Es noticia
La acelerada degradación de las instituciones democráticas
  1. España
  2. Antítesis
Vicente Vallés

Antítesis

Por

La acelerada degradación de las instituciones democráticas

Asistimos a una progresiva y acelerada degradación de las instituciones democráticas. La corrupción y el extremismo populista nos han hecho asistir a episodios delirantes

Foto: Pedro Sánchez y Yolanda Díaz celebran la convalidación de la reforma laboral. (EFE/Kiko Huesca)
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz celebran la convalidación de la reforma laboral. (EFE/Kiko Huesca)

El lunes, una turba filotrumpista asaltó el ayuntamiento de Lorca, en Murcia, cuando los concejales elegidos libremente por los vecinos iban a votar lo que consideraban oportuno sobre un asunto que a los componentes de la turba no les gustaba. Hagamos Lorca grande otra vez, asaltando el 'Capitolio' de la localidad.

El martes, el Gobierno mezcló en un mismo decreto la obligación de llevar mascarilla en exteriores y una paga para los pensionistas. El chantaje consistía en que, si un diputado votaba contra la mascarilla en la calle impediría, de rebote, que los pensionistas cobraran su paga. El Ministerio de Sanidad no ha presentado un solo informe científico que avale la necesidad de taparse la boca al aire libre. Y, de hecho, ya ha anunciado que este martes, solo siete días después de imponer ese extravagante y fullero decreto dual, levantará la obligación. ¿Por qué, entonces, forzar la votación del pasado martes? Porque yo lo valgo. Hagamos la mascarilla grande otra vez.

El jueves, un parlamentario del PP en fase de atolondramiento votó sí cuando quería votar no, y la reforma laboral resultó aprobada por un voto de diferencia. Los populares, carcomidos por su propia torpeza, tratan desde entonces de convertir ese gol en propia puerta en un pucherazo promovido por una conspiración sanchista. Y desde la presidencia de la Cámara se alegan subterfugios leguleyos para impedir que un diputado que se equivoca y tiene tiempo de rectificar, pueda hacerlo. Hagamos la conspiranoia y la obcecación reglamentista grandes otra vez.

Foto: Pedro Sánchez y Yolanda Díaz celebran la convalidación de la reforma laboral (EFE/Huesca)

Pero ese diputado popular no fue el único que votó lo contrario de lo que quería. El PP se opuso por oponerse, a pesar de que hubiera firmado ese acuerdo sin dudarlo, porque la reforma es apenas una leve actualización lógica de la que aprobó Rajoy en 2012. PNV, Esquerra y Bildu votaron en contra solo por dar un escarmiento a su benefactor Pedro Sánchez, suponiendo que ganaría la votación (a esta hora, todavía no se han recuperado del susto).

La dirección de UPN quería votar en contra, pero decidió que sus dos diputados votaran a favor después de que el PSOE se comprometiera a salvar al alcalde de Pamplona de ser reprobado por acusar a los 'menas' de cometer delitos (reflexión al margen: el PSOE, salvando a un alcalde que acusa a inmigrantes menores de edad). Así, UPN exigió a sus diputados que votaran a favor, pero ellos votaron en contra. Igual que PSOE y Podemos, que votaron a favor de la reforma queriendo (en el fondo de sus almas) votar en contra, porque ambos partidos se comprometieron a "derogar la reforma laboral", no a barnizarla. Hagamos la reformita laboral grande otra vez.

Foto: Carlos García Adanero a su llegada al Consejo Político de UPN. (EFE/Jesús Diges)

Asistimos a una progresiva y acelerada degradación de las instituciones democráticas. La corrupción en la que ha chapoteado durante años la política española y el extremismo populista que se enseñorea entre nosotros, nos han hecho asistir a episodios delirantes: agresiones a diputados a las puertas del parlamento de Cataluña, el Congreso rodeado para impedir la investidura de un presidente, espectáculos ordinarios y vulgares en el hemiciclo, insultos, deserción de la elocuencia…

Y tan importante o más: que, con asuntos determinantes como la reforma laboral o la crisis en Ucrania, el presidente del Gobierno no comparezca ante la Cámara desde diciembre; que se considere natural que el diputado sea solo un dedo de madera que vota lo que se le ordena, pese a que la Constitución fija que "no estará ligado por mandato imperativo"; que se gobierne por decreto, cuando la Constitución establece que esa opción es adecuada solo "en caso de extraordinaria y urgente necesidad"; que se presenten esos decretos como inamovibles y, por tanto, se hurte a las Cortes Generales, que según la Constitución "representan al pueblo español", la posibilidad de debatirlos y, en su caso, modificarlos.

Confiemos en que Bruselas no preste demasiada atención al método atrabiliario mediante el cual se ha aprobado la reforma laboral

Ahora, la normativa que regula las relaciones laborales de millones de ciudadanos con sus empresas se ha aprobado por un voto equivocado y, como consecuencia, en contra del auténtico deseo soberano del Parlamento; con un presidente del Gobierno cuya divisa es resistir a cualquier precio y en compañía de quien sea; con una oposición tan extraviada como un conductor que va en sentido contrario por una autovía y se pregunta, extrañado, qué hacen esos coches que vienen de frente; y con una polarización política tan consolidada, que los españoles solo pueden aspirar a tener un gobierno condicionado por la extrema izquierda y los independentistas (como ahora) o por la extrema derecha (si se produjera un cambio). Menudo panorama…

Confiemos en que Bruselas no preste demasiada atención al método atrabiliario mediante el cual se ha aprobado la reforma laboral. Porque, como dijo el escritor americano John Godfrey Saxe, "las leyes, igual que las salchichas, dejan de inspirar respeto en la misma proporción en la que conocemos cómo se elaboran". Las instituciones democráticas, convertidas en un corral de comedias.

El lunes, una turba filotrumpista asaltó el ayuntamiento de Lorca, en Murcia, cuando los concejales elegidos libremente por los vecinos iban a votar lo que consideraban oportuno sobre un asunto que a los componentes de la turba no les gustaba. Hagamos Lorca grande otra vez, asaltando el 'Capitolio' de la localidad.

Reforma laboral Partido Popular (PP) PSOE
El redactor recomienda