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Florentino Pérez, Rey de Reyes y Emperador de Emperadores
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Nacho Cardero

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Florentino Pérez, Rey de Reyes y Emperador de Emperadores

Nadie se presentará contra Florentino. A nadie le gusta presentarse para perder. El problema es el DNI y que después de Florentino, por esa parálisis generacional que padece España, no hay nadie

Foto: Florentino Pérez en una imagen de archivo. (Getty)
Florentino Pérez en una imagen de archivo. (Getty)
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Florentino Pérez, Rey de Reyes y Emperador de Emperadores, León conquistador de la Champions League, superando en títulos a Bernabéu y en poder efectivo a cualquier otro mortal sobre la faz de la Tierra, que ha mantenido al club en la cúspide de la élite frente a la llegada de los petrodólares y el reinado mediático de la Premier League, un señor al que su apellido no le hace justicia, pues su prosapia, con permiso del Tewodoros II y de Cărtărescu, es muy superior, que cambió la fisonomía de Madrid con las cuatro Torres, primero, y con un Bernabéu galáctico después, una obra descomunal, acaso la Torre de Babel de la capital, pues bien, este Florentino Pérez, llueve, truene o caiga humillado ante el Barça, volverá a ser reelegido presidente del Real Madrid. Dios salve a Florentino.

Ha conducido el equipo blanco durante más de 20 años, de 2000 a 2006 y de 2009 a la actualidad, siendo mejor en la segunda etapa que en la primera. Más estable. Más estratégico. Más profesional. Ha traído a los mejores jugadores del siglo XXI y ha intentado, en un triple salto con tirabuzón, montar la madre de todas las ligas, la Superliga, con tantos defensores como detractores, pues Florentino, ante quien políticos, empresarios y medios de comunicación se postran de hinojos, es mucho Florentino.

Con estas credenciales, difícilmente le va a salir un competidor en las elecciones a la presidencia del Real Madrid. El plazo para la presentación de candidaturas va del 9 de enero al 18 de enero de 2025 y, a día de hoy, nadie ha oído más nombre que el de Florentino Pérez. Porque muy pocos cumplen las condiciones exigidas, porque casi nadie cuenta con el patrimonio necesario para presentarse (un aval que supera los 160 millones de euros) y porque ninguno quiere verse sometido a esa maldición bíblica que persigue a todos aquellos que osan hacerle frente. Pregunten a Enrique Riquelme y cómo tuvo que hacer de tripas corazón para sacar adelante la OPV de Cox.

Como anunció en la última Asamblea, su próximo mandato estará enfocado a crear una nueva estructura societaria para proteger el legado del club, que no es otro que el legado del propio Florentino y la cohorte que le acompaña, no vaya a ser que venga alguien de fuera y se ponga a mirar donde nadie le manda. Según información de Agustín Marco, Key Capital, su banco asesor de cabecera, y Clifford Chance, el bufete de abogados de confianza, estarían trabajando con el club para buscar una solución ad hoc en la que, presumiblemente, los socios se convertirían en accionistas. Digo presumiblemente porque, en caso de ser así, la factura fiscal que deberían pagar los socios ni sería pecata minuta ni estaría al alcance de la mayoría. Siempre se especuló que la valoración del club blanco rondaría los 6.000 millones de euros, pero el presidente del Madrid estima que se iría a los 10.000 millones.

Foto: Enrique Riquelme. (Europa Press/Joaquin Corchero)

El problema para Florentino Pérez no son tanto los candidatos, que no los hay, sino el propio Florentino Pérez y su Documento Nacional de Identidad, donde dice que el próximo 8 de marzo cumplirá 78 años. Llámenlo edadismo, pero lo cierto es que, con esa edad, lo lógico es que el próximo sea su último mandato. Y esto es un problema para el Madrid, pues no se le conoce sucesor a la vista, y para todos los que han medrado a su costa. De ahí la importancia de cambiar de estructura societaria: para monitorizar los tiempos y el futuro del club, esto es, para dejar todo atado y bien atado.

