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8-M: mucha política y poco feminismo
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Antonio Casado

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8-M: mucha política y poco feminismo

Las sacerdotisas del feminismo juegan en una liga de carácter político. Volvió a ocurrir este fin de semana. Mal momento de presentar su causa como bandera de la izquierda

Foto: Manifestación del 8-M en Madrid. (EP/Alejandro Martínez Vélez)
Manifestación del 8-M en Madrid. (EP/Alejandro Martínez Vélez)
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Una reivindicación igualitaria químicamente pura fue la de ayer domingo, convocada por las activistas del llamado "Global Action Day", contra el secular papel subalterno que las estructuras organizativas de Iglesia de Roma otorgan a las mujeres (ver la excelente pieza informativa de José Lorenzo ¿Huelga feminista en la Iglesia Católica?

Un desafío en toda regla al Espíritu Santo perpetrado desde la noche de los tiempos por las estructuras misóginas, sexistas, machistas, patriarcales, que siguen gozando de buena salud en la Iglesia del papa Francisco. Ahí tenemos una escandalosa situación de desigualdad. Sin embargo, no conozco ninguna muestra de solidaridad del feminismo militante con estas mujeres que sufren a diario la secular y persistente discriminación de género en el seno de la Iglesia.

En nuestro Día Internacional de la Mujer 2025 importó más calificar de "racista" el separatismo migratorio pactado por PSOE y Junts, o tachar de "señor de la guerra" a Sánchez, como hizo la exministra Montero, dirigente de Podemos y voz cantante de la marcha matinal del sábado en Madrid. Huelga decidir si acierta o se equivoca en sus acusaciones. Pero, como en el chiste de si estamos a rolex o a setas, sobraba en una convocatoria pensada en la promoción y defensa de los derechos de la mujer.

Y es que las sacerdotisas no religiosas de este feminismo partido en dos juegan en otra liga. Básicamente, de carácter político. Cuando toca pasearse a cuerpo, cada 8M presentan su causa como una bandera de la izquierda. Volvió a ocurrir este fin de semana. Según todas las reseñas, hubo ruidosos desahogos contra el "trumpismo" que nos invade. Como si el "sanchismo" y el "sisepuedismo" estuvieran libres de pecado en dominación patriarcal y respeto al fuero de la mujer.

Foto: Varias mujeres durante la manifestación del 8-M en Madrid. (Reuters/Susana Vera)

Ítem más. Las mujeres del PP acudieron a la manifestación del sábado por la tarde, organizada por el Movimiento Feminista de Madrid al doble reclamo de lucha contra el machismo y abolición de la prostitución. Pero una de las organizadoras de la marcha se apresuró a marcar distancias a voz en grito: "Aunque vengas a adornar, no te vamos a votar".

La tercera en la frente: las dos marchas del feminismo valenciano se convirtieron en la enésima muestra de reprobación pública contra el presidente de la Comunidad, Carlos Mazón, por el negligente desempeño de sus obligaciones durante la trágica jornada del 29 de octubre de 2024. Y así sucesivamente.

Foto: Carolina Perles, tercera esposa de José Luis Ábalos. (GTRES)

Pretendo clavetear la tesis sobre la transversalidad del feminismo. Los ejemplos mencionados aportan claridad de juicio a quienes siempre lo aplicamos al movimiento del 8M, por mucho que sus agitadoras se lo apunten a la izquierda. Además, no puede ser peor la coyuntura para persistir en el error, tras los escándalos del exministro Ábalos (damas de compañía incentivadas con dinero público), el exfundador de Podemos (Monedero, al tacto), un exdiputado socialista (sexo recreativo de "Tito Berni") o el ex portavoz parlamentario de Sumar (Errejón y sus apremios hormonales).

Ni siquiera eso debería justificar una búsqueda de "nuevas masculinidades" (Yolanda Díaz, vicepresidenta del Gobierno) o la descalificación de una causa justa y necesaria. Por encima de absurdas controversias de lo biológico frente a lo cultural, y al revés, bastaría remitirse a una escena cada vez más frecuente en el día a día de la sociología nacional. Bebé colgando de un arnés en el pecho del varón. El papá paseando el carrito por el parque. O el macho haciendo la colada en los anuncios publicitarios. También la legislación impulsada por los poderes públicos en políticas de inclusión y contra la violencia de género, por ejemplo.

Una reivindicación igualitaria químicamente pura fue la de ayer domingo, convocada por las activistas del llamado "Global Action Day", contra el secular papel subalterno que las estructuras organizativas de Iglesia de Roma otorgan a las mujeres (ver la excelente pieza informativa de José Lorenzo ¿Huelga feminista en la Iglesia Católica?

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