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Al Grano
Por
Sánchez acorralado y semana de alta tensión
Nos preguntamos si Sánchez está en tiempo de descuento o su relato ficticio basado en hechos reales (Arcadi 'dixit') puede sobreponerse al caos como “una forma de gobernar”, según Feijóo
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Aunque finalmente volvió la luz, seguimos a oscuras y estamos ante un reestreno parlamentario de la insoportable polarización, mientras el pueblo soberano pide a gritos que no se apague la luz y que los trenes no se paren en medio de la nada.
Otro miércoles de alquilar balcones en la tribuna del Congreso o frente al televisor. Hoy en el Congreso comparece el presidente de un Gobierno arrinconado. Tensión política al alza en vísperas de una manifestación (sábado a mediodía, plaza de Colón, convocan numerosos colectivos, se suma el PP) "por la dignidad de España: Sánchez dimisión, elecciones ya".
Enésimo debate sobre el estado de la nación (sesiones de control al Ejecutivo), con protagonismo pautado o sobrevenido para el apagón del lunes 28 de abril, el caos ferroviario del lunes siguiente, la extraña consulta "pública" de aportaciones "secretas" (tal cual, oiga) sobre la opa del BBVA al Sabadell y los planes de rearme militar comprometidos con la UE. Se debaten, pero no se votan, a diferencia del decreto antiaranceles, cuya convalidación (el "no" del PP, el "sí" de Junts y la abstención de Podemos) se traslada al jueves 8.
De uno u otro modo los temas citados, amén de la reducción de la jornada laboral, cuyo proyecto de ley salió ayer del Consejo de Ministros, ponen a prueba supervivencia política de Sánchez y la salud de su peculiar sindicato de socorristas.
Son días de alta tensión política y mediática, pero nadie aprecia seriamente un riesgo de súbito apagón de la legislatura
Hasta aquí, la reseña de la jornada. Y a partir de aquí, se admiten apuestas. Nos preguntamos si Sánchez ha entrado en tiempo de descuento o su relato ficticio basado en hechos reales (Arcadi dixit) podrá sobreponerse al stress test de una semana de tensión al alza. ¿Sobrevivirá a lo que, según Feijóo, el aspirante, "no son hechos aislados sino una forma de gobernar"?
Escucho en distancia corta a una significada figura del PP: "Sánchez está en tiempo de descuento, que puede ser larguísimo. Ninguno otro político lo hubiera prolongado ni un minuto más. No es un buen estratega, pero juega con una ventaja: no tiene límites, no tiene escrúpulos y no reconoce reglas del juego que se opongan a su ambición de poder".
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Estamos atravesando unos días de alta tensión política y mediática porque seguimos a oscuras respecto a las causas de nuestros males. Sin embargo, nadie aprecia seriamente un riesgo de súbito apagón de la legislatura. El enfrentamiento se recalienta entre el que gobierna y el que quiere gobernar. Y es seguro que volverán a saltar chispas en el Congreso. Ahora por cuenta del mal funcionamiento de los servicios públicos que nos deja la imagen de un Gobierno desbordado por los acontecimientos, hasta el punto blandir teorías conspirativas como medio de eludir responsabilidades.
Los gastos en defensa para cumplir con Europa es el segundo de los dos asuntos sobre los que Sánchez disertará en su intervención inicial, a partir de las 9 de la mañana. Por suerte para él, solo debate, como en el caso de los apagones en los trenes y en la red eléctrica.
Una votación sobre el rearme militar desnudaría su ecuación de poder. Y lo mismo ocurriría con el colapso de la energía eléctrica, donde pacifistas y ecologistas, por la izquierda, aunque por distintas razones, son tan objetores de Sánchez como lo es por la derecha un motivadísimo Feijóo. Según me cuentan, tronará en la réplica explicando que decir Sánchez es decir caos.
Aunque finalmente volvió la luz, seguimos a oscuras y estamos ante un reestreno parlamentario de la insoportable polarización, mientras el pueblo soberano pide a gritos que no se apague la luz y que los trenes no se paren en medio de la nada.