Es noticia
Oposición en la sombra
  1. España
  2. Andalucía
Fernando Matres

El Zaguán

Por

Oposición en la sombra

El "Gobierno alternativo" anunciado por Juan Espadas difícilmente va a ser una solución, cuando su labor de desgaste a Juanma Moreno lleva dos y años medio de retraso

Foto: La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, junto al secretario general del PSOE-A, Juan Espadas. (María José López/Europa Press)
La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, junto al secretario general del PSOE-A, Juan Espadas. (María José López/Europa Press)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Decía el humorista Jaume Perich que un político es aquel que tiene soluciones cuando está en la oposición y problemas cuando gobierna, pero Juan Espadas parece obstinado en llevarle la contraria a su irónica sentencia. Por la cantidad de inconvenientes que le rodean, e incluso por su aspecto de hombre permanentemente atribulado, uno diría que el presidente es él. Y nada más lejos de la realidad. No transmite la imagen del líder entusiasta que ofrece propuestas para mejorar la vida de los andaluces. No se comporta como un aspirante ilusionado, sino más bien como alguien que viene de vuelta agotado por el peso del poder.

Desde su nombramiento en julio de 2021 como secretario general del PSOE de Andalucía ha sufrido numerosas adversidades y resultaría muy complicado destacar alguna alegría. La última mala noticia ha sido el resultado del barómetro de la Fundación Centro de Estudios Andaluces (Centra) publicado el pasado lunes, según el cual los socialistas perderían 3,7 puntos, logrando un 21% del apoyo, mientras que Juanma Moreno aumentaría su mayoría absoluta hasta el 46,2% de los votos, si hubiera elecciones.

No es más que un sondeo. Es cierto. Realizado por una Fundación que depende de la Consejería de Presidencia de la Junta de Andalucía. De acuerdo. Aún queda mucho para ir a las urnas. Bien. Pero no es desde luego el mejor panorama para quien está obligado a enderezar su rumbo y modificar la tendencia, ya que el camino está siendo bastante plácido para el líder del PP desde que se sienta en San Telmo.

Y no es que pueda decirse que Espadas no hace nada, aunque desde luego todo lo que intenta no consigue conectar con una amplia mayoría de los andaluces. No parece tener un plan trazado que ejecutar, con mayor o menor éxito, para recuperar su confianza. Más bien da la impresión de moverse a impulsos y tratar de subirse a una ola tras otra para desgastar al Gobierno, sin que por el momento logre permanecer demasiado tiempo de pie sobre la tabla.

Foto: Juan Espadas, en el Parlamento andaluz. (EFE / Julio Muñoz)

Ahora ha anunciado que la próxima semana dará a conocer la composición de un equipo que desarrollará las funciones de un “Gobierno alternativo”. Su intención es no sólo denunciar las cosas que están mal en Andalucía, sino también presentar medidas que permitan mejorarlas. Cambiar los problemas por soluciones, como decía Perich. Una labor constructiva y necesaria, especialmente porque la función de criticar no está haciendo apenas mella en Juanma Moreno.

La cuestión es que se trata de una propuesta reciclada. En junio de 2022, nada más perder las elecciones de manera abrumadora, Espadas señaló que estaba “más fuerte que nunca” y que iba a crear un “Gobierno en la sombra” para fiscalizar la mayoría absoluta del PP. Y luego, como en el célebre soneto con estrambote de Cervantes, “fuese y no hubo nada”. Un año y siete meses entre un anuncio y otro, demasiado tiempo para quien no tiene ni un segundo que perder.

Ocurre además que esta idea rescatada, al igual que el anuncio de cambios en la Ejecutiva Regional o el de la creación de un comité de asesores independientes, parece responder más a la necesidad de cubrir sus ausencias por sus obligaciones en el Senado que a una estrategia a largo plazo. Precisamente ése es otro hándicap importante para que la figura de Espadas sea más valorada de lo que indica esa puntuación de 4,24 que le atribuye el sondeo del Centra, la peor de todos los líderes andaluces.

Foto: La sequía amenaza Doñana. (EFE) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Doñana, primer gran error de Moreno Bonilla
Javier Caraballo

Su nombramiento como portavoz del PSOE en el Senado le puede conceder un mayor foco mediático, aunque le obliga a pasar tiempo en Madrid y le aleja del día a día andaluz. Esta bilocación conlleva habitualmente un importante desgaste entre el electorado, que quiere representantes a tiempo completo. Y a esto hay que sumar que en su nuevo rol se verá obligado a defender posiciones que tienen difícil comprensión en Andalucía, como las concesiones a los partidos catalanes y vascos a cambio de su apoyo o la financiación autonómica.

Tampoco ayuda que el fantasma de la corrupción del “caso ERE”, que tanto daño hace, haya vuelto al primer plano con el inicio del juicio del conocido como “chófer de la coca”. Ni las (aún tímidas) voces críticas que reclaman un cambio en la dirección del partido, como la de la plataforma por la reconstrucción del PSOE-A que lidera Luis Ángel Hierro.

placeholder El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, conversa con el secretario general del PSOE-A, Juan Espadas. (Eduardo Briones/Europa Press)
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, conversa con el secretario general del PSOE-A, Juan Espadas. (Eduardo Briones/Europa Press)

Y mientras Espadas tiene que lidiar con todas estas cuestiones, Juanma Moreno presume ante sus compañeros, los barones autonómicos populares, de ser la comunidad donde más empresas se constituyen, de batir el récord de exportaciones y de crear uno de cada cuatro nuevos empleos en España, además de reducir considerablemente la presión fiscal. Ahora mismo la situación recuerda a esa anécdota en el debate para las elecciones a la presidencia en Francia, cuando Lionel Jospin, haciendo gala de su cortesía, finalizó su intervención con un deportivo “que gane el mejor de los dos”, a lo que Jacques Chirac respondió con un lacónico “gracias”.

Más tarea que tiempo tiene Espadas por delante, y difícilmente la solución va a ser crear un Gobierno en la sombra, porque precisamente el problema es que es la oposición de Espadas la que lleva dos años y medio en la sombra.

Decía el humorista Jaume Perich que un político es aquel que tiene soluciones cuando está en la oposición y problemas cuando gobierna, pero Juan Espadas parece obstinado en llevarle la contraria a su irónica sentencia. Por la cantidad de inconvenientes que le rodean, e incluso por su aspecto de hombre permanentemente atribulado, uno diría que el presidente es él. Y nada más lejos de la realidad. No transmite la imagen del líder entusiasta que ofrece propuestas para mejorar la vida de los andaluces. No se comporta como un aspirante ilusionado, sino más bien como alguien que viene de vuelta agotado por el peso del poder.

Noticias de Andalucía PSOE
El redactor recomienda