:format(png)/f.elconfidencial.com%2Fjournalist%2F677%2F96f%2F429%2F67796f4297c43dd7ccf2c421eac3a8c3.png)
Caza Mayor
Por
Primero la Comunidad Valenciana y luego tumbar a Andalucía
Moreno Bonilla sabe que un 20% de sus votantes era del PSOE, luego de Ciudadanos y terminó en el PP… pero con ADN socialista. También lo sabe Sánchez. Por eso ha mandado a Montero
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fe1b%2Fe3a%2F140%2Fe1be3a140e06f297ad4901c8bc5098a5.jpg)
Demostración de poderío de Juanma Moreno Bonilla en la gala del 28-F, Día de Andalucía, en el teatro de la Maestranza. Control absoluto del escenario, auditorio entregado, discurso andalucista, emotivo, templado, excepto cuando arremetió contra la quita de deuda del Gobierno tachándola de "ilusionismo contable". Nada muy distinto a lo de Felipe González unas horas antes: "Quitar deuda a una comunidad autónoma no significa quitar deuda a los españoles. Es cambiar una deuda de aquí a aquí", dijo el otrora líder del PSOE. O González se ha vuelto facha o Moreno Bonilla, socialdemócrata. Elijan.
El presidente de la Junta se explayó a gusto delante de la vicepresidenta primera y secretaria general del PSOE andaluz, María Jesús Montero, que parecía fuera a ser engullida por la butaca del teatro. La tentación del presidente de la Junta fue demasiado grande como para dejar pasar la ocasión.
Moreno Bonilla es claro ejemplo de que uno puede ser un modesto jefe de la oposición y luego líder carismático a la hora de ostentar el poder y ejercerlo con puño de hierro y guante de seda. Para el 'puño de hierro' tiene a consejeros como Antonio Sanz y Carolina España, tal y como se pudo comprobar en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Para lo de la 'seda' ya está él. En el espacio de la centralidad. Sabe que no puede caer en las celadas que le están tendiendo desde Ferraz ni en los debates gruesos de Montero.
El presidente andaluz de la mayoría absoluta versus la vicepresidenta primera, la que se sienta junto a Pedro Sánchez en el Consejo de Ministros. Palabras mayores.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F0ba%2Ff3e%2Fbf9%2F0baf3ebf9fd28fec50fd108922e40e6e.jpg)
A nadie escapa que lo de Andalucía no es una batalla autonómica sino nacional. Para eso la han enviado: no tanto por la CCAA como para que Sánchez pueda salir bien parado en las próximas generales y seguir teniendo posibilidades de retener el sillón presidencial.
Andalucía es la comunidad con más habitantes de España y también la que más escaños tiene en el Congreso (61). En las autonómicas de junio de 2022, Espadas obtuvo 888.325 votos. Un año después, el 23 de julio de 2023, en las generales, el PSOE andaluz consiguió medio millón más hasta situarse en los 1,45 millones de votos. Esta última es la cifra que tiene Montero en el magín para hacer un boquete en los predios populares.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F013%2F302%2Ff74%2F013302f74cc71ed32d4bfda8b4067005.jpg)
La diferencia de votos que se produjo en ambos comicios en Andalucía, una región donde se vota con la izquierda a un partido y con la derecha al de la acera de enfrente, avienta la idea de un superdomingo en 2026 en el que hagan coincidir andaluzas y generales.
Los socialistas piensan que el arrastre de Sánchez podría beneficiar a Montero; los populares creen todo lo contrario, que Moncloa no las hará coincidir porque hay un porcentaje nada desdeñable de andaluces que votan a Moreno Bonilla en las autonómicas y luego a Sánchez en las generales, y que si les colocan en la tesitura de tener que elegir poniendo a ambos partidos en la misma saca, a lo mejor se llevan un susto.
