La cuestión de confianza propuesta por Junts no anticipa el alineamiento de sus siete escaños con la “derecha española”, que es el sueño húmedo de Gabriel Rufián y la izquierda nacionalista (ERC)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Javier Lizón)
La amenaza a la pervivencia del Gobierno no viene de sus aliados intranquilos, sino de la corrupción de cercanías. El verdadero flotador de Pedro Sánchez será la proverbial lentitud de la justicia. Los amagos de romper la baraja por parte de Junts y Podemos son de vuelo corto, porque ambos necesitan a aquel fragilizado, pero vivo, en la Moncloa. Son, a mi juicio, las claves de acceso a las turbulencias en la ecuación de poder formada después de las elecciones del 23 de julio de 2023.
De momento, pista mediática para Carles Puigdemont, que quiere puntuar en su carrera de sacos con Oriol Junqueras (a punto de recuperar su liderazgo en ERC). Desde su zona de confort en Bruselas el prófugo pide a Sánchez que plantee una cuestión de confianza, consciente de que no tiene recorrido y la iniciativa se desvanecerá en el tiempo navideño que se avecina antes de las vacaciones parlamentarias de enero. Pero Sánchez le hace el juego incluso al recomendarle que espere sentado.
Un juego absurdo, por cierto. Puigdemont reclama la cuestión de confianza del presidente para que sus aliados se retraten ¿Y por qué no empieza retratándose quien hace la propuesta? No dice si apoyaría o no a Sánchez. Si es que no, porque “no es de fiar”, en lo cual coincide milimétricamente con Feijóo, debería ofrecer sus siete magníficos al líder del PP para tumbar a Sánchez en una moción de censura. Y si es que sí, ¿a qué viene este cantazo contra su aliado oficial de la legislatura?
Está claro. Ganar protagonismo frente a ERC y subir el precio de su apoyo a los Presupuestos Generales de Estado, pues el reto se produce pocos días después de apoyar la reforma fiscal del Gobierno y no interrumpe ni mucho menos la negociación de las cuentas públicas para 2025, que se sigue viva dentro y fuera de España.
Un tipo en busca y captura, y un líder afectado del mal del montañero por falta de oxígeno cuando alcanza la cumbre
Desolador, pero cierto. La política nacional en manos de un tipo en busca y captura. Y un líder afectado por el mal de altura, como los montañeros que se tambalean por falta de oxígeno cuando alcanzan la cumbre. Dos hombres y un destino aquejados de un mismo síndrome narcisista y un mismo déficit de credibilidad por acumulación de mentiras e incumplimientos en el ejercicio de sus respectivos liderazgos.
La propuesta no es ningún órdago. No hay esfuerzo novedoso o suplementario de Junts por derribar un Gobierno al que tanto debe. Nada que ver con un supuesto precalentamiento de su eventual convergencia con la “derecha española”, que es el sueño húmedo de Gabriel Rufián y la izquierda catalanista representada por ERC.
Tampoco viene a cuento aprovechar un incidente de recorrido en el trabajo legislativo del Congreso para anticipar el rechazo del prófugo de Waterloo a los PGE. Ni para endosarle el papel de telonero de una moción de censura. Me refiero a la enmienda transaccional concertada por PP y Junts contra el impuesto especial a la producción eléctrica que los usuarios vienen pagando desde 2013.
Un Gobierno no cae por perder una votación a nivel de ponencia parlamentaria en el seno de la comisión de transformación ecológica (proyecto de ley de reforma sobre derechos de emisión de gases de efecto invernadero), donde hasta ERC y PNV aparecen alineados con PP y Junts en nombre de las familias que verán rebajado el precio de la luz en sus facturas con la desaparición de dicho impuesto.
La amenaza a la pervivencia del Gobierno no viene de sus aliados intranquilos, sino de la corrupción de cercanías. El verdadero flotador de Pedro Sánchez será la proverbial lentitud de la justicia. Los amagos de romper la baraja por parte de Junts y Podemos son de vuelo corto, porque ambos necesitan a aquel fragilizado, pero vivo, en la Moncloa. Son, a mi juicio, las claves de acceso a las turbulencias en la ecuación de poder formada después de las elecciones del 23 de julio de 2023.