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Crisis en el mundo y elecciones en España: la oportunidad de Sánchez
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Nacho Cardero

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Crisis en el mundo y elecciones en España: la oportunidad de Sánchez

Algunas voces en el entorno del presidente dicen que esto no da más de sí y especulan ya con un adelanto para este mismo año 2025

Foto: Sánchez presenta el plan antiaranceles del Gobierno. (EFE)
Sánchez presenta el plan antiaranceles del Gobierno. (EFE)
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"El 13 de marzo, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, propuso una forma novedosa para aumentar el gasto en Defensa del país [...]. Para empezar, el verdadero peligro para España no viene de tanques rusos cruzando los Pirineos —¿por qué preocuparse por eso?— sino de las amenazas que plantea el cambio climático en la cuenca mediterránea, lo cual significa que los esfuerzos para reducir las emisiones de carbono deberían considerarse gasto militar", decía irónico The Economist, otrora faro de la prensa internacional de calidad y hoy, tras poner el foco en la endeblez gubernamental y el populismo patrio, máquina del fango al servicio del sionismo.

The Economist hacía referencia a la contabilidad creativa que pretenden aplicar países como España o Italia, fórmulas mágicas que esconden la incapacidad de algunos miembros de la Unión Europea para cuadrar los compromisos de gasto en Defensa. Si los impuestos son ya demasiado altos y no se quieren tocar las partidas sociales, no queda margen.

Foto: Dos personas toman el sol en la playa de los Almirantes de Rota con la Base Naval al fondo. (EFE/Román Ríos)

Las arcas no dan más de sí y, a estas alturas, echar más leña a la deuda pública es como jugar a la ruleta rusa. Máxime en un entorno como el actual. La combinación de factores externos incontrolables, como Trump, la crisis de los aranceles y la ralentización global, junto con problemas internos, ora económicos, véase la falta de Presupuestos, ora políticos, como los casos de corrupción que afectan al Ejecutivo y su endeblez parlamentaria, vaticina un panorama bastante oscuro para Sánchez.

Tan es así que algunas voces en el entorno del presidente dicen que esto no da más de sí y especulan ya con un adelanto para este mismo año 2025. No es que sea el escenario deseado de Moncloa, pero sí sería el menos malo, vistas las penurias que están por llegar y la ventana de oportunidad que se le ha abierto a Sánchez. No hay nada mejor que una guerra, en este caso comercial, para erigirse en adalid de las democracias liberales y, como el Pisuerga pasa por Valladolid, sacar de los titulares a su mujer, su hermano, Koldo, Ábalos, Jéssica, al Fiscal General del Estado, a Conde Pumpido y el sursum corda.

Foto: El Presidente del Tribunal, Cándido Conde-Pumpido (EP/Gustavo Valiente)

Los casos de corrupción cada vez están más próximos al núcleo irradiador de Moncloa. La estrategia de distribuir ministros por los distintos territorios se ha comprobado fallida. María Jesús Montero ha quedado descartada antes incluso de comenzar la carrera. Si alguien esperaba que reconquistara Andalucía y sirviera de espoleta demoscópica para Sánchez en el resto del país, ya puede esperar sentado. La andaluza resta más que suma. Hacer coincidir las generales con las andaluzas en 2026 se antoja un suicidio.

Luego está el factor Puigdemont. Si la amnistía no se hace efectiva y el expresident no puede volver a Cataluña antes del verano, tal y como le ha prometido Sánchez (con la complicidad del TC), el Gobierno puede ir entrando en paliativos. Todo es malo, pero es que todo lo que está por llegar es mucho peor. ¿Para qué esperar a 2027?

Foto: Puigdemont recibió a Otegi en Waterloo el mes pasado. (EFE/EH Bildu)

Otros factores que pesan a la hora de valorar el adelanto electoral son los económicos. La locomotora española comienza a griparse y lo que se nos viene encima resulta difícil de imaginar (y de cuantificar). Aquellos que, con voz resiliente, sostienen que España está mejor preparada para aguantar el choque son los mismos que, en la Gran Recesión, dijeron que el sistema financiero español estaba blindado frente a las turbulencias mundiales. Miren dónde se encuentran ahora las cajas de ahorro. DEP.

España no es una isla. Aunque los últimos datos del PIB demuestran la vitalidad de nuestra economía respecto a los vecinos europeos, las previsiones que se están haciendo tras los últimos acontecimientos apuntan a una brusca desaceleración. La caída y volatilidad bursátil afectan directamente a la confianza empresarial y a las perspectivas de inversión. Empresas cotizadas con fuerte exposición exterior verán recortados sus beneficios y, por ende, su capacidad para generar empleo.

Noticias pésimas para un mercado laboral al que se le comienzan a ver las costuras. El descenso del número de desempleados en marzo fue de 13.311 personas, una cifra muy inferior a los 33.405 de 2024 o los 48.755 de 2023. La creación de empleo ha registrado su peor dato en dicho mes desde 2021. Si el Gobierno ha podido presumir de crecimiento del empleo en estos años, ha sido gracias a la manivela pública. Desde que Sánchez está en el poder, el empleo privado ha crecido un 10%; el público, un 24%.

Foto: Pedro Sánchez, en las Naciones Unidas. (EFE/Olga Fedorova) Opinión

Pese a las alharacas oficiales, España sigue teniendo casi un 11% de paro, el doble que la Unión Europea. Es el único país de la UE que se encuentra en doble dígito. Tres millones de parados, además de los fijos discontinuos. El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) ha reconocido que hay 800.000 fijos discontinuos que no trabajan.

Pero no son tanto estas cifras como la debilidad parlamentaria del Ejecutivo para enfrentarse a ellas y al armagedón que se nos viene encima. Por no tener, no tiene ni Presupuestos ni la intención de presentar unos, a pesar de que la Constitución obliga.

En 1983, Calvo-Sotelo no pudo elaborar PGE por falta de apoyos y tuvo que convocar elecciones; en 1996, el Parlamento tumbó los Presupuestos, Felipe González adelantó y Aznar llegó al poder; en 2012, Zapatero tampoco pudo elaborar Presupuestos y fuimos a las urnas. Desde que Sánchez asumió la presidencia del Gobierno, solo se han aprobado tres PGE. Los de 2025 ni siquiera se han presentado y aquí no pasa nada. Al margen de la falta de higiene democrática, no es el mejor escenario para este contexto internacional.

Los aranceles, la guerra comercial y, en definitiva, la crisis mundial como excusas para acelerar el calendario electoral y dotarse de herramientas para combatir estas turbulencias. Sánchez no lo va a tener fácil. Cuando alguien sale a la calle y lo único que recibe son pitos e insultos, es que el virus ha calado demasiado hondo. Pero por lo menos, mientras las caídas en la Bolsa compiten con la corrupción de su gobierno por ver quién abre las portadas de los periódicos, tendrá una ventana de oportunidad para volver a intentarlo.

"El 13 de marzo, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, propuso una forma novedosa para aumentar el gasto en Defensa del país [...]. Para empezar, el verdadero peligro para España no viene de tanques rusos cruzando los Pirineos —¿por qué preocuparse por eso?— sino de las amenazas que plantea el cambio climático en la cuenca mediterránea, lo cual significa que los esfuerzos para reducir las emisiones de carbono deberían considerarse gasto militar", decía irónico The Economist, otrora faro de la prensa internacional de calidad y hoy, tras poner el foco en la endeblez gubernamental y el populismo patrio, máquina del fango al servicio del sionismo.

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