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Telefónica solo es la anécdota: Sánchez y su visión despótica del poder
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Nacho Cardero

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Telefónica solo es la anécdota: Sánchez y su visión despótica del poder

Según se hace más intenso el olor a descomposición, la deriva autocrática del Ejecutivo va en aumento

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)
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Le pilló de improviso el viernes tarde en la Ciudad de las Comunicaciones. El runrún venía de lejos y todo hacía presagiar un desenlace parecido. Tal vez por eso, los discursos en la reciente cumbre de Telefónica celebrada en La Granja, Segovia, ya sonaban a despedida. Fin de ciclo. Aun así, por mucho que el final estuviera cantado, uno nunca termina de hacerse a la idea. Me vales hasta que me dejas de valer. Sic transit.

Este viernes por la tarde, ya vacía la sede de la compañía, despachaba tranquilo los asuntos pendientes. Tal vez por ese ensimismamiento pre fin de semana, no cayó en la cuenta de que le estaban llamando al móvil. Era Ángel Simón, consejero delegado de Criteria, al que Isidro Fainé ha mandatado para poner orden en las participadas del imperio Caixa y garantizarse el dividendo y la supervivencia futura de la fundación.

Simón es —junto al recién nombrado director general de la fundación, Josep Maria Coronas, con el que comparte ex aequo la complicidad de Fainé— el hombre fuerte del grupo. Fue él quien forzó la salida de Goirigolzarri de Caixabank para cumplir con las recomendaciones del Banco Central Europeo y ha sido él también quien, por el hecho de tratarse de uno de los socios atávicos y haberlo defendido a ultranza, se encargó de trasladar la mala nueva: José María, te esperan en Moncloa. Eran las 17 horas de la tarde.

Allí estuvo largo tiempo "despachando con los mayores", aseguran en su círculo de confianza. Ni los más próximos al presidente de la operadora tuvieron conocimiento de lo que se estaba fraguando hasta la madrugada del viernes al sábado. "Lo tiene asumido. Solo quiere salir lo mejor posible y que se respete su legado". El comunicado a la CNMV, en cambio, pone negro sobre blanco que se trata de una dimisión forzosa. Los chats de Telefónica echaban humo. No eran formas.

Foto: José María Álvarez-Pallete. (Reuters)

A José María Álvarez-Pallete le vencía este año su actual mandato como presidente, cargo al que llegó en 2016. ¿Por qué esa llamada sin avisar? ¿Por qué precipitar su marcha meses antes de la junta, a celebrar en marzo/abril, y no pactar una sucesión natural y ordenada? ¿Por qué acelerar la caída de alguien que siempre ha mantenido buenas relaciones con Moncloa? Esa es la pregunta que se hacían este sábado los próximos y no tan próximos a Álvarez-Pallete. Nadie tiene una respuesta convincente.

Hay quien especula con la posibilidad de que se trate de un puñetazo sobre la mesa de Pedro Sánchez para hacerse notar frente a las grandes empresas justo en vísperas de su viaje a Davos. Jueces, medios, compañías privadas… Que pase el siguiente.

Foto: Marc Murtra. (Cedida)

Por eso de que don dinero es un mal enemigo, Manuel de la Rocha, secretario General del Departamento de Asuntos Económicos, hace tiempo que bisbiseaba al oído del presidente la necesidad de aplacar la rebelión del Ibex, ora las energéticas, ora la banca, por lo civil o por lo criminal. Cuando Sánchez se reúna en el Foro con los ejecutivos de las compañías españolas, a más de uno, seguro, le temblarán las canillas.

Si bien es cierto que falta un relato de empresa, que ha caído la cotización —ha pasado de 8 euros a cerca de 4 euros— y que la polémica gestión de Latinoamérica ha lastrado su herencia, igual de cierto es que Telefónica se ha convertido en una empresa sistémica para España, comportándose ejemplarmente en situaciones adversas, como se vio en el Covid, y manteniéndose como uno de los referentes europeos en el declinante sector de las telecomunicaciones. Como muestra, un botón: el nombramiento de Álvarez-Pallete como presidente de la GSMA, la patronal mundial de las operadoras de telecomunicaciones.