Una circunstancia a la que no son ajenos sus enemigos. El número de muertos que ha ido dejando en el armario ha ido en aumento y son muchos a los que le gustaría pasarle factura. No nos referimos solo el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, que se da por descontando después del intento de asalto a la eléctrica por parte de ACS, sino también (y sobre todo) a la Asociación Vecinal de Perjudicados por el Bernabéu, detrás de la cual no se encuentra un grupito de pijos del barrio de Salamanca, como dicen maledicentes desde el club, sino grandes empresarios anónimos, bien pertrechados en leyes, que han puesto contra la espada y la pared al Real Madrid en los tribunales.

Foto: Florentino Pérez, durante la presentación de Mbappé. (AFP7)

El Florentino Pérez que se presenta a estas elecciones no es el mismo de 2009. Entonces, tenía la baraka de su lado y la mayoría de resoluciones le eran favorables. Hoy tenemos que José Ángel Sánchez, director general del club y hombre de confianza del presidente, está imputado por la comisión de un supuesto delito medioambiental por los ruidos de los conciertos y que la Justicia ha anulado la concesión de la construcción y explotación de los aparcamientos de Paseo de la Castellana-Bernabéu y de la calle Padre Damián. Serios reveses de los que se acaba de hacer eco el Financial Times, un menoscabo para la marca del equipo blanco: "Se trata de una situación vergonzosa para el Real Madrid, el club más valioso del mundo y piedra angular del establishment".

El nuevo estadio ha sido tan espectacular como catastrófico para las finanzas del equipo. Estaba presupuestado en 575 millones de euros y se ha ido hasta casi los 1.200 millones, excluyendo intereses y la derrama para la insonorización. A todo ello hay que sumar el culebrón montado en torno al Sky Bar, el súper club de lujo del Santiago Bernabéu. Va a hacer falta mucho dinero para tapar estos agujeros. Florentino Pérez no está acostumbrado a estos reveses o, al menos, no lo estaba en otras épocas, cuando sentarse en el palco junto al presidente era más relevante que acudir a la Moncloa.

Los daños colaterales no solo se circunscriben al Real Madrid sino que alcanzan, entre otros, al Ayuntamiento, con quien el presidente mantiene una relación amor-odio, y a Telefónica, encargado de la transformación digital del nuevo Bernabéu y que tampoco atraviesa su mejor momento con el mandatario blanco. No por nada, Orange acaba de sustituir a Telefónica como socio tecnológico oficial del Real Madrid.

Los renuncios se le acumulan. Además de todos los anteriores, están sus contratiempos deportivos, como la derrota de este fin de semana contra el Barcelona en la Supercopa; sus errores de comunicación en el lanzamiento de la Superliga; el desplante del Real Madrid a la gala del Balón de Oro —actitud muy alejada del señorío del que hace gala—, o sus flirteos con personajes tales que Rubiales y Laporta, con quien se muestra en exceso indulgente incluso en casos como el de Negreira. A pesar de todo, nadie se presentará contra Florentino. A nadie le gusta presentarse para perder. El problema es el DNI y que después de Florentino, por esa parálisis generacional que padece España, no hay nadie.

Florentino Pérez, Rey de Reyes y Emperador de Emperadores, León conquistador de la Champions League, superando en títulos a Bernabéu y en poder efectivo a cualquier otro mortal sobre la faz de la Tierra, que ha mantenido al club en la cúspide de la élite frente a la llegada de los petrodólares y el reinado mediático de la Premier League, un señor al que su apellido no le hace justicia, pues su prosapia, con permiso del Tewodoros II y de Cărtărescu, es muy superior, que cambió la fisonomía de Madrid con las cuatro Torres, primero, y con un Bernabéu galáctico después, una obra descomunal, acaso la Torre de Babel de la capital, pues bien, este Florentino Pérez, llueve, truene o caiga humillado ante el Barça, volverá a ser reelegido presidente del Real Madrid. Dios salve a Florentino.

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