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Mazón y el fiscal, tal para cual en la desvergüenza (y 2)
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Antonio Casado

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Mazón y el fiscal, tal para cual en la desvergüenza (y 2)

Valle Inclán en la sala de vistas del Tribunal Supremo. El Estado contra el Estado. Valencia ahogada en lágrimas. Y las cotorras de nueva generación en pie de guerra

Foto: El 'president' de la Generalitat, Carlos Mazón, al finalizar su comparecencia. (EFE/Biel Aliño)
El 'president' de la Generalitat, Carlos Mazón, al finalizar su comparecencia. (EFE/Biel Aliño)
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El todavía presidente de la Comunidad Valenciana en funciones cotejó el lunes su sufrimiento personal con el de los damnificados por la "dana" mientras en el Tribunal Supremo comenzaba un espectáculo surrealista: el de la autoflagelación del Estado.

Insisto: tanto Mazón como el fiscal general (por muy diferentes razones, aunque en un mismo contexto), hacen relevantes aportaciones a la escalada de la desvergüenza en la vida pública, como tengo escrito en mi anterior entrega.

García Ortiz, por vender al poder político su alma de servidor del Estado comprometido en la defensa de la legalidad. Y Mazón, por su absentismo laboral con resultado de muerte. Uno se instala en una indebida apelación al principio maquiavélico de que el fin justifica los medios (salir al paso de una mentira con métodos presuntamente delictivos). Sobre el otro se amontonan las pruebas de que no estuvo a la altura de las circunstancias.

Ninguno de los dos sale bien parado de un relato objetivo de los hechos, pero en la campa nacional se miden las huestes políticas y mediáticas de uno y otro bando para construir un relato donde el nuestro salga mejor parado que el adversario.

Foto: fiscal-garcia-ortiz-carlos-mazon-1hms Opinión

Juntarlos en una común falta de ejemplaridad, al menos a título preventivo, nos ayudará a eludir la sucia carrera de sacos por ver si lo de Mazón es peor que lo de García Ortiz, o al revés, a riesgo de acabar descalabrado en el cruce de las pedradas. Peor sería que solo te alcancen las de uno de los bandos, porque tan indefendible es el uno como el otro.

El pulso esconde la lucha por el poder. Sánchez se la juega con el fiscal y Feijóo se la juega con Mazón. Y esa es una motivación formidable y adaptativa, también para chispeantes tertulianos y finos analistas. De ahí que casi nadie escape a la tentación de instalarse en el "y tú, más", mientras las termitas del populismo, que ahora respira por la derecha y no por la izquierda (Vox se frota las manos en Valencia) siguen carcomiendo los cimientos de las instituciones con la inestimable ayuda del todavía presidente valenciano y el todavía fiscal general.

Mazón no cierra la crisis en el Partido Popular, sino que la prolonga. Y García Ortiz ya ha logrado que fiscal coma carne de fiscal

Mazón anunció su renuncia, aunque, según él, todo lo hizo bien y los demás lo hicieron todo mal. Pero no cierra la crisis en el PP. La prolonga. Se va sin irse del todo porque lo empujan, no porque crea que es lo mejor. Y su futuro queda en manos de la jueza de Catarroja y la eventual activación del artículo 142 del Código Penal: "El que por imprudencia grave causare la muerte de otro, será castigado, como reo de homicidio imprudente, con la pena de prisión de uno a cuatro años".

Y en cuanto a García Ortiz ya ha logrado que fiscal coma carne de fiscal en un juicio público donde la acusación se convierte en defensa del acusado, que es su jefe fuera de la sala de vistas. Donde los testigos de cargo contra el fiscal general salen de la propia Fiscalía para chocar con el abogado del Estado que se suma al arropamiento del reo en línea con el Gobierno, que lo ha declarado "inocente" antes de tiempo después de pregonar que se le había procesado sin pruebas, quizás porque el juez instructor es de los que se meten en política, según Sánchez.

El Estado contra el Estado. Valle Inclán en la sala de vistas del Tribunal Supremo. Valencia ahogada en las lágrimas de los familiares de las víctimas que pasaron por la comisión del Congreso, contra la desidia de unos y el tacticismo de otros. Y en pie de guerra las movilizadas cotorras del guerra-civilismo de nueva generación en la tarea de señalar al que puso más en la escalada hacia la indecencia.

¡¡Cuánto despropósito!!

El todavía presidente de la Comunidad Valenciana en funciones cotejó el lunes su sufrimiento personal con el de los damnificados por la "dana" mientras en el Tribunal Supremo comenzaba un espectáculo surrealista: el de la autoflagelación del Estado.

Fiscalía General del Estado Carlos Mazón
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