Valencia Monitor
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Se busca capital humano para atender al sector aeronáutico: multiplica su valor en la región
La aeronáutica crece en Valencia y requiere personal de STEM. En este sentido, el ecosistema valenciano de formación es especialmente importante: cuenta con universidades y centros de formación profesional de alto nivel
El sector aeronáutico y aeroespacial es un sector de enorme relevancia, no solo por sus constatadas y potenciales aportaciones al PIB de las economías, sino también por cuatro aspectos clave no estrictamente económicos. En primer lugar, se trata de un sector de los denominados estratégicos, que cualquier economía desarrollada desearía potenciar para reducir su dependencia tecnológica exterior. Esta circunstancia es especialmente importante cuando se considera su vertiente militar por sus indudables implicaciones para la seguridad nacional.
En segundo lugar, es un sector que ya se ha revelado como de gran potencial de crecimiento, dados los usos que se van descubriendo día a día, como por ejemplo, en la utilización de drones. Además, se trata de un sector que reinvierte un gran porcentaje de su facturación en I+D+i, lo cual lo consolida como motor de innovación de las economías, ejerciendo a su vez importantes efectos spillover en términos de productividad y competitividad sobre otras industrias. Finalmente, porque es un sector de los denominados punteros y, por tanto, es generador de empleo de calidad y de alta cualificación.
Según la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE) el sector recoge un conjunto de actividades muy heterogéneas desarrolladas por empresas de la Construcción aeronáutica y espacial y su maquinaria (3030), de la Reparación y mantenimiento aeronáutico y espacial (3316), así como por actividades anexas al sector propiamente dicho como los Intermediarios del comercio de maquinaria, equipo industrial y embarcaciones y aeronaves (4614).
Las cifras de la industria aeronáutica y espacial revelan que es un sector en plena expansión en la Comunitat Valenciana y en España. Según el Sistema de Análisis de Balances Ibéricos (SABI) de Bureau van Dijk, en 2020 la Comunitat Valenciana existían 123 de empresas en el sector, que generaron 52,4 millones de euros de VAB y dieron empleo a 929 personas. Asimismo, el espectacular crecimiento de este sector en la Comunitat Valenciana se observa, por ejemplo, en las cifras de empleo, que durante el periodo 2015-2020 se multiplicó por 2,7, pasando de los 344 empleos a los 929 del año 2020 o en el crecimiento de su valor añadido bruto (VAB) que en el mismo periodo se multiplicó por 1,7 veces, pasando de los 30,5 millones de euros en 2015 a los 52,4 millones de euros en 2021. Como resultado de ello, la cuota de mercado de la Comunitat Valenciana en el conjunto de España ha ido en constante aumento y las empresas de este sector en la Comunitat Valenciana que representaban el 9,9% del total de España ahora representan el 11%.
Sería tremendamente reduccionista considerar que el sector se circunscribe en exclusiva a las empresas de estos subsectores recogidos en la CNAE, pues existe una amplia amalgama de empresas que, aunque no pertenecen a estos subsectores o no tienen su domicilio social en la Comunitat Valenciana, participan de forma muy significativa en la cadena de valor del sector aeronáutico y aeroespacial en la región. La identificación de las empresas que participan significativamente en la cadena de valor resulta muy compleja y requiere de un trabajo pormenorizado que sí se ha hecho en regiones como Galicia por parte del Consorcio Aeronáutico Gallego y que demuestra que, al menos en esta región, el volumen de actividad y empleo movilizado por las empresas que integran la cadena de valor es más de cinco veces el movilizado por el propio sector.
En su conjunto, se trata de un sector con altas exigencias de capital humano especializado en STEM. En este sentido, el ecosistema valenciano de formación es especialmente importante y cuenta con universidades y centros de formación profesional de alto nivel. Destacan sus cinco universidades públicas, situadas en posiciones privilegiadas en los rankings de excelencia académica, que tendrán que seguir nutriendo de egresados especializados en STEM para el desarrollo de un sector que cada día necesita más capital humano.
