Es noticia
No se llama "lawfare", se llama nepotismo
  1. España
  2. Al Grano
Antonio Casado

Al Grano

Por

No se llama "lawfare", se llama nepotismo

Antes se cuestionaba al juez por animadversión a Begoña Gómez, ahora se cuestiona al jurado popular por tratarse de ciudadanos residentes en el Madrid de Díaz Ayuso

Foto: Pedro Sánchez y Begoña Gómez. (EFE)
Pedro Sánchez y Begoña Gómez. (EFE)
EC EXCLUSIVO

Los teólogos de la psiquiatría universal estudiarán algún día la variante narcisista de un presidente del Gobierno que, en abril de 2024, apenas cuatro meses después de haber sido investido, amenazó al pueblo soberano con irse a su casa porque un juez había cometido la osadía de empapelar a su esposa por corrupción (presunta, claro).

La variante incluye la pronta cancelación del chantaje, pues en sus consultas de almohada compartida descubrió al capitán Trueno que llevaba dentro y se sintió llamado a combatir a las fuerzas del mal en forma de "desinformación" y "seudomedios".

De aquellos polvos, estos lodos, mientras arde el poco crédito que le queda. Suele ocurrir cuando la personalización del poder se convierte en razón de Estado, como escribía este fin de semana Joaquín Manso en El Mundo. Al choque institucional con todo (CIS, RTVE, Fiscalía y Consejo de Ministros) porque la esposa del jefe lo vale, a partir del mantra enlatado en La Moncloa: "Begoña es inocente". Lo que haga falta para frenar a Peinado, incluido el portazo del sábado en los juzgados de la plaza de Castilla, sin esperar a que lo haga o deje de hacerlo la Audiencia Provincial como instancia de mejor criterio.

El propio juez colabora, harto de verse señalado por animadversión a la esposa del presidente. Si llega el caso, que hable un jurado popular. Es decir, paso atrás del juez "politizado" ¿No era eso lo que se reclamaba? Pero ahora se cuestiona al jurado por la misma razón. Con carácter preventivo hasta se pone en duda la imparcialidad de los ciudadanos madrileños por vivir en el reino de Díaz Ayuso. Lo cual nos lleva a maliciarnos una propuesta encubierta de impunidad en favor de Begoña Gómez por el uso de recursos públicos en sus negocios privados, respecto a lo que, según el juez Peinado, hay indicios "racionales y sólidos". Pues dígase con todas las letras: ¿Se trata de proponer la impunidad para Begoña?

(Abro hilo).

Foto: begona-gomez-tribunal-jurado-1hms Opinión
TE PUEDE INTERESAR
La esposa del presidente y el Tribunal del Jurado
José Antonio Zarzalejos

Ahora resulta que el PSOE reniega de su propia obra. La Ley del Jurado llegó al BOE hace treinta años por una iniciativa del gobierno de Felipe González. Y durante todo ese tiempo ha brillado en nuestro entramado legal el principio de acercamiento de la justicia a los ciudadanos, como obra predilecta de la izquierda.

Es normal que el fiscal ("del Gobierno, ¿verdad?", "…pues eso") o el letrado de la investigada (una de tres) reclamen el archivo de la causa, incluida la pieza separada por "malversación". Lo aberrante es que el Gobierno y sus agitadores mediáticos pregonen públicamente la inocencia de Begoña Gómez sin remitirse a la última palabra de los tribunales.

"Son los jueces y no el Gobierno, ni sus ministros, ni sus palmeros, quienes deciden si un justiciable es inocente o culpable"

Es una burla al funcionamiento del Estado de Derecho. Malos tiempos para quienes nos creemos los equilibrios institucionales sobre normas preestablecidas. Viejo dogma. Se llama "imperio de la ley". Lo aprendimos de Roma. Jugar sin reglas es un camino seguro hacia la arbitrariedad. O a la tiranía. Pero tomarse en serio el abecé de la convivencia aquí y ahora es llorar.

A saber:

No es el Gobierno, ni sus ministros, ni sus palmeros, quienes deciden si un justiciable es inocente o culpable. Son los jueces. Y no se llama "lawfare" sino "independencia judicial". Por la misma razón que no son los jueces quienes deciden si hay que romper o no relaciones con Israel. Es el Gobierno. Se llama "separación de poderes". Y si el Poder Ejecutivo invade el fuero del Poder Judicial en defensa de un familiar, solo por ser familiar, lo que está asomando es la sombra del "nepotismo".

Los teólogos de la psiquiatría universal estudiarán algún día la variante narcisista de un presidente del Gobierno que, en abril de 2024, apenas cuatro meses después de haber sido investido, amenazó al pueblo soberano con irse a su casa porque un juez había cometido la osadía de empapelar a su esposa por corrupción (presunta, claro).

RTVE Felipe González El Mundo
El redactor recomienda