSOE
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