De hecho, la competencia de las empresas aeronáuticas por atraer talento es alta y en muchos casos han de recurrir a la atracción de profesionales altamente cualificados de otros lugares de España y del extranjero, incluso intentando recuperar personas que se habían ido a otros países. Esta falta de talento puede agravarse en los próximos años ante el previsible crecimiento del sector.
La falta de capital humano en el sector se considera como un serio problema, ante la dificultad de cubrir perfiles específicos, tanto por la insuficiencia de especialistas como por la especificidad de los perfiles. Será necesario unir el mundo de la universidad al de la empresa, desarrollando el binomio universidad-empresa, para que se pueda formar a los empleados del futuro en las tecnologías que se utilizarán y demandarán en los próximos años.
Las empresas del sector aeronáutico y aeroespacial comparten algunas particularidades que las hacen singulares. Se trata de empresas con alto nivel de complejidad tecnológica y, por tanto, requieren de una gran inversión en I+D+i para poder desarrollar productos y servicios avanzados y competitivos. En segundo lugar, la producción en este sector suele tener un elevado nivel de especialización y personalización, con un enfoque en la calidad y la seguridad, que se exige para poder operar en un mercado global altamente regulado. Por esta razón, necesitan empleados altamente cualificados y, por tanto, del talento generado en las universidades. Tercero, al tratarse de un sector con necesidades constantes de innovación, sus empresas precisan para su desarrollo de un decidido apoyo institucional.
Esta singularidad se acentúa en la medida en que los resultados de la innovación de sus empresas generan efectos spillover sobre otras empresas, lo que confiere a la actividad innovadora de estas empresas características de bien público. Para estas empresas resulta, por tanto, imprescindible, la colaboración público-privada, especialmente en la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías. Muchas empresas trabajan en estrecha colaboración con organismos públicos de investigación y desarrollo, y con universidades, para poder avanzar en la innovación y el desarrollo tecnológico, lo que se traduce en un gran impacto económico y social. En cuarto lugar, son empresas que deben atender a un mercado, el aeronáutico y aeroespacial, que tiene una doble vertiente civil y militar, cada una con necesidades y ritmos no necesariamente coincidentes y con una clientela diferenciada.
Asimismo, las peculiares características de su actividad hacen necesario la existencia de empresas líderes o tractoras que centralicen la actividad del conjunto del sector, sustentado en una red de empresas de menor tamaño y subcontratadas con una altísima dependencia entre ellas. Finalmente, son empresas muy internacionalizadas, que operan en un mercado global, con todo lo que ello implica en términos de competir con empresas de otros países y trabajar con clientes y proveedores de todo el mundo. Esto supone un gran reto en términos de adaptación a diferentes culturas y marcos legales, así como la necesidad de establecer alianzas y colaboraciones internacionales.
Se prevé que el sector en su vertiente civil mantenga un crecimiento sostenido en el tiempo impulsado por la recuperación de los vuelos de largo recorrido conforme se hayan digerido completamente los efectos de la pandemia y se recupere la flota de aviones civiles en los próximos años. En el área de defensa, el aumento de la inestabilidad provocado por la guerra en Ucrania y el aumento en gasto de defensa supondrá sin duda un revulsivo, por lo que se espera un importante crecimiento en la facturación aeronáutica, impulsado por grandes proyectos estratégicos internacionales.
*José Manuel Pastor, catedrático de la Universitat de València e investigador del Ivie.
El sector aeronáutico y aeroespacial es un sector de enorme relevancia, no solo por sus constatadas y potenciales aportaciones al PIB de las economías, sino también por cuatro aspectos clave no estrictamente económicos. En primer lugar, se trata de un sector de los denominados estratégicos, que cualquier economía desarrollada desearía potenciar para reducir su dependencia tecnológica exterior. Esta circunstancia es especialmente importante cuando se considera su vertiente militar por sus indudables implicaciones para la seguridad nacional.