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Sogecable se dio ayer un atracón, pero sus cuentas siguen teniendo más agujeros que el 11-M
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Jesús Cacho

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Sogecable se dio ayer un atracón, pero sus cuentas siguen teniendo más agujeros que el 11-M

La Bolsa, como el fútbol, tiene estas cosas. Un buen resultado puede servir para enmascarar la verdadera situación del equipo. Cuando el grupo ha ganado por

La Bolsa, como el fútbol, tiene estas cosas. Un buen resultado puede servir para enmascarar la verdadera situación del equipo. Cuando el grupo ha ganado por goleada, es muy complicado hacer ver a los aficionados que su equipo ha jugado mal y, lo que es peor, que difícilmente podrá ganar títulos si las cosas siguen por el mismo camino.

El valor lideró ayer las subidas del Ibex 35, al cerrar la sesión con ganancias del 7,07%, tras la presentación el martes de unas cuentas semestrales que arrojaron pérdidas de 15,73 millones de euros, aunque los resultados del segundo trimestre fueron mejores de lo esperado. A pesar del avance de ayer, el grupo acumula un retroceso del 32% en lo que va de año, el mayor del selectivo español. Y lo que es peor, sus cuentas siguen conteniendo motivos para la preocupación.

La incorporación de su canal analógico en abierto hace difícil analizar los datos de forma homogénea, por lo que su cuenta de resultados consolidada es poco representativa de la marcha del negocio en estos seis meses, pero aún así hay cosas que se advierten con un simple golpe de vista, como su nivel de endeudamiento, que más que duplica su patrimonio. Si a ello se le añaden tanto la caja de la compañía como otros pasivos financieros, su posición financiera neta cuadruplica su patrimonio neto.

Mantener este endeudamiento en un entorno de tipos de interés al alza es arriesgado, más aún cuando los flujos de caja que han generado las operaciones de la compañía se han reducido un 80% en el segundo trimestre. Es evidente que el lanzamiento del nuevo canal en abierto ha supuesto un aumento considerable de los gastos, así que intentemos ver qué ha pasado con la televisión de pago, que es lo verdaderamente comparable.

En el primer semestre, los ingresos de esa televisión han bajado algo menos del 1%, razón sobrada para considerarlos estancados. Es verdad que han aumentado los abonados, pero lo que se ingresa por cada uno de ellos ha caído en más de un 10%, no obstante lo cual podrían seguir siendo rentables si bajaran los costes operativos.

Por desgracia, los gastos de explotación crecen un 2,1%, a pesar del tajo del 14% dado a los costes de personal, en un presumible traslado de gastos a la cadena en abierto, de modo que asistimos, como primera providencia, a una pérdida de márgenes de más de dos puntos porcentuales (a pesar de que se supone que el modelo de televisión de pago ya está consolidado). Como consecuencia más visible, el EBITDA cae un 10,7% y el EBIT se reduce un 11,4%. No parecen, pues, los mejores síntomas.

Pero hay algo peor. Las tasas del segundo trimestre (entre abril y junio) se reducen aún más, con caídas del 14% y del 16,9% en el EBITDA y en el EBIT, respectivamente, lo que implica que las cosas han empeorado en el segundo trimestre respecto al año pasado, es decir, que la tendencia negativa se ha acelerado en la televisión de pago. Y lo peor puede estar por llegar.

Ayer mismo, el diario deportivo Marca saludaba los resultados Sogecable con la noticia envenenada de que Mediapro ha ofrecido 170 millones de euros anuales al Real Madrid por sus derechos televisivos, una cifra que triplicaría lo que el Madrid viene percibiendo y que colocaría a don Jesús del Gran Poder en la difícil tesitura de competir o terminar pactando con su viejo amigo Roures. Porque, ¿en que quedaría la televisión de pago de Sogecable sin la capacidad de arrastre del fútbol para captar nuevos clientes?

Y aquí es donde cobra particular importancia el endeudamiento: ¿puede Sogecable triplicar el contrato del Real Madrid? ¿Puede aumentar en 145 millones de euros los pagos realizados a un solo equipo? Hasta los fondos de los bancos tienen un límite, y resulta muy difícil que el canal en abierto pueda sostener un incremento tal de gastos, por mucha que sea la presión que los gestores ejerzan sobre la maquinaria comercial del grupo.

Así que don Jesús va a necesitar Dios y ayuda para salir del trance que se avecina, a pesar del atracón de ayer. ¿Han empezado ya a sonar los teléfonos? Algunos malvados siguen apostando a que será la Telefónica de Alierta la que termine quedándose con la televisión de pago o incluso con todo Sogecable. Otros piensan que será el poderoso grupo Prisa quien se encargue de convencer a Mediapro para que se avenga al pacto y deje de tocar el violón competitivo, una música que nunca ha gustado en can Polanco. ¿Ayudaría una llamadita desde Moncloa, puesto que todos somos progres y de izquierdas?

La Bolsa, como el fútbol, tiene estas cosas. Un buen resultado puede servir para enmascarar la verdadera situación del equipo. Cuando el grupo ha ganado por goleada, es muy complicado hacer ver a los aficionados que su equipo ha jugado mal y, lo que es peor, que difícilmente podrá ganar títulos si las cosas siguen por el mismo camino.