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Cuidado al surfear las mareas
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Fernando Matres

El Zaguán

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Cuidado al surfear las mareas

El PSOE pretende repetir el manual de oposición de Juanma Moreno, agitando el descontento en sanidad o educación, pero cuidado, porque el recuerdo de la gestión socialista puede darle un revolcón

Foto: Momento de la manifestación en defensa de la sanidad pública que el pasado 26 de noviembre recorrió las calles de Sevilla. (EFE/José Manuel Vidal)
Momento de la manifestación en defensa de la sanidad pública que el pasado 26 de noviembre recorrió las calles de Sevilla. (EFE/José Manuel Vidal)
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El PSOE andaluz quiere subirse a la ola de las mareas, le da igual que sea blanca o verde, lo importante es que cambie gobiernos, que eso saben que pasa. No obstante, mucho va a tener que surfear, porque las mismas olas que tiraron de la tabla a la mismísima Susana Díaz, por ahora solo salpican pequeñas gotas en la cara de Juanma Moreno. La manifestación en defensa de la sanidad pública, al calor del conflicto encarnizado en Madrid, ha sido un toque de atención, si bien de momento no es una pancarta que puedan sostener los socialistas, porque aún está muy fresco el recuerdo de cuando eran la diana de las consignas escritas en ellas.

Foto: La manifestación en defensa de la sanidad pública a su paso por la Puerta de Jerez de Sevilla. (EFE / José Manuel Vidal)

El PP de Juanma Moreno ha sabido apropiarse de algunas características que marcaron e hicieron posible el larguísimo Gobierno socialista en Andalucía, como un apoyo transversal, la identificación con la bandera blanca y verde o la utilización de las instituciones. Y mientras, Juan Espadas trata de repetir el manual de la oposición que consiguió poner fin a esa hegemonía de cuatro décadas. Pero, citando a San Agustín, el pasado ya no es y el futuro no es todavía.

Hará bien el Ejecutivo andaluz en tomar nota de la primera gran movilización social que cuestiona su gestión en lugar de minusvalorarla o directamente ridiculizarla como ha hecho Isabel Díaz Ayuso, con ese tono chulesco tan habitual en ella. Y seguro que lo hará, porque Juanma Moreno sabe mejor que nadie la influencia que tuvo para que él entrara por las puertas de San Telmo el tremendo descontento ciudadano en cuestiones determinantes como la atención sanitaria y la educación.

placeholder Moreno visita el Hospital de Emergencia Covid-19. (EFE/Julio Muñoz)
Moreno visita el Hospital de Emergencia Covid-19. (EFE/Julio Muñoz)

Los motivos por los que una persona elige una papeleta en lugar de otra a la hora de votar son tan variados como electores hay, ya ha quedado dicho en este mismo Zaguán, pero las causas de la pérdida de confianza en quien manda siempre se encuentran en lo cercano. Y pocas cosas afectan más que no ser atendido a tiempo cuando una enfermedad llama a la puerta o que las condiciones en las que tu hijo o nieto da clase no sean las mejores.

Parece que los socialistas, conscientes de ello, comienzan a plantear esta estrategia de agitar las ramas del enfado para que caigan los frutos, aunque por ahora todavía desde detrás del tronco, sin asumir protagonismo. Por eso la presencia de Juan Espadas y varios diputados socialistas en la protesta “a título particular”, como se encargaron de puntualizar.

Foto: Moreno contempla el derribo de uno de los edificios en los primeros trabajos iniciados este martes. (Junta de Andalucía)

Tengan cuidado, porque resulta obvia la gran pregunta que flota en el aire: ¿dónde estaban cuando la marea blanca inundaba las calles andaluzas en 2017 y 2018 contra los recortes sanitarios? La respuesta es en sus casas. Y la causa es la que justifica siempre el doble criterio en política a la hora de actuar: que entonces eran Gobierno y ahora, oposición. Porque defender que la situación de la sanidad en Andalucía está peor ahora que entonces sólo puede hacerse desde el prisma ideológico, en ningún caso a través de argumentos objetivos.

Cierto es que el sistema sanitario andaluz padece déficit de personal, listas de espera para intervenciones quirúrgicas y retrasos en Atención Primaria, aunque también lo es que se trata de problemas estructurales, comunes en toda España y que, en lugar de empeorar, pese a haber sufrido una pandemia, ofrecen síntomas de mejoría o, en el peor de los casos, de estancamiento.

placeholder Protesta de sanitarios en Málaga. (EFE /Raúl Caro)
Protesta de sanitarios en Málaga. (EFE /Raúl Caro)

Frente a las críticas apocalípticas, el Gobierno de Juanma Moreno reconoce deficiencias y ofrece datos. 30.000 profesionales sanitarios y 4.000 millones de euros más y 90 días menos de espera para operaciones que en 2018. Ante la soberbia de Susana Díaz en su momento, responsabilizando a la “manipulación política” de las críticas, Moreno asume errores y tiende la mano a mantener “un diálogo fluido y honesto”. El primer paso para solucionar un problema es reconocerlo, y el presidente andaluz lo ha hecho, ya sea por talante o por escarmiento ajeno. “Me equivoqué y no vi venir la importancia de la marea blanca”, se lamentó Díaz el año pasado cuando el daño ya estaba hecho.

Moreno se ha envuelto en la bandera andaluza, lidera una “revolución verde y sostenible”, presume de bajar los impuestos a las familias y no tiene reparos en abrazarse a causas sociales como el feminismo o la defensa de los derechos de las personas LGTBI, ocupando de este modo espacios que históricamente parecían vetados. Y, además, no duda en retirarle la palabra a Vox cuando comete excesos, como llamar “golfos” a los diputados socialistas desde la tribuna. Mostrándose como una derecha moderada, sensata e institucional, nada que ver con la imagen montaraz que avivaba siempre el PSOE en época de Javier Arenas.

Foto: Juanma Moreno, en la inauguración del Hospital Militar de Sevilla. (EFE / Julio Muñoz)

La apropiación de roles que tan buenos resultados le está dando a Juanma Moreno parece que también pretende aplicarla Espadas copiando la manera de hacer oposición del PP andaluz, pulsando los resortes que desgastaron los Gobiernos socialistas. Una estrategia inteligente a priori, aunque con un hándicap importante. Seguramente vaya a hacer falta más que el paréntesis de un mandato para borrar los errores cometidos cuando mandaban. Porque el desgaste de esos 40 años aupó al PP, pero ahora sufren en sus carnes aquello que repetía Giulio Andreotti: que el poder desgasta… sobre todo a quien no lo tiene.

El PSOE andaluz quiere subirse a la ola de las mareas, le da igual que sea blanca o verde, lo importante es que cambie gobiernos, que eso saben que pasa. No obstante, mucho va a tener que surfear, porque las mismas olas que tiraron de la tabla a la mismísima Susana Díaz, por ahora solo salpican pequeñas gotas en la cara de Juanma Moreno. La manifestación en defensa de la sanidad pública, al calor del conflicto encarnizado en Madrid, ha sido un toque de atención, si bien de momento no es una pancarta que puedan sostener los socialistas, porque aún está muy fresco el recuerdo de cuando eran la diana de las consignas escritas en ellas.

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