Es noticia
A58, 'catch-all leader?'
  1. España
  2. Andalucía
Fernando Matres

El Zaguán

Por

A58, 'catch-all leader?'

Juanma Moreno abraza el andalucismo en su camino para alcanzar aquello que combatió: ganar elecciones por inercia

Foto: Moreno, en el colegio electoral el pasado 19 de junio. (EFE/Carlos Díaz)
Moreno, en el colegio electoral el pasado 19 de junio. (EFE/Carlos Díaz)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Decía Georges Clemenceau que “los hechos son el principio, el medio y el fin, porque hace un daño irreparable descansar solo sobre grandes discursos” y Juanma Moreno se ha empeñado en construir su camino a base de gestos más que de palabras. Desde esa cómoda mayoría absoluta a la que, humilde y estratégicamente, siempre denomina suficiente, busca condicionar el futuro desde el presente. Tiene claro el destino desde antes de dar el primer paso, aunque a algún observador externo pueda parecerle que da bandazos. Como en esos pasatiempos en los que unos puntos aparentemente inconexos entre sí de repente cobran todo el sentido cuando se les une con un trazo.

Foto: Juanma Moreno, con el tatuador Javier Pascual en su estudio de Linares.

Digámoslo claro: el líder del PP aspira a alcanzar todo aquello contra lo que combatió para llegar hasta donde está. Con las lógicas diferencias y sin ánimo alguno de ofender. Ha pasado de ser la alternativa a la opción mayoritaria y ahora su objetivo es ser la única. La que cualquier andaluz sin intereses ni fobias de por medio elegiría. Quiere ganar elecciones por inercia, por no molestar, por decir a cada uno lo que quiere oír o porque para qué cambiar, que cada uno elija el motivo que prefiera. Pero ganar. En definitiva, lo que ocurrió en Andalucía durante 40 años antes de que él mismo hiciera historia.

Se ha convertido en un 'catch-all leader', parafraseando la célebre teoría de Otto Kirchheimer sobre los partidos “atrápalotodo”, aquellos cuya ideología fundamental es ser capaces de ofrecer los máximos puntos de conexión y los mínimos de rechazo con los electores. Los que no sientan sus bases en unos ideales convertidos en dogmas para sus fieles, sino que aspiran a ampliar su espectro hasta el infinito y más allá.

placeholder Junama Moreno celebra la victoria del 19-J. (EFE/José Manuel Vidal)
Junama Moreno celebra la victoria del 19-J. (EFE/José Manuel Vidal)

La biología nos explica que el 95% de las decisiones que tomamos nacen en el subconsciente, no se adoptan de manera racional, sino emocional. Y la política no escapa a la biología. Cada persona que elige su voto lo hace por un factor motivador, que puede ser tan intransferible como inscritos haya en el censo. Puede pesar desde la tradición familiar —para lo bueno o para lo malo—, su situación laboral o los impuestos que paga hasta algo tan insignificante a priori como que le multen el día antes de las elecciones o que haya una baldosa mal colocada en la puerta de su casa.

El votante medio no quiere entender de qué Administración son las competencias para cada cuestión, lo que desea es tener trabajo, pagar lo menos posible, y que alguien arregle el bache. Busca identificarse en algo con el candidato en cuestión o al menos que éste no le provoque rechazo. Y cuantas más opciones de identificación y menos principios fundamentales convertidos en líneas rojas le ofrezca, más posibilidades habrá de que le vote. Y en eso está Juanma Moreno.

Foto: Juanma Moreno. (Sergio Beleña)

Primero demostró que, en contra de lo que algunos pensaban, el mundo no se acababa sin el PSOE en San Telmo. Luego enseñó que un Gobierno de coalición podía funcionar con la misma eficacia que lealtad desde el principio hasta el final. Por el camino, desmontó ciertos prejuicios sobre el PP en cuestiones sociales, de las que la izquierda solía apropiarse, sin temor a que Vox tildara su sensibilidad de cobardía para obtener rédito. Lo último ha sido mostrarse como abanderado de la blanca y verde, como contaba tan bien como suele el compañero Carlos Rocha, con una reivindicación de la voz andaluza en Madrid que firmaría ahora la propia Teresa Rodríguez y que tradicionalmente reivindicaron los socialistas. Claro que hacerlo sentado al lado del fundador del Partido Andalucista, Alejandro Rojas Marcos, le concede un aval impagable.

Juanma Moreno avanza tranquilo pero seguro, instalado cómodamente en el centro cada vez más amplio del tablero, después de fagocitar pacíficamente a Ciudadanos. Con Vox anulado por su intrascendencia y el fiasco del breve y turbulento paso de Macarena Olona, la izquierda desgajada y más preocupada por sobrevivir que por hacer oposición y el PSOE arrinconado, sin encontrar su hueco, como en esos pasadizos de las películas de aventura en los que las paredes se van estrechando y atrapando al protagonista. Movimiento a movimiento, va ocupando espacios y abriendo oportunidades, al mismo tiempo que cierra puertas a sus adversarios. Un objetivo grabado en la piel como ese “A58” tatuado en su muñeca desde hace unos días.

placeholder Juanma Moreno, con el tatuador Javier Pascual en su estudio de Linares.
Juanma Moreno, con el tatuador Javier Pascual en su estudio de Linares.

El propio Clemenceau ironizaba con que “gobernar sería mucho más fácil si no hubiera que estar constantemente ganando elecciones” y la estrategia del presidente andaluz parece encaminada precisamente a llegar a ese trámite, engorroso pero necesario, con los deberes hechos. Persigue darle la vuelta a la teoría y no explicar a los andaluces en una campaña siempre agotadora por qué le tienen que votar, sino conseguir que se pongan delante de la urna sin que se les ocurra un solo motivo por el que no deberían hacerlo. Aspira a ser un elemento más en el paisaje, ese sonido constante al que te acostumbras de tal manera que sólo alcanzas a percibirlo justo cuando deja de sonar.

Decía Georges Clemenceau que “los hechos son el principio, el medio y el fin, porque hace un daño irreparable descansar solo sobre grandes discursos” y Juanma Moreno se ha empeñado en construir su camino a base de gestos más que de palabras. Desde esa cómoda mayoría absoluta a la que, humilde y estratégicamente, siempre denomina suficiente, busca condicionar el futuro desde el presente. Tiene claro el destino desde antes de dar el primer paso, aunque a algún observador externo pueda parecerle que da bandazos. Como en esos pasatiempos en los que unos puntos aparentemente inconexos entre sí de repente cobran todo el sentido cuando se les une con un trazo.

Partido Popular (PP) Juanma Moreno PSOE Ciudadanos Vox Elecciones Andalucía Noticias de Andalucía