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Los banqueros andorranos tienen un problema y también es del 5%
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Nacho Cardero

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Los banqueros andorranos tienen un problema y también es del 5%

El Principado de Andorra es un pequeño y enigmático país que se levanta en los Pirineos y tiene como príncipes al obispo de Urgel y al

Foto: Jordi Pujol antes de su comparecencia en el Parlament
Jordi Pujol antes de su comparecencia en el Parlament

El Principado de Andorra es un pequeño y enigmático país que se levanta en los Pirineos y tiene como príncipes al obispo de Urgel y al presidente de la República Francesa, así como una fiscalidad pírrica, prácticamente de chiste, que envidiarían hasta las socimis españolas. Quizá por estos privilegios, las autoridades niegan sistemáticamente la nacionalidad a no ser que te calces una barretina en la cabeza y metas unos cuantos fajos de billetes bajo la misma.

Aunque cuenta con su propio jefe de Gobierno, Antoni Martí, quien realmente manda es un puñado de familias –los Cerqueda, los Reig, Cierco, Mora, Ribas, etc.–, que conforman una sociedad endogámica y un tanto claustrofóbica en la que todos tratan con todos y se casan incluso entre ellos para que perdure la estirpe. La alta sociedad andorrana tiene pautadas las reglas del juego: en los convites, etiqueta; en los negocios, cruz de navajas.

Controlan los medios de comunicación, la telefónica, la eléctrica y cada una de las empresas claves del país. Son dueños hasta del suelo que pisan sus conciudadanos. Los Reig poseen el 18% del territorio; los Cierco, un 10%. Es como si en España las grandes fortunas se repartieran el Estado de las autonomías: Madrid para las Koplowitz, Andalucía para los Alba y Baleares se la quedan los March. “Andorra es un país pequeño e inexperto, pero concienciado para asumir los cambios necesarios para ser homologado en la comunidad internacional”, explica a El Confidencial el dueño de unos de los grandes grupos empresariales radicado en el Principado.

Si Cataluña era un oasis hasta que irrumpió el proceso secesionista, Andorra podía confundirse con un paraíso –tanto por sus características orográficas como por las fiscales– hasta que estalló el caso Pujol. Aunque se han afanado en las últimas semanas en transmitir una sensación de normalidad, con posados en la Moncloa y buenas palabras sobre las negociaciones para evitar la doble fiscalidad entre ambos países a cambio de mayor transparencia, en realidad, los informes que se están dando a conocer estos días cuestionan la buena praxis del sistema financiero de aquel país. Los de la UDEF, para concretar, resultan demoledores para los intereses de la banca andorrana.

El confidente Bolich

En estos informes sale a relucir un ciudadano americano que habría destapado una red de comisiones de los Pujol con las entidades de aquel país. El americano, imputado por otra causa ajena al expresident, habría procedido a la delación a cambio de un acuerdo con la Justicia. “Según dicho colaborador”, explica el informe de la UDEF, “dirigentes de CDC, en especial alguno de los hijos de Pujol, habrían cerrado acuerdos con banqueros andorranos como Francisco Mora (de Banca Mora), Roberto Cassany y otros (se está verificando si también estaría el responsable de Banco Sabadell-Andorra), para aportar una importante comisión de dinero circulante en sus cuentas corrientes (sobre un 5%), a condición de que dicho efectivo no conste en los balances generales evitándose el riesgo de que tanto las Autoridades monetarias francesas como españolas pudieran tener acceso a dichos datos”.

El confidente en cuestión no es otro que Philip McMahan Bolich, un testaferro de los Pujol que fue directivo de Banca Catalana en los años convulsos y con el que Macià Alavedra ha mantenido una estrecha relación durante décadas. La magistrada de Andorra, Maria Àngels Moreno, habría procedido a bloquear las cuentas de Bolich en el Principado a petición de la Audiencia Nacional tras destaparse el caso Pretoria, por el que está imputado. Se le inmovilizaron más de cuatro millones de euros repartidos en nueve cuentas de diferentes bancos: cuatro en Andbank, otras cuatro en Credit Andorra y una en Banca Mora. Según la Policía, Bolich se habría ofrecido a “informar de todas las operaciones que ha estado realizando en los últimos años para la familia Pujol y la de Mas y otros dirigentes de CDC, siempre que le liberen la imputación y pueda recuperar el dinero trabado, ya que su actual situación económica es muy mala y se siente abandonado y traicionado por todos, en especial por el propio Pujol”. El testaferro también presumía de haber presentado al expresident a la bruja Adelina, ahora estrella de los platós televisivos, que vivía en las montañas, en la zona de Engolasters-Engordany, y le predecía el futuro frotándole un huevo por la espalda y luego rompiéndolo. Celtiberia show cien por cien.

