Retos del sector agroalimentario valenciano previos a los aranceles

El sector agroalimentario es un pilar fundamental de la economía española como demuestra su aportación en términos de renta, empleo y exportaciones. Así, según el Observatorio del sector que realiza anualmente Cajamar, la totalidad de la cadena de valor (que incluye el sector primario, la industria de la transformación y la comercialización de alimentos y bebidas) aporta el 8,7% del valor añadido bruto (VAB), el 11,8% del empleo y el 18,5% de los bienes exportados por España en 2023. Es un sector que destaca por su elevada productividad en el contexto europeo, así como por su mayor competitividad. Opera con unos costes laborales por unidad de valor añadido que son un 15% más reducidos que el promedio de la UE-27.

En este contexto, el sector agroalimentario valenciano es el tercero más importante en tamaño, solo por detrás de Andalucía y Cataluña, al concentrar el 9,5% del VAB a nivel nacional (11.345 millones de euros) y el 10,4% del empleo nacional, dando trabajo a 263.927 personas. La fase de distribución es con diferencia la que más VAB aporta, al concentrar el 42,9% de la cadena de valor en España y el 53,2% en la Comunitat Valenciana.

La economía valenciana presenta un grado de especialización en este sector de actividad que es superior a la media nacional, sobre todo en la fase de comercialización. Mientras que en España, como hemos apuntado, pesa el 8,7% del VAB y el 11,8% del empleo, en la Comunitat Valenciana aporta el 9,1% y el 12,2%, respectivamente. De los principales productos del sector nacional, la Comunitat Valenciana destaca en los cítricos, al concentrar el 46,9% del total producido.

También el sector valenciano es el tercero más exportador de España, al generar el 12,5% del total nacional, aportando el tercer mayor superávit comercial de todas las comunidades autónomas (3.206 millones de euros). En frutas y frutos comestibles, la Comunitat Valenciana concentra el 35,9% de los que exporta España. En el caso concreto de los cítricos, el peso del sector valenciano llega al 69,9% del total de exportaciones de España. Ello es posible gracias a las 4.001 empresas exportadoras valencianas.

Un rasgo del sector valenciano que debería intentar corregir es la baja competitividad agregada que presenta, ya que sus costes laborales por unidad de VAB son un 15% superiores a la media nacional, lo que a su vez se explica por su menor productividad (un 9% inferior a la media nacional). No obstante, esta imagen agregada del sector enmascara diferencias importantes por subsectores. Así, mientras la competitividad se resiente en la fase de la comercialización, en el sector primario esa competitividad es un 26% superior.

Para mejorar la competitividad, es necesario apostar aún más por la innovación. La Comunitat Valenciana va por buen camino, pero debe dar más pasos en los próximos años, invirtiendo más en innovación y digitalización. Así, es de destacar, que dentro del ecosistema de startups, la Comunitat Valenciana es la tercera región con mayor número de empresas dedicadas al FoodTech y la cuarta en el ámbito AgroTech y Biotech. Asimismo, en la comunidad se encuentran 13 de las 100 startups FoodTech y AgroTech de mayor impacto en la cadena de valor de la industria alimentaria española, solo por detrás de Cataluña.

Una vía por la que el sector agroalimentario español puede aumentar su esfuerzo inversor en I+D+i y en digitalización es a través de la financiación que aportan los fondos europeos de recuperación (Next Generation European Union ). Hay un PERTE (proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica) del sector con 1.800 millones de euros de financiación en tres ejes de actuación. De los 1.003 millones iniciales, el 60% se destina a I+D+i y a digitalización. Hasta junio de 2024, a la industria de alimentos y bebidas (171 millones de euros) y sector primario (60 millones de euros) han llegado 231 millones para I+D+i+d. Es una cifra considerable teniendo que en cuenta que el último dato de inversión en I+D del sector referido a 2023 es de 423 millones de euros. El reto es conseguir gastar lo mucho que queda pendiente hasta agosto de 2026, que es la fecha tope para consumir los fondos europeos.

Otros retos del sector son el relevo generacional (el 35% de los ocupados tiene 50 o más años), la mejora de la formación (la gran mayoría de las personas que dirigen explotaciones solo poseen experiencia laboral, sin formación ni siquiera básica ni mucho menos completa o superior) y transitar hacia modelos de alimentación circulares más sostenibles. Son retos comunes al sector agroalimentario nacional y valenciano.

En esta tribuna dedicada al sector agroalimentario valenciano no puede faltar un análisis del impacto que puede tener el aumento de los aranceles por parte de la administración Trump. Si del total de exportaciones de España, el 4,7% tuvieron como destino EE.UU. en 2024 (18.179 millones de euros), en la Comunitat Valenciana ese peso es del 7,7% (2.850 de un total de 36.978 millones exportados). Y de esas exportaciones valencianas a EE.UU., el 13,1% (373 millones de euros) corresponden al sector agroalimentario. Destacan las conservas de verduras o frutas y los zumos (100,5 millones), las legumbres y hortalizas (73,5 millones), los azúcares y artículos de confitería (45,4 millones), y las bebidas (25 millones). Por tanto, aunque el aumento de los aranceles obviamente es una mala noticia para las exportaciones valencianas (y españolas), el impacto será reducido en la economía valenciana, gracias a que nuestras exportaciones están poco expuestas a EE.UU.

* Joaquín Maudos es catedrático de Economía de la Universidad de Valencia y director adjunto del Ivie.