Es noticia
El presidente Feijóo versus el aspirante Sánchez: un debate en el que nada es lo que parece
  1. España
  2. Caza Mayor
Nacho Cardero

Caza Mayor

Por

El presidente Feijóo versus el aspirante Sánchez: un debate en el que nada es lo que parece

El socialista irá a por todas. El autor de "usted, señor Rajoy, no es una persona decente" desplegará todo su repertorio para arañar unos puntos de estimación de voto con que ahormar otro Frankenstein

Foto: Núñez Feijóo y Pedro Sánchez, durante uno de sus últimos cara a cara en el Senado. (Reuters/Susana Vera)
Núñez Feijóo y Pedro Sánchez, durante uno de sus últimos cara a cara en el Senado. (Reuters/Susana Vera)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Confía la Moncloa, más por devoción que por convicción, en el debate de Atresmedia para recuperar cierto resuello demoscópico. No parece que lo vaya a tener fácil. A estas alturas del partido, los dados están echados. Aun así, en la Moncloa están en lo cierto. Les quedan pocos disparos para remontar. El de este lunes es uno de ellos.

Feijóo acudirá a la defensiva. Más que ganar, tratará de no perder. No es ningún experto en esto de los debates. No le salen bien. No le salían bien en Galicia con Touriño & CIA y tampoco en Madrid, como se ha visto en el Senado, lo cual no es óbice para que luego acumule mayorías absolutas como el que colecciona cromos de fútbol, que una cosa es predicar y otra distinta dar trigo. Mostrará un talante moderado e institucional, e intentará no caer en las provocaciones de su contrincante.

Foto: El presidente Sánchez, en la presentación del programa socialista para el 23-J. (EFE/Mariscal)

Sánchez irá a por todas. No le queda otra. El autor de "usted, señor Rajoy, no es una persona decente" desplegará todo su repertorio para desarmar a Feijóo y arañar unos puntos de estimación de voto con que ahormar otro Frankenstein. El presidente del Gobierno se ha ufanado siempre de ser un líder no convencional —alternativo, outsider, de los que escuchan La Pija y la Quinqui— y sus debates tampoco lo son.

Jugará a la ofensiva, irreverente, dando esa sensación, habitual a lo largo de la legislatura, de que no parece el presidente, sino el jefe de la oposición. De tal forma que si viene alguien de Tombuctú, enciende la televisión este lunes noche, escucha a los candidatos y le preguntan quién es el jefe del Ejecutivo, lo tendrá claro: "El que tiene acento gallego, ¿no?". El otro, el que parece modelo de Zara, sería, en su opinión, el aspirante.

Sánchez jugará a la ofensiva, irreverente, dando esa sensación de que no parece el presidente, sino el jefe de la oposición

El inner circle con el que Feijóo ha estado preparando el discurso es muy reducido, básicamente el núcleo gallego, su guardia de corps. En Génova, hablan de la directora de gabinete, Marta Varela; el vicesecretario de Política Institucional, Esteban González Pons; la coordinadora de Proyección e Imagen, Mar Sánchez; el director de Coordinación Parlamentaria, Álvaro Pérez López, y el responsable de Contenidos del PP, Marcos Gómez, aunque es vox populi que el principal asesor de Feijóo, al que escucha y sigue sus recomendaciones, aunque no siempre, es el propio Feijóo. "Nosotros no podemos enseñarle a ganar elecciones. Viene aprendido", indican en su equipo.

En el otro lado, Sánchez aseguraba vía Twitter que estaba recopilando "datos y argumentos" para los debates con su equipo, entre los que se encontrarían ministros como Calviño y Bolaños, o su jefe de gabinete, Óscar López. Oficiosamente, sin embargo, es de sobra conocido que quienes están marcando las directrices no son otros que el productor audiovisual José Miguel Contreras y el exsecretario de Estado de Comunicación Miguel Barroso, que le han montado no tanto una campaña como una estrategia de comunicación consistente en priorizar los platós de televisión y los estudios de radio, verbigracia, los del Grupo Prisa, en lugar de patearse unas calles que se han convertido en territorio hostil.

Foto: El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. (EFE/Carlos Hidalgo)

Se vale para tal objetivo de los instrumentos que denostaba en 2019. Había entonces "muy buen periodismo escrito —y muy libre— en los medios digitales: al fin y al cabo, están hechos por profesionales que han padecido ERE traumáticos, o bien periodistas de gran experiencia que han buscado mayor libertad para ejercer su profesión y la han encontrado en esos medios", escribía Pedro Sánchez en su Manual de resistencia. "La diferencia entre el papel y lo digital era enorme y la libertad en la red se respiraba", añadía en lo que se suponía un elogio a los medios nativos digitales y una crítica al legacy, y más concretamente a El País, ahora reconvertido en su periódico fetiche. Lógicamente, aquel era otro Pedro Sánchez. Tampoco los propietarios de El País eran los mismos.

Los Migueles quieren hacer de esta noche el punto de inflexión de campaña, volver al Kennedy-Nixon, el celebérrimo debate televisado que ganó JFK por el manejo de la telegenia y su capacidad de seducción, lo que le conduciría, a la postre, hasta la presidencia de los EEUU. Para ellos, Sánchez es aquí el guerrillero, el que está luchando contra los elementos y el orden establecido; Feijóo, por el contrario, es el candidato del establishment; Sánchez disfruta en la pelea, se crece en la adversidad; Feijóo no quiere bronca, está en su elemento cuando hay que hablar de gestión y resultados; Sánchez se ha trabajado cada paso, ha conquistado el poder con sangre, sudor y lágrimas y volverá a repetir la gesta; a Feijóo, en cambio, se le puede estar poniendo cara de Aníbal tras la batalla de Cannas, cuando decidió pararse a cinco leguas de Roma.

Foto: Pedro Sánchez, en 'El Hormiguero'. (EFE/Atresmedia) Opinión

No es oro todo lo que reluce en esta estrategia. Como escribía Esteban Hernández este fin de semana, el hecho de convertir la campaña en un gran plató de televisión, como pretenden Sánchez y sus asesores más próximos siguiendo la doctrina Iglesias ("los medios son más importantes que los partidos"), tiene tantos pros como contras. Si bien es verdad que llegas a audiencias masivas, también es cierto que hay territorios más pequeños, en los que se reparten cuatro o menos escaños, que serán decisivos para el resultado final, y donde la cercanía y presencia física tienen más valor que enchufar la tele en horario prime time. Para más inri, el calendario elegido por los Migueles para esta estrategia de comunicación no ha sido el idóneo. Se han precipitado. Lo han ejecutado antes de tiempo.

La Moncloa ha generado unas expectativas desmedidas con el debate a sabiendas de que, en el cuerpo a cuerpo, su candidato resulta imbatible. Ahora bien, ¿y si Feijóo aguanta? ¿Qué ocurrirá entonces? Amén de que solo va a haber un duelo entre los candidatos y muy lejos del 23-J. Si alguien tropieza, difícilmente nos acordaremos de ello cuando vayamos a depositar la papeleta. El líder del PP sabe que cada vez falta menos, que se tiene que ceñir a las consignas marcadas y evitar los errores de bulto. El líder del PP sabe que los números le sonríen y que lo harán todavía más cuando, a falta de 10 días, se active el voto útil.

Confía la Moncloa, más por devoción que por convicción, en el debate de Atresmedia para recuperar cierto resuello demoscópico. No parece que lo vaya a tener fácil. A estas alturas del partido, los dados están echados. Aun así, en la Moncloa están en lo cierto. Les quedan pocos disparos para remontar. El de este lunes es uno de ellos.

Elecciones Generales