La piedra Rosetta del caso Pujol no es otra que Banca Catalana y sus ramificaciones en Andbank. La Policía entiende que, desmadejando estas cuentas, se descifraría el enigma. Fue una de las pocas preguntas con miga que hicieron al exresponsable de la Generalitat en su bochornosa comparecencia (Pujol abroncaba y los diputados hacían el avestruz). Se la formuló el secretario general del PSC, Miquel Iceta: "¿Es verdad que, utilizando información privilegiada, vendió acciones de Banca Catalana antes de la quiebra de esta entidad y fue ese el dinero evadido a Andorra?"

Tal y como informó este diario en su momento, la Policía sitúa el dinero regularizado ahora por el clan Pujol “en la caja B de Banca Catalana”, creada por Florenci y de la que su hijo fue consejero. Antes de quitarles el caso, los fiscales que investigaron la quiebra del banco, Carlos Jiménez Villarejo y José María Mena, llegaron a la conclusión de que sus responsables habían montado una contabilidad paralela y habían autorizado pagos de dividendo por más de 500 millones de pesetas, pese al agujero milmillonario que ya arrastraba la entidad. El caso quedó en nada. En una reciente entrevista, Mena aseguraba que los fiscales “fuimos disparados con una escopeta de caza en las ventanas y durante muchísimos días recibíamos llamadas telefónicas intermitentes durante toda la noche”. Los fantasmas de Banca Catalana resurgen ahora, treinta años después, con las sábanas sucias en las que los dirigentes de Convergència envolvieron sus trapicheos en nombre del Estado catalán.

Paradójicamente, la mayor parte de las pesquisas judiciales para seguir el rastro de los Pujol se centran en Banca Privada d’Andorra (BPA), que recibió el dinero entre finales de 2010 y principios de 2011. Las transferencias provinieron de Andbank, que había ejercido de guardián pretoriano del clan durante casi tres décadas hasta prácticamente la actualidad. Sin embargo, la comisión rogatoria del juez Ruz deja al margen a este banco. Es como si no existiera.

Fuentes del entorno del propio Jordi Pujol malician que Andbank goza de un trato de favor por parte de la UDEF a cambio de información. De hecho, el despacho de Joan Miquel Rascagneres, quien ha formalizado la denuncia en nombre de Jordi Pujol Ferrusola por vulneración del secreto bancario, apunta a esta entidad como el origen de la filtración que ha desencadenado el escándalo. A pesar del perfil bajo con el que tratan de camuflarlo, Andbank se encuentra en el epicentro de la fortuna de los Pujol por sus relaciones atávicas con el expresident. Tal y como indica su página web, el banco es fruto de la fusión en 2001 de Banc Agrícol (propiedad de la familia Cerqueda) y Banca Reig (de los Reig). En la corte financiera catalana siempre se vio a Banc Agrícol como un ‘amigo íntimo’ de los Pujol. Por si esto fuera poco, el presidente de Andbank, Manel Cerqueda, hizo sus primeros pinitos en el sector a través de Banca Catalana. Como en las buenas sagas, todo queda en familia.

Igual que la comisión rogatoria de Ruz pasa de puntillas por los Cerqueda, la otra, la que se ha ordenado desde el juzgado número 31 de Barcelona y que afectaría a la totalidad del sistema financiero andorrano, se ha dado de bruces con la Justicia de aquel país, que no ha dado su nihil obstat para seguir tirando de la madeja. A pesar de las promesas de colaboración, la información suministrada hasta este momento por Andorra es poco menos que cero.

“Andorra quiere colaborar con España siempre que haya motivos técnicos que lo permitan”, dice un reconocido financiero. “Tenemos muy claro que España es el vecino y queremos ayudar. El problema es que en España se está instruyendo de una manera burda. Lo que están haciendo es un fishing expedition. Especulan con que se debió cometer algún delito en algún momento de su historia con el dinero de los Pujol y dicen: vamos a revisar su historia a ver si encontramos ese delito. Esto en derecho penal tiene muy poca base. Andorra tiene tasado en qué supuestos se puede pasar información y ahora mismo esos supuestos no se dan”. CiU y ERC en el Parlament, y los banqueros ante las autoridades judiciales. Todos se aprestan a defender el honor de los Pujol igual que si fueran los Prizzi. Quizá porque todos ellos tengan algo que ocultar y teman ser absorbidos por el torbellino de las comisiones políticas.

El Principado de Andorra es un pequeño y enigmático país que se levanta en los Pirineos y tiene como príncipes al obispo de Urgel y al presidente de la República Francesa, así como una fiscalidad pírrica, prácticamente de chiste, que envidiarían hasta las socimis españolas. Quizá por estos privilegios, las autoridades niegan sistemáticamente la nacionalidad a no ser que te calces una barretina en la cabeza y metas unos cuantos fajos de billetes bajo la misma.

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