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"¿Sí o qué?": las cuatro claves que definirán la campaña del 27-S
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Imma Aguilar

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"¿Sí o qué?": las cuatro claves que definirán la campaña del 27-S

La comunicación electoral tendrá una influencia decisiva en Cataluña, donde no combaten lo viejo y lo nuevo, sino que se cruzan dos ejes, independencia / reformismo y sucio / limpio

Foto: Junts pel Sí está marcando la campaña con una estrategia monotemática. (Efe)
Junts pel Sí está marcando la campaña con una estrategia monotemática. (Efe)

“Vivimos en una campaña permanente”, me dijo resignado un político catalán hace muchos meses, y a ese contexto responde nuestra comunicación de los últimos años, inserta en un escenario de “política en tiempos de indignación”, como titula su último libro Daniel Innerarity.

Hoy ha arrancado la campaña electoral formal para las Eleccions al Parlament de Catalunya y será una de las más monotemáticas, más cartelizadas por la proximidad de las generales, y más estigmatizadas por su carácter inevitablemente plebiscitario. Asistiremos a una lucha del Sí contra las vías alternativas: inflexibles noes, matizadas terceras vías o apoyos condicionados.

Propongo algunos aspectos a tener en cuenta en la comunicación electoral de estos comicios y que iré desgranando en sucesivos análisis, porque, si están preguntándose ¿cuánto influye la comunicación electoral? o ¿cuánto peso tiene la campaña en unas elecciones como éstas?, les diré que mucho, que cada vez más.

1. Cartelización y debate multicapa

Como nunca, las elecciones van a ser leídas e interpretadas en clave estatal puesto que los partidos van a jugar esta competición con sus líderes ya calentando en el banquillo para las elecciones generales. Sánchez, Rajoy, Iglesias y Rivera no renuncian a marcar perfil junto a candidatos poco conocidos –en algunos casos- incluso en detrimento de un imprescindible trabajo de notoriedad para los verdaderos carteles: Iceta, García Albiol, Rabell, Arrimadas, Baños o Espadaler. Frente a ellos, el bloque independentista, agrupados en Junts Pel Sí, donde el cartel se compone de un extraño morphing entre los rostros de Romeva, Mas y Junqueras.

Frente a la asertividad del Sí en “Junts pel Sí” o en de “Catalunya Sí que es Pot”, el resto esgrimirán el “lío” (PSC) o la “suciedad“ (Ciutadans)

Los nombres propios de políticos desalineados que han irrumpido en una campaña que no es la suya también deberán ser tenidos en cuenta por lo que aporta a un debate con muchas capas, en el que cada uno parece hacer la guerra por su cuenta. Una de las capas es la del debate entre los propios candidatos y sus respectivos posicionamientos; otra, la de los líderes estatales y una tercera, la de los medios y el entramado de intereses socio-económicos.

2. La escenografía será clave

Más que nunca, esta será una campaña de calle y de imagen potente. El simbolismo de los carteles, las fotos, los vídeos, el estilismo, los mítines… resultará muy significativo de las opciones de cada formación. Por ejemplo, las fotografías resultantes de la marcha del 11 de septiembre tienen prácticamente la misma expectativa que cualquier acto de campaña de los que pueda convocar el independentismo en toda la campaña electoral. Así consideró la importancia de la imagen y su simbolismo el president Mas cuando convocó con solemnidad medieval en el Palau de la Generalitat las elecciones autonómicas.

Frente a la asertividad del Sí en “Junts pel Sí” o el de “Catalunya Sí que es Pot”, acompañado de la contundencia de discursos y de imágenes, la mayor indefinición del resto de ofertas electorales que optarán por esgrimir ideas simples y directas: el “lío” (PSC) o la “suciedad” (Ciutadans), en un intento de responder con la misma contundencia. Apostaría por que veremos a los candidatos hacer discursos muy emocionales y empáticos, en una campaña muy positiva entre los partidarios de la independencia, mientras que la escenografía del resto de propuestas electorales será más en clave de negación y hasta de campaña sucia.

3. La tecnopolítica como diferencia

Hablo de tecnopolítica para referirme a la zona de comunicación en una campaña que afecta a las redes digitales y a la participación de activistas y electores. Todos los partidos políticos cuentan ya con estrategia de comunicación online que moviliza a sus bases y atañe a flujos de comunicación fuera de los circuitos de medios tradicionales. Nadie es ajeno ya a la necesidad de atender a comunidades propias que ya no emplean ni precisan de intermediarios formales, es decir, medios y periodistas.Vamos a vivir de nuevo en la “memecracia” basada en imágenes de impacto que refuerzan las posiciones políticas y emocionales, y de su generalización con la viralidad de las redes sociales.

Los mensajes y las conversaciones en las redes sociales cada vez cobrarán mayor protagonismo y veremos que hay noticias de campaña que serán tuiteadas y tuits de campaña que serán noticia. Las secciones de política de los medios no pueden dejar de tener listas de Twitter con las cuentas de los candidatos y sus equipos de campaña. Pero no sólo de Twitter o Facebook. No hay que descuidar el instagram de los candidatos o las cuentas de periscope, donde se podrá seguir en directo en el smartphone las actividades de una campaña multiformato y transmedia. Los partidos y los equipos de candidatura van a generar contenidos tan valiosos para el seguimiento de campaña como la producción periodística informativa.

Por ahora, el independentismo marca la agenda con una estrategia monotemática: veremos si se logran introducir temas del día a día, como los económicos

Campañas para financiar sus acciones electorales mediante microcréditos y debates online/offline para la decisión de los asuntos del programa. Candidatos geolocalizados y con apps que informan online de noticias, eventos, comparten fotos y vídeos. Debates en redes sociales y en plataformas online.

4. Los ejes del debate

Impuesto ya, de forma irreversible, el debate independencia sí o no, Albert Rivera ha presentado con antelación su vídeo y cartel electoral con Inés Arrimadas. El líder de Ciutadans ha dejado claro que va a tratar del No y ha subrayado el segundo tema de esta campaña: la corrupción. Va a ser muy difícil, si no imposible, evitar estos dos debates. Considero que, en nuestro marco democrático, la denuncia de la corrupción del contrario no da votos, mientras que sí se los resta al corrupto. Además, la historia electoral de este país demuestra que los temas que no matan desde el principio al candidato o al partido, le hacen fuerte a lo largo de la campaña.

Descartado ya el eje izquierda/derecha, protagonista de toda campaña en España desde 1977, en esta contienda tampoco creo que nos encontremos con una polarización entre lo nuevo y lo viejo, como en las pasadas elecciones municipales y autónomicas. Catalunya 2015 es una batalla de dos ejes cruzados: independencia / reformismo, limpio / sucio.

Como siempre, dominar los tiempos y la agenda de los temas será esencial para imponer el debate. Por ahora, es el independentismo el que marca la agenda en una estrategia monotemática, frente a la necesidad de introducir más temas de gestión del día a día de la economía, la convivencia y la cohesión social. Veremos si serán capaces.


“Vivimos en una campaña permanente”, me dijo resignado un político catalán hace muchos meses, y a ese contexto responde nuestra comunicación de los últimos años, inserta en un escenario de “política en tiempos de indignación”, como titula su último libro Daniel Innerarity.

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