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Guerra psicológica a golpe de encuestas en la batalla valenciana
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Víctor Romero

Nadie es perfecto

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Guerra psicológica a golpe de encuestas en la batalla valenciana

Un episodio de filtración de un sondeo de GAD3 encargado por Ciudadanos en Valencia ciudad, el mejor síntoma del uso de la demoscopia como arma emocional en clave electoral

Foto: González Pons, Alberto Fabra, María José Catalá y Carlos Mazón. (EFE Biel Aliño)
González Pons, Alberto Fabra, María José Catalá y Carlos Mazón. (EFE Biel Aliño)
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El episodio ha sido la comidilla estos días en los cenáculos de la política valenciana. La secuencia es como sigue: The Objective publica que una encuesta encargada por el grupo municipal de Ciudadanos augura una victoria amplia de la popular María José Catalá, con los mismos concejales (15) que la suma de Compromís de Joan Ribó y el PSOE de Sandra Gómez. El sondeo, de 1.004 entrevistas a fijos y móviles, deja fuera a los naranjas de Fernando Giner y a Podemos, y estima tres ediles para Vox. Resultado: amplia mayoría de la derecha con Catalá de alcaldesa. El mismo día de trascender el trabajo demoscópico, GAD3, una casa con prestigio, confirma la información en su web con la estimación completa.

La encuesta, cuyo trabajo de campo es del 30 de marzo al 4 de abril, era conocida por los seis concejales del grupo municipal de Ciudadanos. Al poco de ser distribuida internamente, una de las ediles, Rocío Gil, anunció su renuncia al acta y a las siglas (12 de abril) para integrarse en la lista del PP cinco días después. Dos semanas antes, en un encuentro en la vivienda que el presidente regional popular Carlos Mazón tiene alquilada en Valencia y donde duerme cuando no regresa a Alicante con su familia, el candidato conservador y la aspirante a la alcaldía Catalá habían ofrecido a Fernando Giner integrarse en su candidatura y que retirara la papeleta naranja. Giner se negó. Está convencido de que tiene opciones de mantener el listón del 5% y ser la llave del gobierno local. Hasta ahora, solo una estimación difundida por Compromís le da esa posibilidad.

Foto: Carlos Flores, Ignacio Garriga, Gil Lázaro y Juan Manuel Badenas atienden a los medios. (Vox)

La explicación que dan en GAD3 es que es política de la casa que cuando un medio de comunicación difunde una de sus encuestas se publica una entrada de confirmación en su web en aras a la trasparencia tras avisar al cliente. Así se lo justificaron a Giner cuando, según la formación liberal, llamó sorprendido de que se hiciera público oficialmente un trabajo pagado por su grupo que perjudica sus expectativas. La pregunta es qué interés podía tener Ciudadanos en difundir un sondeo que les deja sin opciones, apenas un 3,1% de voto en Valencia, más allá de evidenciar la dependencia (relativa) de Catalá de Vox.

En las filas naranjas, donde andan escudriñando con lupa la letra pequeña del contrato con GAD3, todos han comenzado a mirar a Rocío Gil y al PP, al tiempo que comienzan a circular todo tipo de especulaciones: que si Narciso Michavila y sus buenos contactos con el PP valenciano desde los tiempos en que su hermana era jefa de gabinete de Francisco Camps, que si una operación de Catalá para venderse como caballo ganador y alcaldesa virtual ante empresarios y sociedad civil en el acto de puesta de largo de su proyecto en el desayuno del Fórum Europa Tribuna Mediterránea el pasado jueves…

Foto: El presidente de Castilla-La Mancha y candidato del PSOE a la reelección, Emiliano García-Page.

Una cosa es cierta. Los populares llevan tiempo difundiendo el mensaje al electorado de centro-derecha de que votar naranja el 28-M en locales y autonómicas es tirar la papeleta a la basura porque la demoscopia no les da representación. "La encuesta de Ciudadanos ‘corona’ a Catalá y admite que votarles es inútil", titulaba sin complejos Esdiario. En esa tarea están ayudando entregados columnistas locales afines.

Los de Mamen Peris y Fernando Giner, con más moral que el Alcoyano, soportan la ofensiva y apelan a las dos semanas de campaña y los espacios gratuitos generosos de propaganda electoral, a los que tienen derecho gracias a la representación obtenida en las elecciones de 2019, para reivindicar sus posibilidades de supervivencia. Soñar es gratis.

En esa batalla, como en toda la que recorre la campaña valenciana, las encuestas se han convertido en un arma de desgaste emocional importante. El PSPV tuvo que salir con sus estimaciones internas para contrarrestar el desánimo entre sus cuadros tras una semana de oleada de malos augurios de las encuestadoras de OkDiario o La Razón. Luego llegó Sigma Dos para Antena 3 y la preocupación creció porque la casa de José Miguel Elías no es de las que se saca de la ecuación cuando se calculan las medias. Las de Simple Lógica y 40db de este lunes para eldiario.es y El País augurando un tercer Botànic han caído como un diazepam en las filas progresistas para calmar los miedos.

Foto: Ximo Puig y Joan Lerma se saludan, en una imagen de 2015. (EFE/Kai Försterling) Opinión

Es fácil que en el fragor de la batalla el sector pueda enfilar una espiral de cierto desprestigio. La mecha la encendió José Félix Tezanos con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), cuyas estimaciones de voto (pese a la utilidad de los microdatos) reciben menos crédito que Gerardo Díaz Ferrán yendo a pedir un préstamo al Santander el día de la quiebra de Marsans. A partir de ahí, no hay jornada que no aparezca un sondeo que dice una cosa y otro que apela a la contraria, al tiempo que los partidos difunden en sus redes el trabajo de campo que mejor responde a sus intereses.

El sector de la demoscopia debería andarse con mucho ojo con lo que está ocurriendo y con el uso de su material, porque la fragmentación de los espacios electorales, la incertidumbre sobre los resultados, la voracidad del click y la ansiedad por anticipar tendencias de esa porción de la ciudadanía que ha convertido la política en una suerte de choque de hooliganismos han inflado una burbuja en el negocio que corre riesgo de pinchazo. Siempre quedará quién prefiera encargar prestigio y profesionalidad como herramientras de trabajo para tomar decisiones. Pero no sería extraño que comience a apagarse la estrella si cala entre agentes de la comunicación y fontaneros políticos que gastarse miles de euros en un buen trabajo de campo profesional no vale la pena cuando aparecen sucedáneos de gurú que por 1.500 euros te entregan un PowerPoint que da el pego y cumple con el objetivo de agitación y propaganda. Ya está pasando.

El episodio ha sido la comidilla estos días en los cenáculos de la política valenciana. La secuencia es como sigue: The Objective publica que una encuesta encargada por el grupo municipal de Ciudadanos augura una victoria amplia de la popular María José Catalá, con los mismos concejales (15) que la suma de Compromís de Joan Ribó y el PSOE de Sandra Gómez. El sondeo, de 1.004 entrevistas a fijos y móviles, deja fuera a los naranjas de Fernando Giner y a Podemos, y estima tres ediles para Vox. Resultado: amplia mayoría de la derecha con Catalá de alcaldesa. El mismo día de trascender el trabajo demoscópico, GAD3, una casa con prestigio, confirma la información en su web con la estimación completa.

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