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Álvaro Robles Cartes

Ángulo Inverso

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Prensa catalana y estructuras de Estado

Hace tiempo que la Generalitat superó el dilema retórico de Jefferson (“Si tuviera que elegir entre un país sin prensa y uno sin gobierno me quedaría

Hace tiempo que la Generalitat superó el dilema retórico de Jefferson (“Si tuviera que elegir entre un país sin prensa y uno sin gobierno me quedaría con el segundo”) haciendo de la prensa una continuación del entramado institucional público. Estructuras de Estado, en el lenguaje político actualizado de Mas.

Tras las vacaciones de una tan larga como baldía campaña electoral, en algún momento el nuevo Gobierno deberá aplicarse a cuadrar las cuentas. Con un sistema fiscal ya próximo a lo confiscatorio antes de la entrada en vigor de los nuevos impuestos -bebidas, patrimonio y depósitos bancarios (aunque este último nunca se aplique)- no queda otra que tocar las partidas de gastos. La Corporación Catalana de Medios, y sus 2.700 empleados a 60.000 euros cada uno (sólo TV3  tiene  casi 300 millones de coste), hace cola para un nuevo corte de pelo. Los Consejos de dirección de los medios privados deberían sonreír al reducirse las ayudas a la competencia desleal. El problema es que las subvenciones públicas que ellos reciben también están en el aire. Tanto es así que su máximo beneficiario, La Vanguardia, ha puesto sus barbas a remojar, anunciado un recorte de un tercio de su plantilla.

El Informe Anual de la Profesión Periodística elaborado por la Asociación de la Prensa de Madrid explica que el desplome del 39% sufrido por la inversión publicitaria española entre 2008 y 2011 ha impactado en el cierre de medios y en la destrucción sectorial de empleo. Una caída atemperada por el auge de Internet, que crece un 172% y ocupa ya un 8,2% de la tarta total de inversión. Sin ella, las cifras de prensa, revistas y dominicales, como la de cine, se hunden -en sólo 4 años- a la mitad. A falta de los datos consolidados de 2012 sabemos ya que el balance de los últimos cinco ejercicios se salda con 22 diarios desaparecidos, 20 televisiones cerradas, 10 gratuitos fracasados y decenas de revistas cerradas.

El Observatorio de la Crisis de la Federación de Asociaciones de Periodistas Españolas confirma las secuelas de la inversión del ciclo económico en los medios de comunicación.  Su informe glosa los ERE, cierres, recortes y despidos del sector desde noviembre de 2008; cerca de 180 medios afectados, 71 de ellos cerrados y 8.867 profesionales afectados, 3.900 en 2012.

A lo largo de los últimos cinco años, se han cerrado en Cataluña más de 50.000 empresas y la tasa de desempleo se ha duplicado, pasando del 11,82% de 2008 al 22,56% actual. Sin embargo, durante este periodo el sector de medios de comunicación catalán ha sufrido menos expedientes, recortes y cierres empresariales que los registrados en localidades de la dimensión y densidad geográfica de Gibraltar/Algeciras, Segovia, Guadalajara, Almería, La Rioja, Ávila, Cádiz o Ceuta.

Excluyendo la prensa nacional, más de tres decenas de medios de comunicación madrileños sufrieron recortes o cesaron en su actividad en el periodo estudiado. Frente a esos datos, la crisis sectorial se salda en Cataluña con la restructuración (y refinanciación con dinero público de Avui), el cierre de Hospitalet TV, siete empleados de la radio pública de Tarragona y siete empleados del Diari de la misma ciudad y poco más. Sorprendente.

¿Cambio de ciclo? La Vanguardia, tocada

El Informe Anual de la Profesión explica que el desplome del 39% sufrido por la inversión publicitaria desde 2008 ha impactado en el cierre de medios. Una caída atemperada por el auge de internet, que crece un 172% y ocupa ya un 8,2% de la tarta total de inversiónEl buque insignia del Conde de Godó navegaba ajeno a las severas restructuraciones de Vocento, El Mundo o Prisa, con cabeceras que le preceden en el ranking español de difusión y que están enfrentadas, con la regularidad del periódico matinal, al reto de su propia viabilidad. Hasta ahora. La Vanguardia ha anunciado el inicio de negociaciones para reducir un 30% de su plantilla. Hasta ahora le había bastado un leve ajuste empresarial de 15 personas y dos planes de prejubilaciones en 2010 y 2012 para consolidar su proyecto extendiendo la línea editorial al lenguaje y público televisivo a través de tv8. Y es que el modelo de negocio del Grupo Godó ha dado impecable respuesta a las necesidades informativas del país gracias a la calculada percepción de las necesidades políticas del momento.

La Vanguardia está cuando se la necesita, es tan capaz de mejorar la estructura argumental de quien manda como de sugerir educadamente un esbozo de crítica. Sabe cambiar de opinión para seguir representando el sentir catalán, está cosida por las alturas con la Casa Real y, por lo tanto, con España. Influye, es cosmopolitamente provinciana y formalmente plural y, además, tiene una factura impecable y moderna donde no falta profundidad en las páginas de internacional o de cultura. Por decirlo de alguna manera, La Vanguardia es un medio privado que sirve al interés público desde hace 70 años interpretando las necesidades de quien manda en Cataluña.

Un ejemplo para los empresarios del sector catalán porque es, además y de largo, el mejor medio escrito en sus cuatro provincias. Tiene la fórmula de la Coca-Cola, y la ha cobrado mientras ha habido dinero. ¿A cuánto asciende el sumatorio compra de ejemplares por la Administración + inserción de publicidad institucional + subvenciones y ayudas de la Generalitat + subvenciones del Ayuntamiento de Barcelona? Algunos cálculos lo sitúan cerca de los 10 millones en 2012. Si La Vanguardia tuviera un personal de 300 trabajadores, y esa cifra fuera atinada, calculando para cada profesional una retribución media de 40.000 euros al año, podría decirse que el poder habría pagado el 83,3% de los sueldos de redactores, administrativos y directivos del Grupo. No es caro.

El saldo en las urnas del 25N de 2012 (el verdadero derecho a decidir) no empaña la simpatía de la prensa catalana, y de La Vanguardia en particular, con la causa gubernamental. Ahí está la hoja de servicios a través de opiniones, editoriales y titulares, sin olvidar sus encuestas. La prensa, unida a través de aquel editorial conjunto del 25 de noviembre de 2009 titulado "La dignidad de Cataluña", ha mantenido estos años apretadas las filas, que no sus carnes estabuladas con subvenciones. Hasta hoy. Los necesarios recortes de gasto público sugieren que la prensa tendrá menos incentivos para hacer patria en este particular sentido post jeffersoniano. ¿Lo notaremos sus lectores?

*Álvaro Robles Cartes es economista y consultor político y de comunicación.

Hace tiempo que la Generalitat superó el dilema retórico de Jefferson (“Si tuviera que elegir entre un país sin prensa y uno sin gobierno me quedaría con el segundo”) haciendo de la prensa una continuación del entramado institucional público. Estructuras de Estado, en el lenguaje político actualizado de Mas.