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Las manos de lo divino
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María José Caldero

Los lirios de Astarté

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Las manos de lo divino

El arte sacro es una manifestación artística que se dedica al culto a lo divino, tiene la extraordinaria capacidad de trascender lo terrenal y acercar lo divino a lo humano a través de una iconografía y simbolismo tangibles

Foto: La Virgen de la Esperanza de Triana. (EFE/José Manuel Vidal)
La Virgen de la Esperanza de Triana. (EFE/José Manuel Vidal)
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Un lápiz, un papel sobre una mesa de dibujo y un artista.

La punta de grafito no es más que un apéndice de unos dedos que ejecutan las órdenes enviadas desde algún punto del hemisferio derecho del cerebro, el encargado de la creatividad, la intuición y la imaginación. Sobre la hoja en blanco comienzan a aparecer roleos, tarjas, hojas de cardo, flores, mientras el espacio externo queda sumido en una nebulosa lejana. Solo existen el papel y el artista transmutando la idea en materia. Una vez completado el proceso creativo del diseño, serán otros artistas los que lo lleven al plano tridimensional.

El dibujo está en el origen de casi todas las artes visuales. Es más, es la manifestación plástica de la necesidad del ser humano de comunicarse, de conectar con lo trascendente, de convertirse en creador ya sea en una cueva de hace 30.000 años, en un taller gremial del siglo XV o en un estudio del siglo XXI.

La pervivencia de todo aquello que enfatiza nuestra naturaleza humana a través de las manifestaciones artísticas, se hace muy necesario en estos tiempos de trampantojo virtual. Tan necesario como el reconocimiento de las instituciones a estos trabajos que son un hilo tejido de historia.

placeholder Tienda especializada en arte sacro. (EFE)
Tienda especializada en arte sacro. (EFE)

Esta semana hemos tenido la felicísima noticia de la concesión por parte del Gobierno central, a propuesta del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, de la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes 2023 a la Asociación Gremial Arte Sacro de Sevilla. Les confieso que, siendo muy comedida en mis expresiones públicas, pegué un grito de alegría y exclamé un “¡Por fin!” alto y claro.

La Medalla de Oro, según define el galardón, es un reconocimiento que distingue a las personas y entidades que hayan destacado en el campo de la creación artística y cultural o hayan prestado notorios servicios en el fomento, desarrollo o difusión del arte y la cultura o en la conservación del patrimonio artístico. Dice Francisco Carrera Iglesias, maestro bordador y presidente de la Asociación galardonada, que “se ha cambiado la mentalidad de las administraciones respecto al arte sacro. Transmitimos calidad y excelencia”. El arte sacro ha estado sujeto siempre a prejuicios y a una infravaloración subjetiva nacida de un extremismo ideológico que en este país lo mancha todo.

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Pero fíjense por dónde, hoy está el foco puesto en estos hombres y mujeres que, asociados en una institución fundada en 2018, tienen la hermosísima labor de seguir manteniendo vigente un arte de seis siglos y que, pese al poco recorrido temporal como organización, ya han conseguido logros tan importantes como el reconocimiento del arte sacro como Bien de Interés Cultural por parte del Parlamento de Andalucía, respondiendo así a una reclamación histórica de un sector que, además de velar por el mantenimiento de técnicas de trabajo artesanales, supone un motor económico y una fuente de generación de empleo.

Desde una perspectiva más teórica, el arte sacro es una manifestación artística que se dedica al culto a lo divino, tiene la extraordinaria capacidad de trascender lo terrenal y acercar lo divino a lo humano a través de una iconografía y simbolismo tangibles en la plata de un relicario que repuja un orfebre, en el cedro de una canastilla que trabaja un tallista, en la rosa mística de pasión que bordan manos primorosas con hilos de oro fino.

placeholder Traslado del Jesús del Gran Poder. (EFE/Raúl Caro)
Traslado del Jesús del Gran Poder. (EFE/Raúl Caro)

El arte sacro, este arte que hoy copa titulares, ha dejado y sigue dejando un importantísimo legado en el patrimonio de nuestro país, desempeñando un papel fundamental en la expresión de su identidad cultural.

¿Y Andalucía?

Andalucía es tierra de artesanía, una tierra que es rica y proveedora de materias primas y de artistas y artesanos que, a lo largo de los siglos, han dado forma a un extraordinario patrimonio cultural y estético, pero también simbólico o espiritual.

El arte sacro forma parte intrínseca de las celebraciones religiosas de nuestra tierra, siendo la Semana Santa, tan temprana en este nuevecito dos mil veinticuatro, un escaparate fundamental en el que se exhibe esa belleza al servicio de lo divino y que nace de unas manos depositarias de un aprendizaje cultural que debe seguir transmitiéndose a las nuevas generaciones.

Foto: Imagen del Coto de Doñana este noviembre. (EuropaPress/Francisco J. Olmo) Opinión
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Orfebres, tallistas, doradores, cereros, bordadores, pintores, restauradores, pasamaneros, cordoneros, escultores, y un sinfín de artesanos, hombres y mujeres, que entregan una parte de sí mismos en su obra, que sirven de soporte a la Semana Santa y nos vinculan con su trabajo a una historia y una tierra común.

Hoy en día, los profesionales del arte sacro alcanzan niveles de excelencia en su trabajo a través de una exigente formación artística que redunda en la producción de piezas de extraordinaria calidad. Y, como artistas, siguen explorando nuevos caminos de expresión, fusionando tradición y contemporaneidad en un siglo XXI en el que uno de los retos es conectar con las nuevas generaciones de una sociedad, o parte de ella, para no caer en la siempre injusta generalización, que alardea de su estulticia denigrando todo lo que suene a “tradición”, aunque haya por medio brillantísimos trabajos artísticos.

Foto: Los ídolos oculados de la exposición. (Junta de Andalucía) Opinión
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Ojalá el foco no se apague y esa luz se traduzca en inversión, en promoción, en difusión.

Sintámonos orgullosos de ser la capital mundial de un arte único que debe ser mostrado al mundo, sin complejos, con la seguridad de sabernos poseedores de un Patrimonio Cultural ¿Inmaterial de la Humanidad? ¿Por qué no?

Viva el arte sacro y vivan las manos de los artistas andaluces.

Un lápiz, un papel sobre una mesa de dibujo y un artista.

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