Tratarán de crear una realidad alternativa para justificar su marcha de Telefónica igual que se nos hizo creer que la compra de la SEPI del 10% de la operadora buscaba blindar a la compañía y compensar la entrada de la pública Saudi Telecom Company (STC) en el accionariado de la española (un argumento falaz: España lleva 15 años recibiendo grandes sumas de los países del golfo Pérsico y nadie se ha quejado).

El objetivo de la SEPI era otro: seguir invadiendo espacios que no corresponden al Ejecutivo y hacerse con el control de una compañía clave para la vertebración de la sociedad española. Otra muesca en el revólver de Sánchez.

Se quiere un Estado cuasi totalitario que anule al individuo y se apropie de las diferentes esferas de la sociedad

Después de reunir a duras penas a los consejeros, pues la operación se ha llevado bajo el más absoluto secreto y costó dar con ellos, Telefónica celebró una reunión extraordinaria en la que decidió, "a efectos de garantizar un adecuado relevo en la presidencia ejecutiva de la Sociedad, aprobar el nombramiento por cooptación de D. Marc Thomas Murtra Millar, como Consejero Ejecutivo de la Sociedad, nombrándole igualmente Presidente Ejecutivo del Consejo de Administración y delegándole todas las facultades delegables de este, para su ejercicio con carácter solidario", según el comunicado a la CNMV.

Murtra es el actual presidente de Indra, lo que le otorga galones en su relación con la SEPI y en el manejo de operaciones especiales como la de este fin de semana en la Ciudad de las Comunicaciones. No en vano, ya vivió experiencias similares en el consejo de la compañía de Defensa con la salida del anterior CEO, Ignacio Mataix.

Murtra ha logrado el "consenso total" de todos los accionistas de Telefónica para ocupar el cargo. Del clan del PSC, es un hombre bien considerado en todos los entornos, ya sean económicos o políticos. Uno de sus principales avales es la evolución de la acción de Indra: se sitúa por encima de los 18 euros, la más alta de su historia. Con estos guarismos, está todo dicho. También es patrón de la Fundación La Caixa —de donde le viene su buena relación con Fainé—, consejero en Ebro Foods y de ITP Aero. Lleva tres años instalado en Madrid y ha logrado hacerse un hueco en el complejo ecosistema capitalino.

Foto: Pedro Sánchez, en las Naciones Unidas. (EFE/Olga Fedorova) Opinión

Según se hace más intenso el olor a descomposición, la deriva autocrática del Ejecutivo va en aumento. Por la ley Begoña, que provocaría el archivo de las causas judiciales que afectan al presidente del Gobierno y que propiciaría que solo se investigaran los casos que implican a la oposición; por la persecución a los jueces bajo el latiguillo del lawfare; por el control intensivo a los medios de comunicación y sus fuentes de financiación, y por la intervención de hoz y coz en el ecosistema empresarial. Se quiere un Estado cuasi totalitario que anule al individuo y se apropie de las diferentes esferas de la sociedad, economía, cultura, medios de comunicación, tal y como predicaba Antonio Gramsci. Nuestra voluntad totalitaria del poder, que diría Giovanni Gentile.

El nuevo presidente y el núcleo duro de Telefónica tendrán la obligación de reorientar la compañía para hacerla competitiva en un contexto complejo (ahí está la amenaza de los tecnoligarcas) y con un sinfín de intereses políticos. Pallete, quo vadis?, titulamos un artículo de este mismo blog. Ocho años después, no sabemos a ciencia cierta hacia dónde se dirige Telefónica, lo que sí parece claro es hacia dónde quiere llevarla el Gobierno.

Le pilló de improviso el viernes tarde en la Ciudad de las Comunicaciones. El runrún venía de lejos y todo hacía presagiar un desenlace parecido. Tal vez por eso, los discursos en la reciente cumbre de Telefónica celebrada en La Granja, Segovia, ya sonaban a despedida. Fin de ciclo. Aun así, por mucho que el final estuviera cantado, uno nunca termina de hacerse a la idea. Me vales hasta que me dejas de valer. Sic transit.

José María Álvarez Pallete
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