Montero ha llegado a la Federación del PSOE andaluz con más pereza que ganas. Ella no quería. Hay que entenderlo. Es una persona que, hasta las 9.45 horas del lunes 29 de abril de 2024, no sabía si iba a ser la primera mujer presidente de España. Sánchez dijo que se quedaba. Aplausos, vítores y orden del gran jefe para enviar a la andaluza camino Despeñaperros hacia, posiblemente, su muerte política. Así se las gasta Sánchez. Porque si no logra arrebatar la Junta a Moreno Bonilla, su futuro se vislumbra negro. Pocos la imaginan como líder de la oposición. Ni siquiera creen que vaya a recoger el acta.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fd96%2Fa0e%2F290%2Fd96a0e290a325ff169069ce9def055d4.jpg)
Montero se lo juega todo. El envite es máximo. De ahí que venga para algo más que elevar la moral de la tropa y cohesionar al PSOE-A, haciendo valer su poder orgánico. Ella viene a darle a la manivela de la polarización. Buscará el cuerpo a cuerpo, que la conversación no gire tanto en torno a Andalucía como a España, que es donde ella gana enteros.
En San Telmo son conscientes de la estratagema. Cuando el Gobierno autonómico cae en la trampa de ponerse a hablar de temas nacionales, en vez de centrarse en resolver los problemas del día a día de los andaluces, la atmósfera se enrarece y empiezan a resentirse en las encuestas. Lo notaron con la amnistía. Fue automático: ponerse a hablar de la medida de gracia a los líderes catalanes y caer en intención de voto.
Todos estos elementos hacen de Andalucía uno de los puntos calientes para el PSOE y para cualquier formación que se precie y quiera formar Gobierno. Las otras dos comunidades donde han colocado sendas chinchetas en el mapa para que Sánchez, el hombre de la eterna remontada, en palabras del diario El País, tenga posibilidades de revalidar el cargo son Cataluña y la Comunidad Valenciana.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F017%2F270%2Fe2f%2F017270e2f14f3d461a90950293632f49.jpg)
Cataluña es una bicoca para los planes socialistas. Allí gobierna Salvador Illa y la mayoría de analistas barrunta que lo va a hacer durante mucho tiempo. No hay nadie al otro lado. Los independentistas van como pollo sin cabeza y la diferencia que saca el PSOE al PP es tal que harían falta entre cuatro y cinco comunidades populares para compensarla. Cataluña aporta 47 diputados a la Cámara Baja. Illa le ha robado buena parte del electorado a los populares con un discurso catalán, pero también nacional, moderado, no muy diferente al de Moreno Bonilla en Andalucía.
El otro objetivo de Moncloa es la Comunidad Valenciana. Eso es algo que no escapa a ningún lector avezado que sepa interpretar el flujo de mensajes y titulares en prensa. De la tragedia del barranco del Poyo a la dana electoral en ciernes. El PSOE, con la pistola humeante del complejo monclovita, se ha lanzado en tromba contra Mazón. Han estudiado dónde pueden rascar y se han dado cuenta de una ocasión pintiparada.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fafc%2Fc3b%2Fbdc%2Fafcc3bbdc30fbdbbf188aaa5382993a0.jpg)
Sobre las tragaderas éticas de lo ocurrido, con un relato impuesto por el Gobierno Central, una inacción en la tragedia de la que pocos hablan y la búsqueda de rédito político, habría mucho que decir, pero ya da igual. Las cartas están echadas. A Feijóo no le preocupa tanto el 'Mazón Valencia', que también, como el 'Mazón España' y las consecuencias en las generales. En esta región hay 33 escaños en disputa.
Y después de la Comunidad Valenciana, piensan en Ferraz, viene Andalucía. Moreno Bonilla sabe que tiene un 20% de prestado, que era del PSOE, luego Ciudadanos y que terminó en el PP… pero con ADN socialista. De 0 a 10, de extrema izquierda a extrema derecha, el andaluz se sitúa en el 4,5. El presidente de la Junta es consciente de ello. También Sánchez. Por eso ha mandado a Montero. Ave, Caesar, morituri te salutant.
Demostración de poderío de Juanma Moreno Bonilla en la gala del 28-F, Día de Andalucía, en el teatro de la Maestranza. Control absoluto del escenario, auditorio entregado, discurso andalucista, emotivo, templado, excepto cuando arremetió contra la quita de deuda del Gobierno tachándola de "ilusionismo contable". Nada muy distinto a lo de Felipe González unas horas antes: "Quitar deuda a una comunidad autónoma no significa quitar deuda a los españoles. Es cambiar una deuda de aquí a aquí", dijo el otrora líder del PSOE. O González se ha vuelto facha o Moreno Bonilla, socialdemócrata. Elijan.