La dictadura de las “colabos”

Si en el mundo de la música los vinilos, la publicación de un trabajo cada año y los álbumes conceptuales han dejado paso a las plataformas de streaming, los singles cada mes y los duetos con otros artistas, en la política el clásico bipartidismo ha perdido su papel protagonista debido a la irrupción de nuevas formaciones que multiplican las opciones a la hora de escoger papeleta. Aunque con la disolución de Ciudadanos y el proceso autodestructivo de Podemos la dispersión de los votos se ha reducido, mayorías absolutas como la de Juanma Moreno en Andalucía son la excepción y los sondeos para las municipales del 28 de mayo vaticinan que la igualdad será lo habitual.

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Si bien antes de que las urnas se abran todos los candidatos escenifican su firme voluntad de gobernar en solitario, por más tozudos que sean los números, la realidad apunta que el día después será el de la dictadura de las “colabos”, el de la necesidad de contar con aliados. Como decían en el ochentero programa de televisión La bola de cristal: "Solo no puedes, con amigos, sí".

En Málaga, Córdoba y Almería la victoria del PP parece más clara, pero en el resto de capitales el duelo se antoja muy apretado y en algunos casos, como el de Sevilla, la situación actual es prácticamente de empate técnico. Ante este panorama, serán cruciales los pactos postelectorales y las alianzas que puedan tejerse a un lado y otro.

La capacidad del PP de reeditar el gran éxito de Juanma Moreno del pasado mes de julio, o del PSOE de evitar que todas las capitales se tiñan de azul, pasará por ver a quién le salen las cuentas gracias a los asideros que puedan encontrar. Los populares, en Vox, y los socialistas, con la izquierda a su izquierda.

En ese sentido, el actual alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, fía sus opciones a que ese espacio a su izquierda concurre a las elecciones prácticamente unido, a diferencia de en otras ciudades. El acuerdo suscrito por Podemos, IU, Más País, Iniciativa del Pueblo Andaluz, Alianza Verde y Equo para formar una candidatura bajo el nombre de Con Andalucía ayuda a que ese voto no se fragmente demasiado, más allá de la lista de Adelante Andalucía, que sí acude en solitario, aunque con escasas opciones. Por ello, el socialista cuenta con un más que previsible socio para intentar que el PSOE retenga la principal capital de España donde aún gobierna.

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Y si los socialistas apelan a que cuadren los números para reeditar el pacto que ahora mismo gobierna desde La Moncloa como manera de amortiguar el golpe, los populares confían en recibir todos los apoyos que pierda Ciudadanos y en poder entenderse con Vox sin tener que hacer demasiadas concesiones que comprometan su futuro. En el PP son conscientes de que van a necesitar a la única muleta en la que pueden ayudarse para gobernar, aunque recelan porque la naturaleza de los acuerdos que salgan del 28-M condicionará el escenario de una previsible alianza en las inminentes elecciones generales.

En cualquier caso, si en esta política líquida actual una semana es mucho tiempo, medio año ya se antoja toda una eternidad, por lo que la consigna general es intentar tener alcaldes y alcaldesas en todo municipio donde se pueda y, después, Dios dirá. Hay manos libres para entenderse con Vox, porque existe el temor de que las grandes expectativas dejen un poso de decepción si hay capitales en las que la moneda sale cruz, dado que la igualdad existente provocará que en muchos casos todo se decida por unos pocos votos.

Opinión

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El panorama general es tan ajustado, que en más de una y de dos capitales será necesario acudir a la photo-finish y a unos complicados pactos posteriores para investir a los alcaldes y alcaldesas. Tal es la tensión que algún candidato podría recrear esa viñeta de Manuel Summers, que editorializaba con muy pocas palabras mostrando a un político que se dirigía desde un atril a una multitud y proclamaba solemne “Ya no es hora de falsos triunfalismos, seamos realistas. ¡¡¡Socorro!!!”.

Esta noche comienza oficialmente la campaña electoral, aunque la realidad diaria y la sensación de cierto hartazgo nos indican que ya empezó hace mucho, y se abre por lo tanto esa etapa en la que algunos mítines se convierten en la tómbola Terremoto que recorre las ferias andaluzas. Ésa en la que te engatusan con la promesa de un quad y una tele de plasma y al final te vas a casa con un inservible peluche con el que además tienes que ir cargando toda la noche. Volviendo al genio Summers, entramos en ese mismo tiempo que retrataba en otra viñeta en la que un candidato comenzaba su discurso diciendo “Señoras y señores…” y una voz de entre el público replicaba “Mentira”.