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Nacho Cardero

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El mambo era esto

La banda sonora de la Diada de este año es la que han compuesto Anna Gabriel (CUP) y Jordi Sánchez (ANC), los reyes del mambo. Puigdemont y Junqueras solo le dan a las maracas

Foto: Imagen: Pablo López Learte
Imagen: Pablo López Learte

El mambo era esto. Si alguien albergaba alguna duda de quién gobernaba Cataluña desde que Junts pel Sí se echara en manos de los antisistema para continuar con el ‘procés’, a buen seguro que ya no la tiene. El desgobierno se ha impuesto tras la aprobación de Ley del Referéndum y la Ley de Transitoriedad Jurídica y Fundacional de la República, y en este caos imprevisible quien se erige como claro vencedor no es otro que la Candidatura d’Unitat Popular (CUP), pues son ellos, y no Puigdemont ni Junqueras, los que en puridad parecen mandar en Cataluña.

El sábado por la tarde, a escasas 48 horas de la celebración de la Diada, los simpatizantes de esta formación pusieron a circular el siguiente SMS bajo el título 'Mobilitzem-nos!': “Tras el éxito de las convocatorias de ayer y viendo que el Estado incrementa día tras día su espiral represiva (hoy con el asalto al Vallenc), desde la CUP creemos que es el momento de estar más activos que nunca en la calle. Por ello, proponemos que cualquier acción represiva o de ocupación de las calles y espacios privados por parte de la Guardia Civil sea respondida con una concentración en ese mismo lugar para demostrar la firmeza del referéndum y la voluntad inaplazable de decidir nuestro futuro como pueblo. Es la hora del mambo. #PrenPartit”.

placeholder David Fernández habla con Artur Mas en el Parlament. (EFE)
David Fernández habla con Artur Mas en el Parlament. (EFE)

Ellos tienen secuestrada Cataluña. Ellos son los artífices de que los líderes de las entidades soberanistas, empezando por Artur Mas (recuérdese el abrazo del 9-N entre el 'expresident' y David Fernández), siguiendo por Carles Puigdemont y acabando por Oriol Junqueras, aceptaran el discurso de la izquierda independentista radical en aras de mantener su hoja de ruta.

La CUP ha ganado. Se ha materializado su discurso tabernario, el mismo que Anna Gabriel esbozara en el pleno para la aprobación de la Ley del Referéndum y cuyo principal objetivo, por si alguien lo ha olvidado, radica en la eliminación del patriarcado y de ese Estado opresor capitalista que bloquea la liberación nacional y social del pueblo catalán. Como diría el compañero Toni Bolaño, son los últimos bolcheviques de Occidente.

En su punto de mira han puesto a todas las estructuras democráticas ‘herederas del franquismo’, ora la Guardia Civil, ora el Rey de España, y no dudan en profanar hasta los actos más sentidos, como ocurrió en la manifestación del 26-A, ni tampoco en agitar las calles haciendo un llamamiento a la peor calaña europea para que se acerque a Cataluña en estas semanas de ruido y furia que preceden al referéndum del 1-O.

La formación de Anna Gabriel y David Fernández, aquí dos demócratas, no ha dudado un instante en tirar el ‘procés’ por el barranco y pasarlo para la máquina de desguace para activar la fase que en verdad les dota de razón de ser, la del mambo y la fiesta, o en román paladino, la de los escraches. Todo ello, como el surrealista vídeo distribuido la semana pasada, consecuencia de tanto departir con Otegi y tanto ver ‘Breaking Bad’.

El problema ya no es la CUP, sino esa pulsión anárquica que ha prendido en el resto de la sociedad dando por normal algo que no lo es y que atenta contra la convivencia de personas libres e iguales. Estos postulados han ido permeando en la Asamblea Nacional Catalana (ANC) que preside Jordi Sánchez, pieza clave de la madeja independentista, siempre serpenteando entre las sombras de la Generalitat y que por el cargo que ostenta se erige en uno de los responsables de la Diada que hoy tiene lugar.

placeholder El presidente de la ANC, Jordi Sánchez. (EFE)
El presidente de la ANC, Jordi Sánchez. (EFE)

Jordi Sánchez ha mudado su lenguaje y ha comenzado a emplear la misma terminología que los 'cupaires'. “Tiene que ser la Diada decisiva para derrotar a un Estado que no acepta las urnas como testimonio”, comentaba recientemente.

Las consignas van y vienen a velocidad frenética. En otro wasap que circulaba este fin de semana se podía leer lo siguiente en alusión a la fianza que el Tribunal de Cuentas solicita a los implicados en el 9-N: “Es necesario que todos los que vamos a la manifestación del 11 de septiembre llevemos en el bolsillo un billete de cinco euros por cada miembro de la familia que asista, grandes y pequeños, para hacer entrega en los puestos de caja que se monten en el curso de la manifestación (…). Sería bueno que la organización de la manifestación fijara un momento para que todos al mismo tiempo levantemos los billetes ‘Pase-ho!”.

A sabiendas de que la batalla legal la tienen perdida, tratan de ganar la batalla de la calle a golpe de papeletas del referéndum en el Camp Nou y escraches ante los ayuntamientos que se niegan a prestar sus locales. La banda sonora de la Diada de este año es la que han compuesto Anna Gabriel (CUP) y Jordi Sánchez (ANC), sin lugar a dudas los reyes del mambo. Puigdemont y Junqueras, con cara de circunstancias este último, solo le dan a las maracas.

“Cuando todo acabe y empiece la política, tendremos que recordar que esto es culpa de todos. Este dislate es responsabilidad de todos”, confiesa un alto dirigente del PDeCAT. “Creo que sabemos que vamos a perder, pero no podemos hincar la rodilla. Mañana se van a cepillar la mesa, se van a cepillar los acuerdos, se van a cepillar el Gobierno… Pero esto no parará a la calle. A lo mejor arrollan y consiguen que el 1-O no se celebre, pero da igual, habrá otras urnas, la de las autonómicas, y volveremos a estar en la misma situación”.

El mambo era esto. Si alguien albergaba alguna duda de quién gobernaba Cataluña desde que Junts pel Sí se echara en manos de los antisistema para continuar con el ‘procés’, a buen seguro que ya no la tiene. El desgobierno se ha impuesto tras la aprobación de Ley del Referéndum y la Ley de Transitoriedad Jurídica y Fundacional de la República, y en este caos imprevisible quien se erige como claro vencedor no es otro que la Candidatura d’Unitat Popular (CUP), pues son ellos, y no Puigdemont ni Junqueras, los que en puridad parecen mandar en Cataluña.

Carles Puigdemont David Fernández