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'Si vis pacem, para bellum'
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Fernando Matres

El Zaguán

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'Si vis pacem, para bellum'

Juanma Moreno ha manejado los tiempos con precisión y paciencia ante la continua amenaza de adelanto electoral a la espera del escenario más favorable

Foto: El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. (EFE/Julio Muñoz)
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. (EFE/Julio Muñoz)
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Los críticos de Mariano Rajoy siempre le afearon su tendencia a dejar que los problemas se cayeran de maduros, a que se solucionaran solos o, si el destino no tenía a bien interceder, a que alguien los resolviera felizmente por él. Y ante la continua amenaza de adelanto de las elecciones autonómicas andaluzas, muchos apostaban a que Juanma Moreno había adoptado una actitud similar, sin tomar decisiones, más bien esperando el curso de los acontecimientos. Si en algún momento se producía alguna grieta importante en la relación con Ciudadanos, o Vox dejaba de amagar y empezaba a golpear la estabilidad del Gobierno, habría convocatoria anticipada, y en caso contrario agotaría el mandato. Pero nada más lejos de la realidad.

Foto: El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. ( EFE/Julio Muñoz)

Más bien el primer presidente del PP de la Junta de Andalucía ha aplicado de una manera metódica aquella máxima latina de Flavio Vegecio Renato: “Si vis pacem, para bellum”. Si quieres la paz, prepara la guerra, es decir, planifica hasta el último detalle todos los escenarios posibles, especialmente la peor hipótesis, para poder tomar la mejor decisión en el momento idóneo.

Hay dos cuestiones que un buen político debe controlar a la perfección: las formas y los tiempos, y Juanma Moreno ha manejado ambos en estos tres años largos con la precisión de un artificiero. Así, el Gobierno novato que tomaba posesión el 22 de enero de 2019 asaltado por las amenazas que suponían depender de un socio de coalición y del poco fiable apoyo externo de Vox, además del peso de la inercia de 37 años de hegemonía socialista, es hoy en día un equipo compacto que ha ido sorteando todos los obstáculos internos y externos.

Todos los gobiernos en el fondo son de coalición entre quien ostenta las responsabilidades de Hacienda y todos los demás

Si gobernar nunca es fácil, especialmente en esta etapa de convulsión política permanente y sociedad líquida, mucho menos aún es hacerlo en coalición. De hecho, reza un viejo y socarrón dicho político que todos los gobiernos en el fondo son de coalición, entre quien ostenta las responsabilidades de Hacienda y todos los demás. Pero ya la dificultad se torna en máxima complejidad cuando las tensiones entre los mismos socios en otros gobiernos autonómicos como Murcia o Castilla y León han llegado a provocar cismas irreconciliables.

Y precisamente ese ha sido uno de los grandes valores del Gobierno del PP y Ciudadanos: vencer las reservas iniciales y trabajar unidos bajo un clima de respeto mutuo, confianza y lealtad. Algo en lo que tiene mucho mérito Moreno, pero especialmente Elías Bendodo y Juan Marín, que han ido puliendo con guiños constantes una relación estrecha hasta el punto de que el líder de Ciudadanos participó en el Congreso del PP andaluz.

Foto: Elías Bendodo. (EFE)

De entre todos los “experimentos” entre azules y naranjas en toda España solo permanecen como símbolos la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Madrid, gracias a la excelente química personal entre sus dirigentes, y en la capital ya se pronuncia “moción de censura”… aunque sea para negarla. Así que Andalucía es el último reducto, un oasis para Ciudadanos, que camina hacia el abismo según todas las encuestas. De ahí que en el despacho de Marín ya se hable abiertamente incluso de una integración en el PP, que en este caso sería una fusión por absorción.

Así que, llegado casi al final del camino, Juanma Moreno tiene el crédito intacto y un escenario favorable. Un socio leal, pero hiperdebilitado, que aún puede hacer su último servicio a la causa, un PSOE con un candidato como Juan Espadas con poco o nulo tirón fuera de la Sevilla de la que fue alcalde y la izquierda de la izquierda profundamente dividida, esto es, en su estado natural.

Al presidente de la Junta sólo le complica el futuro un Vox crecido, con una marca pujante capaz de arañar buena parte del voto joven y rural

Al presidente de la Junta solo le complica el futuro un Vox crecido, con una marca pujante capaz de arañar buena parte del voto joven y rural tradicionalmente socialista y el de los “muy cafeteros” de la derecha desencantados con un PP centrista al que reprochan no haber entrado en San Telmo con un bidón de gasolina y un lanzallamas. Y él refuerza esa imagen moderada con gestos como subir una foto a Instagram haciendo deporte con una camiseta que denuncia el acoso al colectivo LGTBI+.

Como diría un entrenador clásico, Juanma Moreno tiene el partido donde lo quería, aunque no ha sido fruto ni mucho menos del azar, sino de una estrategia absolutamente planificada y una paciencia infinita, esa virtud vencedora que hace poderoso y justo, como dejó escrito Quevedo, y alguna carambola del destino.

Foto: El candidato del PSOE a la Junta, Juan Espadas. (EFE/Salas)

El presidente de la Junta “se preparó para la guerra” desde el minuto uno, manejando encuestas y análisis prospectivos continuamente gracias a un equipo con infinitos trienios en el arte de la política, liderados por Elías Bendodo, Antonio Sanz y Tomás Burgos, con la certeza de que solo quien tiene el poder de activar el botón de la maquinaria electoral debe marcar el paso.

El vaticinio de un adelanto de las elecciones ha sido una constante durante el mandato, que Juanma Moreno ha ido lidiando como más le convenía. Desde “primero están los andaluces y luego los intereses del PP” que aseguró en mayo del año pasado, pasando por ese “siempre me he sentido libre” con el que respondió a Isabel Díaz Ayuso en el Congreso de noviembre hasta llegar al actual “lo mejor es tener Gobierno ya en verano”. Entre ellos, momentos que pudieron ser y no fueron por el fracaso en Castilla y León y la guerra fratricida entre Génova y Sol.

El presidente escucha al "angelito" de la economía en un hombro que le reclama convocar elecciones en junio para adelantar el presupuesto y combatir mejor la crisis y la inflación y al “demonio” del cálculo político en el otro que le pide ir a las urnas en octubre para agotar el mandato, vender los logros y rentabilizar las conclusiones de la comisión de investigación de la Faffe y la sentencia del Supremo de los ERE.

Decía Remy de Gourmont que la política depende de los políticos, más o menos como el tiempo depende de los astrónomos, aunque siempre hay excepciones. Juanma Moreno ha puesto todo de su parte, ahora solo le falta acertar.

Los críticos de Mariano Rajoy siempre le afearon su tendencia a dejar que los problemas se cayeran de maduros, a que se solucionaran solos o, si el destino no tenía a bien interceder, a que alguien los resolviera felizmente por él. Y ante la continua amenaza de adelanto de las elecciones autonómicas andaluzas, muchos apostaban a que Juanma Moreno había adoptado una actitud similar, sin tomar decisiones, más bien esperando el curso de los acontecimientos. Si en algún momento se producía alguna grieta importante en la relación con Ciudadanos, o Vox dejaba de amagar y empezaba a golpear la estabilidad del Gobierno, habría convocatoria anticipada, y en caso contrario agotaría el mandato. Pero nada más lejos de la realidad.

PSOE Ayuntamiento de Madrid Juanma Moreno