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Justicia a la española: cinco años a De la Rosa por dar y uno a Prado por recibir: la sombra del Monarca es alargada
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Jesús Cacho

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Justicia a la española: cinco años a De la Rosa por dar y uno a Prado por recibir: la sombra del Monarca es alargada

Les supongo al tanto de que el antiguo hombre fuerte de KIO en España, Javier de la Rosa, ha sido condenado este lunes a cinco años

Les supongo al tanto de que el antiguo hombre fuerte de KIO en España, Javier de la Rosa, ha sido condenado este lunes a cinco años y dos meses de prisión por un delito continuado de apropiación indebida y otro de falsedad documental en el último de los episodios judiciales del caso KIO, o mejor dicho, del caso Torras, filial española del grupo kuwaití.

La sentencia de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que preside el magistrado Gómez Bermúdez condenó también por los mismos delitos a tres años y ocho meses de prisión al ex asesor jurídico del grupo Torras, Juan José Folchi, y a otro año por apropiación indebida a Manuel Prado y Colón de Carvajal, ex diplomático e “intendente real”, cargo que tradicionalmente designa a la persona encargada de manejar los dineros privados del Rey, en este caso de Juan Carlos I.

Las condenas se han producido a cuenta de las operaciones ‘Pincinco’ (presunta apropiación de 300 millones de dólares durante la Guerra del Golfo) y ‘Oakthorn’ (préstamo de 105 millones a la sociedad del mismo nombre). El tribunal, sin embargo, decidió absolver a los imputados por la presunta manipulación de las acciones de Prima Inmobiliaria, así como por las operaciones Quail y Acie.

Estamos ante una especie de conjura de los necios o juicio de los idiotas, porque todo el mundo avisado sabe en Madrid qué ha pasado con el dinero de KIO, quién ha pagado y quién ha recibido, pero nadie se arranca a decirlo, todo el mundo calla, y como no se puede llamar al estrado como simple testigo al Rey de España, cuya inviolabilidad está recogida en la Constitución del 78, además de proscrita toda responsabilidad por su parte, sea política o jurídica, pues entonces nos hallamos ante un baile de disfraces o una ceremonia de máscaras.

El caso es que Gabriela de la Rosa, prometida de Juan Gómez-Acebo -sobrino del Rey de España en tanto que hijo de la Infanta Pilar de Borbón, hermana del Monarca-, que con tanto oficio ha defendido a su padre como letrada en este juicio, estaba ayer contenta por las tres absoluciones que recoge la sentencia y que ha ignorado la prensa, ¡me asombra que te asombres, Gabriela!, porque de alguna manera el Tribunal ha recogido en un 70% sus argumentaciones, absolviendo a su padre en tres operaciones de las cinco operaciones objeto de pleito.

La letrada aseguraba ayer que no estaba conforme con la condena por apropiación indebida y que va a recurrirla en casación ante el Tribunal Supremo, por más que después de la sentencia Wardbase (primera pieza juzgada del caso KIO, en diciembre de 2002), en la que De la Rosa ya fue condenado a 5 años y medio por apropiación indebida a cuenta del pago a Manolo Prado de 20 millones de dólares, resultaba casi imposible imaginar que ahora fuera a resultar absuelto cuando lo que se juzgaba tenía mayoritariamente que ver con el pago al mismo Prado -este hombre parece el cobrador del frac- de otros 80 millones de dólares, porque lo contrario hubiera supuesto enmendar la plana a la citada sentencia Wardbase.

En todo caso, la distancia que separa los 38 años de cárcel que pedían acusación y fiscal de los 5 años y dos meses de pena impuesta por el tribunal hace sospechar que el magistrado Gómez Bermúdez, que conoce bien el paño que se guarda en el arca de los secretos patrios, secretos a voces, por cierto, ha decidido cortar por lo sano y acabar con la farsa o escopeta nacional de este juicio de la mejor manera posible, so pena de llevar hasta lo absurdo el escándalo que hubiera supuesto, que de hecho supone, la obligación legal de condenar al dante y la necesidad real de dejar que el tomante se vaya de rositas.

Porque lo de Manolo Prado, amigo, confidente y tesorero del Rey Juan Carlos durante décadas, es particularmente escandaloso. Al manco de Lepanto le ha caído un año por haber recibido 20 millones de dólares. Justicia a la española: al que reparte el dinero, cinco años de talego; al que lo recibe, uno y a correr. Pero ¿así es como funcionan las cosas de la Justicia en España? ¿Así son con todo bicho viviente? ¡Ah, no, ni hablar, mucho cuidado! Así sólo funcionan si uno tiene el paraguas del Rey encima. Porque si no eres amigo del Rey, entonces te pueden dar a diestra y siniestra.

Prado no ha podido justificar en razón a qué trabajos o servicios estaba obligado De la Rosa a pagarle esos dineros. Sí se sabe que su entorno hizo gestiones para que los Ejércitos USA pudieran utilizar las bases españolas a su conveniencia con motivo de la liberación de Kuwait, pero, ya digo, nadie ha dicho que tal vez hubiera sido conveniente que el propio Monarca o el Jefe de su Casa explicaran ante el tribunal que su amigo y confidente de antaño ha resultado ser un pájaro de cuentas, que por eso le ha despedido, y que ya no pisa Palacio desde hace años.

Pura ficción. El silencio de los corderos. Lo abracadabrante es que a Manolito Prado le colgaron 2 años de cárcel –que por supuesto no cumplió- por los 20 millones de la operación Wardbase, y ahora le acaban de obsequiar con uno por los 80 millones de la ‘operación Pincinco’, lo cual que uno se mira perplejo y dice, leñe, algo falla, es verdad que las matemáticas no han sido nunca el punto fuerte de los jueces, pero ahí hay un error de proporciones comparables a la catedral de León.

Pero hay más, porque el Tribunal ha levantado la intervención judicial de una serie de fincas propiedad de Prado. El prócer las había asignado a una serie de sociedades con residencia en exóticos paraísos fiscales, cuyo rastro se perdía en la noche de una compleja trama. Todo el mundo sabía que eran de su propiedad, y de hecho la justicia las intervino para atender las eventuales responsabilidades civiles que pudieran derivarse de una sentencia condenatoria. Pues bien, el tribunal ha retirado las acusaciones contra ellas, liberándolas de la responsabilidad civil subsidiaria. Da gusto llamarse Manolo Prado y Colón de Carvajal.

Les supongo al tanto de que el antiguo hombre fuerte de KIO en España, Javier de la Rosa, ha sido condenado este lunes a cinco años y dos meses de prisión por un delito continuado de apropiación indebida y otro de falsedad documental en el último de los episodios judiciales del caso KIO, o mejor dicho, del caso Torras, filial española del grupo kuwaití.